Bush cree que los seguidores de Sadam est¨¢n cada vez m¨¢s "desesperados"
Expertos militares sugieren emplear t¨¢cticas de contrainsurgencia contra los 'comandos' iraqu¨ªes
El presidente estadounidense, George W. Bush, cree que los avances en la estabilizaci¨®n y la reconstrucci¨®n de Irak hacen que los antiguos seguidores de Sadam Husein est¨¦n "cada vez m¨¢s desesperados", y asegura que los atentados no van a cambiar los planes de la posguerra. "Que se afiance un Irak pac¨ªfico afecta a los intereses nacionales de EE UU, y mantendremos el rumbo para conseguir ese objetivo", dijo Bush. Los aspirantes dem¨®cratas a la presidencia de Estados Unidos volvieron a criticar, en un debate p¨²blico, la pol¨ªtica de la Administraci¨®n republicana en Irak.
"Hay terroristas en Irak dispuestos a matar a cualquiera con tal de detener los progresos, y cuantos m¨¢s ¨¦xitos tengamos, m¨¢s reaccionar¨¢n estos asesinos. Nuestra tarea es encontrarlos y detenerlos", a?adi¨® Bush, que abund¨® luego en la l¨ªnea b¨¢sica de explicaci¨®n de la peligrosa situaci¨®n en la que se vive en parte de Irak: "A medida que los iraqu¨ªes son m¨¢s libres, cuanto m¨¢s progresos hacemos sobre el terreno, cuanta m¨¢s electricidad hay y se crean m¨¢s empleos, cuantos m¨¢s ni?os van al colegio, m¨¢s desesperados se vuelven estos asesinos", se?al¨® el presidente, que hablaba en el Despacho Oval de la Casa Blanca junto a Paul Bremer, administrador de EE UU en Irak.
Para Bush, los responsables de los ataques contra la Cruz Roja Internacional y las comisar¨ªas de polic¨ªa "no pueden soportar la idea de que exista una sociedad libre. Odian la libertad y aman el terror. Lo que les gusta es crear caos y miedo". Paul Bremer dijo que "hay m¨¢s d¨ªas buenos que d¨ªas malos" en Irak y que las cosas avanzan, en l¨ªneas generales, en la direcci¨®n adecuada. En todo caso, Bush reiter¨® su determinaci¨®n, "a¨²n mayor, despu¨¦s de estos ataques, de trabajar codo a codo con los iraqu¨ªes" para reconstruir y pacificar el pa¨ªs.
La oleada de ataques llega despu¨¦s del revuelo causado la semana pasada por la filtraci¨®n de un documento de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, sobre los problemas organizativos y estrat¨¦gicos del Pent¨¢gono para combatir el terrorismo. Rumsfeld -que necesita recuperar el terreno perdido ante el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice- quiere crear una nueva instancia dentro del Pent¨¢gono que centralice la lucha antiterrorista, que prev¨¦ "larga y dif¨ªcil".
En el debate, cada vez m¨¢s intenso, sobre lo que hay que hacer en Irak, dos expertos cercanos a las posiciones del Gobierno, Tom Donnelly y Gary Schmitt, acaban de proponer que se aplique correctamente una estrategia cl¨¢sica de contrainsurgencia. Esa estrategia, que debe aprovechar el hecho de que la zona peligrosa est¨¢ limitada al tri¨¢ngulo sun¨ª y que carece de un l¨ªder de referencia, debe basarse, seg¨²n escriben Donnelly y Schmitt en The Washington Post, en dos factores.
Aumento de soldados
En primer lugar citan la multiplicaci¨®n de patrullas de infanter¨ªa ligera que a¨ªslen a los atacantes de la poblaci¨®n "y que permitan mejorar la informaci¨®n, porque hasta que los residentes locales no se sientan seguros, no aportar¨¢n datos ¨²tiles para contrarrestar a los grupos armados". En segundo lugar, el aumento de los soldados estadounidenses: "Esto implicar¨ªa que, a corto plazo, el Pent¨¢gono tendr¨ªa que congelar sus planes de reducci¨®n de tropas en Irak y que los marines deber¨ªan enviar nuevas unidades".
En el debate pol¨ªtico, los candidatos a la nominaci¨®n dem¨®crata celebraron el domingo por la noche su quinto debate e Irak estuvo en el centro de las intervenciones. Los nueve aspirantes coincidieron, como en anteriores ocasiones, en sus cr¨ªticas a Bush por las enga?osas valoraciones que llevaron a la guerra y por el mal planeamiento de la posguerra. Pero los dem¨®cratas se sacudieron entre s¨ª con cierta intensidad al discrepar sobre el respaldo a la guerra y el gasto de 87.000 millones de d¨®lares planteado por la Casa Blanca. El senador Joe Lieberman habl¨® as¨ª del ex general Wesley Clark: "Ha dicho seis cosas distintas sobre si era adecuado o no ir a la guerra. Le cost¨® cuatro d¨ªas decidir si era bueno o no apoyar el paquete de 87.000 millones. Los norteamericanos quieren un l¨ªder en el que confiar y que tenga el valor de mantener las posiciones, sea o no sea pol¨ªticamente f¨¢cil hacerlo". Clark se defendi¨® como pudo y dijo que, de haber estado en el Congreso, hubiera votado contra la ayuda.
Anticip¨¢ndose a la dura negociaci¨®n en curso entre la Casa Blanca y el Congreso sobre la posibilidad de que la mitad de los 20.000 millones de la ayuda de EE UU a Irak adopte la forma de pr¨¦stamos, como quiere el Senado, Bush mantuvo su amenaza de veto de la legislaci¨®n que desarrolla el presupuesto extraordinario.
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