El Madrid se ofusca ante el gol
El equipo de Queiroz no puede con el Zaragoza tras un estupendo partido, ¨¢spero y vibrante
El gol se da por supuesto en este Madrid estelar, con figuras en todas sus l¨ªneas y delanteros temidos en todo el planeta. Contra pron¨®stico, el gol se le resisti¨® en La Romareda, donde se libr¨® un duelo m¨¢s que interesante. El Madrid empez¨® con algunas dudas y se las sacudi¨® definitivamente en la segunda parte, con una excelente actuaci¨®n y varias ocasiones para ultimar al Zaragoza. En dos de ellas estuvo Ra¨²l, nueve a?os despu¨¦s de su c¨¦lebre aparici¨®n en el f¨²tbol. Las fall¨® y por ah¨ª se le escap¨® la victoria a su equipo, que se encontr¨® con la tenaz oposici¨®n del Zaragoza, que jug¨® con la fe de los iluminados.
La aspereza presidi¨® el partido de principio a fin, con un f¨²tbol que despeg¨® con toda su belleza en el segundo tiempo. Y siempre hubo vibraci¨®n. Todo comenz¨® con el intempestivo recibimiento de Zidane a Soriano. Le pate¨® el tobillo con violencia y la gente se levant¨® en armas contra el franc¨¦s, que tiene un ataque de matonismo por partido. Pero los ¨¢rbitros han decidido que en el asunto de las faltas tambi¨¦n hay zidanes y pavones. El astro franc¨¦s sali¨® sin amonestaci¨®n del incidente, pero Pav¨®n se gan¨® el tarjetazo poco despu¨¦s por una falta de medio pelo. Fue el damnificado del encuentro: se fue a la caseta en el segundo tiempo con la segunda tarjeta. El partido se puso destemplado muy pronto, con muchas patadas y un vigor considerable. El Zaragoza, que no pasa buenos tiempos, tir¨® por la directa. Acos¨® al Madrid con un esp¨ªritu que tuvo un efecto contagioso en la hinchada. Era el t¨ªpico ambiente de los duelos bravos, de los que a veces el Madrid dimite sin avisar. Esta vez, no.
ZARAGOZA 0 - REAL MADRID 0
Zaragoza: Lainez; Rebosio, ?lvaro, Milito, Toledo; Ponzio, Soriano; Galleti, Corona (I?aki, m. 86), Savio (Cani, m.77); y Villa.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Pav¨®n, Ra¨²l Bravo, Roberto Carlos; Helguera, Guti; Figo, Ra¨²l, Zidane (Portillo, m.86); y Ronaldo (Solari, m. 77).
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Ponzio, Soriano y Helguera. Expuls¨® a Pav¨®n por doble amarilla en el minuto 72.
Alrededor de 30.000 espectadores en La Romareda.
La noticia estuvo en la titularidad de Guti, obligado a un ejercicio mental para cualquier futbolista. No es titular, ni suplente, o las dos cosas a la vez. No se trata adem¨¢s de un jugador cualquiera. Es uno de los mejores del Madrid, con todas las pegas que se le pongan a su car¨¢cter. En cuanto a recursos futbol¨ªsticos no admite dudas: a Guti le sobran. Su actuaci¨®n fue irreprochable. Manej¨® el juego con claridad y precisi¨®n, a uno o dos toques, sin distraerse. Eficaz en la distribuci¨®n, encontr¨® tiempo para sacarse unos cuantos pases de categor¨ªa. Tampoco le hizo ascos al trabajo defensivo, noticia de primera en un jugador que no gasta fama de estajanovista. El Madrid tuvo a Guti, pero le falt¨® Zidane. Aunque dej¨® alg¨²n detalle, se sinti¨® inc¨®modo en una noche demasiado trepidante. Tampoco asom¨® Helguera, que le est¨¢ dando vueltas a su nuevo puesto, como medio de cierre. El hombre, que se ha pasado la vida pidiendo carnet de centrocampista, tiene toda la pinta de defensa, y probablemente de los buenos.
El Zaragoza sali¨® a todo trapo, con Milito en el equipo. Ten¨ªa su aquel observarle frente al Madrid y medirle frente a Ra¨²l Bravo y Pav¨®n. Lo cierto es que los tres funcionaron perfectamente, con Ra¨²l Bravo en plan excepcional. Fue el mejor del Madrid en una noche muy exigente. Milito jug¨® con una intensidad fan¨¢tica, jaleado por el p¨²blico y muy mal ayudado por Toledo, que sufri¨® un calvario frente a Figo en el primer tiempo. Ligero y m¨¢s r¨¢pido que en las dos ¨²ltimas temporadas, Figo estuvo a punto de tumbar al Zaragoza en dos brillantes acciones. En el ¨¢rea contraria, Casillas pas¨® un rato muy malo en un mano a mano con Villa, delantero listo, de los que ponen a prueba a los centrales cl¨¢sicos. Villa se retrasaba, o entraba por los costados con habilidad y buenas maneras.
Todas las oportunidades posteriores del Zaragoza llegaron en remates de media y larga distancia. Savio pas¨® desapercibido, lo mismo que Galletti por el ala derecha. Al equipo le funcionaron mejor los centrocampistas, gente laboriosa que trabaj¨® a destajo en la recuperaci¨®n de la pelota. El partido ten¨ªa tanto traj¨ªn que Corona, el m¨¢s fino de los medios locales, dedic¨® la mayor parte del tiempo a perseguir jugadores madridistas. Le qued¨® tiempo, sin embargo, para dejar algunos de los detalles que le hicieron uno de los juveniles m¨¢s cotizados del f¨²tbol espa?ol. Aunque de juego no estuvo sobrado, al Zaragoza no le falt¨® fe y combustible. El equipo se dej¨® la vida hasta el ¨²ltimo instante.
Por si la historia est¨¢ obligada a repetirse, R¨¢ul tuvo la victoria del Madrid en dos jugadas que recordaron otra noche, la de su debut en Primera, en el mismo escenario, por cierto. Como entonces, Ra¨²l dispuso de dos oportunidades clamorosas, sobre todo en el mano a mano con La¨ªnez en el segundo tiempo, con el Madrid a toda m¨¢quina. Ra¨²l, que suele actuar autom¨¢ticamente en el ¨¢rea, se pens¨® demasiado el remate y se encontr¨® con el portero encima. Poco despu¨¦s, Toledo remedi¨® su mediocre noche con la intercepci¨®n de un cabezazo del delantero madridista. Fueron los momentos m¨¢s significativos de un partido estupendo, con dos equipos en su ley. Al elegante Madrid no le falt¨® sacrificio y energ¨ªa. Al Zaragoza no le sobr¨® f¨²tbol, pero fue un ejemplo de determinaci¨®n y pujanza.
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