Las obras finalistas al Premio Turner, no aptas para menores
La Tate Britain advierte de la expl¨ªcita carga sexual de algunas de ellas
El Premio Turner siempre arrastra pol¨¦mica y la exposici¨®n de los cuatro finalistas de la presente edici¨®n, que se inaugura hoy al p¨²blico, no es una excepci¨®n. La Tate Britain, organizadora de este popular galard¨®n art¨ªstico, dotado con 20.000 libras (cerca de 30.000 euros), recomienda a los menores de 16 a?os que se abstengan de visitar la muestra dado el contenido "expl¨ªcitamente sexual" de algunas obras expuestas.
Todo parece indicar que el componente provocador del arte est¨¢ suficientemente reflejado en algunas de las obras de los cuatro finalistas del Premio Turner. La felaci¨®n entre dos mu?ecas hinchables, de los hermanos Jake y Dinos Chapman, y las escenas de ni?os en un ambiente de abusos y malos tratos que desarrolla Grayson Perry en sus cer¨¢micas resaltan entre los trabajos que quiz¨¢ perturben la inocencia de los escolares. Con las inquietantes recomendaciones sobre el contenido de la muestra es posible que la instituci¨®n p¨²blica brit¨¢nica quiera protegerse de antemano del inevitable ataque del sector tradicionalista, aunque parece tambi¨¦n decidida a alimentar la pol¨¦mica para mantener viva la expectativa hasta el fallo del premio, el pr¨®ximo 7 de diciembre.
Cuatro artistas compiten al Turner 2003: los siempre provocadores hermanos Chapman; el norirland¨¦s Willie Doherty, cuya obra refleja la problem¨¢tica de comunidades divididas; Anya Gallacio, con su fascinaci¨®n por la naturaleza y el ciclo vital, y Grayson Perry, creador brit¨¢nico profundamente comprometido con una tem¨¢tica de denuncia social.
Centenares de flores rojas encerradas entre cristales dan la bienvenida a la exposici¨®n del Turner, que se inaugura al p¨²blico hoy, mi¨¦rcoles. Se marchitar¨¢n, perder¨¢n color, caer¨¢n al suelo y morir¨¢n antes del cierre de la muestra el pr¨®ximo mes de enero. Un ciclo que refleja el inter¨¦s de la autora de la instalaci¨®n, Anya Gallacio, por los materiales org¨¢nicos, su relaci¨®n con el ambiente y su fascinaci¨®n con el tiempo como concepto. Junto a este panel florido, ha instalado un ¨¢rbol fundido en bronce con grupos de manzanas amarradas a su tronco y ramas.
Tambi¨¦n los Chapman recurren al motivo del ¨¢rbol en Sex, su ¨²ltima aproximaci¨®n a Goya. Inspirado en Grande haza?a, con muertos, de la serie Los desastres de la Guerra, este montaje lleva hasta la caricatura una interpretaci¨®n anterior del mismo grabado, Great Deeds against the dead. Ya no hay cuerpos sin vida, sino esqueletos carcomidos por gusanos, ranas acechando a ratones y un cuervo posado en lo alto del tronco. En las paredes de la sala cuelga la serie completa de Goya que los hermanos, a su juicio, "rectificaron y mejoraron" con sus propias figuras grotescas en Insult to injury. En su primera exposici¨®n p¨²blica, en el Museo de Arte Moderno de Oxford, la serie provoc¨® emociones contrapuestas y desat¨® la pol¨¦mica: unos la denunciaron como un sacrilegio; otros la celebraron por recuperar el mensaje de desesperanza contenido en el original.
Los Chapman parten como favoritos para el galard¨®n aunque su esfuerzo por provocar parece haber perdido ¨ªmpetu. M¨¢s inquietantes resultan las cer¨¢micas de Perry que esconden bajo su clasicismo estructural alarmantes composiciones pict¨®ricas. Es un arte de denuncia social, con un fuerte poso autobiogr¨¢fico en una infancia de abusos y maltratos, que el artista desarrolla en escenas perversas de ni?os desaparecidos o muertos, de ni?as que esconden un martillo en la espalda.
Doherty, ¨²nico de los candidatos que trabaja en v¨ªdeo y fotograf¨ªa, explora la realidad de comunidades divididas y enfrentadas pol¨ªticamente. Derry, la ciudad fronteriza donde naci¨® el artista en 1959, una d¨¦cada antes de la reanudaci¨®n del conflicto irland¨¦s, le sirve de escenario en la captura de im¨¢genes de acoso, vigilancia y violencia. Indaga en cuestiones de identidad y territorialidad, adem¨¢s de explorar sobre la ambig¨¹edad en la interpretaci¨®n de la verdad y la memoria. En la Tate presenta dos v¨ªdeos, contrapuestos y complementarios, de un individuo que corre sobre un puente. Quiz¨¢ huye de alg¨²n peligro o tal vez va a la caza de un rival, pero es una carrera desesperada. No hay progreso, no hay meta. Tan s¨®lo silencio y claustrofobia en este trabajo que Doherty acerc¨® a la Bienal de S?o Paulo y con el que llega a la recta final del prestigioso Premio Turner.
Premio a la pol¨¦mica
Piedras en el suelo, una cama desbaratada, una sala vac¨ªa iluminada intermitentemente... Con obras de este o similar calibre, el Premio Turner se ha asegurado controversia y pol¨¦mica pr¨¢cticamente desde su creaci¨®n, en 1984. En cada edici¨®n se plantean las mismas preguntas: ?es arte el trabajo de los artistas que acceden a la final? ?Est¨¢ la pintura cl¨¢sica descartada del galard¨®n art¨ªstico m¨¢s prestigioso y reconocido del Reino Unido? Son cuestiones que nada aportan al debate genuino sobre las nuevas tendencias del arte contempor¨¢neo. Probablemente, tampoco interesan al gran p¨²blico que cada a?o acude en masa a ver la exposici¨®n de los seleccionados. Esta muestra tiende a ser la m¨¢s visitada de las organizadas por la Tate Britain.
Nadie como los hermanos Jake y Dinos Chapman para caer en el juego de la provocaci¨®n. Sus mu?ecas hinchables enzarzadas en una felaci¨®n, que han titulado Death (muerte), acaparan ya la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Est¨¢n eclipsando el trabajo, en general m¨¢s novedoso, del resto de los candidatos al Turner 2003. Pero el revuelo no siempre culmina en premio.
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