Enrique Vila-Matas gana el Premio M¨¦dicis franc¨¦s con 'El mal de Montano'
Es el primer autor espa?ol distinguido con el galard¨®n a la mejor novela extranjera
La temporada de los premios literarios franceses incluye este a?o un nombre espa?ol, el del barcelon¨¦s Enrique Vila-Matas, que se ha llevado el M¨¦dicis ante una lista de finalistas que inclu¨ªa adem¨¢s a cuatro novelistas estadounidenses. La obra que celebra el M¨¦dicis es El mal de Montano (Anagrama y C¨ªrculo de Lectores, y Bourgois en franc¨¦s), que en Espa?a tambi¨¦n ha recibido los premios de la Cr¨ªtica y Herralde, y que ha obtenido una gran acogida por parte del p¨²blico lector. Vila-Matas se qued¨® a un voto de Suso de Toro en el ¨²ltimo Nacional de Narrativa.
Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) sucede en el palmar¨¦s del Premio M¨¦dicis, que corona cada a?o la mejor novela traducida al franc¨¦s, al estadounidense Philip Roth. El galard¨®n ha reca¨ªdo en varias oportunidades en escritores de lengua castellana -Severo Sarduy, Alejo Carpentier, Julio Cort¨¢zar, ?lvaro Mutis o Antonio Sk¨¢rmeta- pero Vila-Matas es el primer espa?ol que se suma a una lista repleta de nombres c¨¦lebres, de Umberto Eco a Thomas Bernhard, de Milan Kundera a Paul Auster. En ediciones anteriores, otros espa?oles, como Javier Mar¨ªas o Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, fueron finalistas. La dotaci¨®n es simb¨®lica, no llega a 800 euros, pero las ventas para los galardonados se estiman de 20.000 a 40.000 ejemplares.
El M¨¦dicis tiene como funci¨®n real dar un respaldo promocional importante dentro del mercado franc¨®fono a autores que ya se han ganado la consideraci¨®n en su propia ¨¢rea ling¨¹¨ªstica. Por ejemplo, para los italianos Antonio Tabucchi o Alessandro Baricco, para el surafricano Andr¨¦ Brink o la rusa Ludmila Oulitskaia el M¨¦dicis ha supuesto su despegue comercial en Francia.
"Ten¨ªa ganas de escribir un diario que no fuese personal", explicaba ayer en Par¨ªs un Vila-Matas radiante, sobre todo porque entre los miembros del jurado figuran escritores por los que siente gran respeto, como Michel Bradeau o Alain Robbe-Grillet. "El relato d¨ªa a d¨ªa te resuelve el problema de estructura y te permite navegar entre la autoficci¨®n y el ensayo". Pero no le evita los riesgos de la sinceridad. "En mi anterior libro, Bartleby y compa?¨ªa, me permit¨ªa algunas bromas con la escuela parisiense de la revista Tel Quel, que retomo en Par¨ªs no se acaba nunca. Toda esa gente eran anuladores de la creaci¨®n, empe?ados en negar cualquier posibilidad de seguir inventando. Suerte que Robbe-Grillet no ha le¨ªdo esas otras novelas m¨ªas hasta despu¨¦s de votar", a?ade con la mayor seriedad pero con la risa bail¨¢ndole en los ojos.
Vila-Matas reconoce haberse dotado de "una m¨¢quina literaria capaz de codificar y llevar a su terreno cualquier tema" y que adem¨¢s le permite vivir la realidad como si ¨¦sta por su cuenta se ocupase de prolongar los cuentos que ¨¦l inventa. "Es lo que me ha sucedido ¨²ltimamente aqu¨ª, en Par¨ªs, con una historia que publiqu¨¦ en Babelia, en la que se mezclaba la rue Vaneau, una farmacia, la Embajada siria y el que fue domicilio de Andr¨¦ Gide durante treinta a?os. Luego ha habido el bombardeo israel¨ª de Siria, la visita de los Reyes a Damasco y, para acabar de redondear la cosa, hoy [por ayer] mi editor, Christian Bourgois, se ha ido all¨ª, a la capital siria".
No sabe muy bien qu¨¦ decir ante el hecho de haber ganado el M¨¦dicis y prefiere recordar la extra?a sensaci¨®n de ?lvaro Mutis al encontrarse con el jurado que le premiaba. "Parec¨ªa un intruso, alguien que estaba ah¨ª para molestar a unos amigos que hablaban de sus cosas", coment¨® Mutis. "Yo he vivido hoy algo muy parecido", dice Vila-Matas. Pero tiene una cita a mano, de La Rochefocauld, para explicar y explicarse su actitud ante los premios: "El que rechaza un elogio es que est¨¢ buscando dos". Como es obvio, sabe que el reconocimiento oficial "ni mejora ni empeora un libro", pero tambi¨¦n que facilita el contacto con los lectores. "Han traducido al franc¨¦s diez o doce t¨ªtulos m¨ªos, pero si la Historia abreviada de la literatura port¨¢til fue muy estimada y la edici¨®n se agot¨®, no ha sido hasta con Bartleby y compa?¨ªa que he pasado a ser un escritor conocido dentro del mundillo. El M¨¦dicis debiera ampliar mi audiencia".
Babelia
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