Vikingo en son de paz
En el fondo del escenario donde el saxofonista cumpli¨® su cita con Emociona Jazz!!! hab¨ªa dos grandes telas tensadas con vientos. Por su forma y tama?o parec¨ªan las velas de un barco vikingo, pero la m¨²sica de Garbarek siempre onde¨® con bandera blanca. Puesto a conciliar, incluso herman¨® lo at¨¢vico con lo futurista, lo africano con lo irland¨¦s y la fanfarria h¨ªmnica con la balada minimalista. Si alg¨²n m¨²sico se llevase alguna vez el Nobel de la Paz, ¨¦se ser¨ªa para el noruego.
Pac¨ªfica y serena son¨® su primera pieza, una especie de monodia medieval que hubiera resultado un excelente apoyo sonoro para ilustrar el rescate de una princesa cautiva en un castillo. Conciliadora son¨® la segunda, llena de brillantes transiciones que desembocaron en un ins¨®lito ejercicio de funk. Igual de comprensivo result¨® el resto del temario, rico en paisajes cambiantes y melod¨ªas que resta?aban casi simult¨¢neamente.
Jan Garbarek Group
Jan Garbarek (flauta y saxos tenor y soprano), Rainer Br¨¹ninghaus (teclados), Eberhard Weber (bajo el¨¦ctrico vertical) y Marylin Mazur (percusi¨®n). Teatro Casa de Campo. Madrid, 1 de noviembre.
Conocido su talante, sobra decir que Garbarek hizo extensiva a su grupo la licencia para moverse en libertad. As¨ª, Br¨¹ninghaus se sent¨® por ¨²nica vez ante el piano ac¨²stico, un espl¨¦ndido Bosendorfer, para improvisar lo que se antoj¨® un endiablado estudio para alumnos de posgrado. M¨¢s modesto result¨® el resto de su trabajo, a pie de teclado electr¨®nico capaz de generar toda suerte de fondos t¨ªmbricos. En realidad, Garbarek parec¨ªa dirigir tres conjuntos orquestales, porque Eberhard Weber tambi¨¦n extrajo de su ya emblem¨¢tico bajo de cinco cuerdas sonidos chirriantes y aterciopelados, fulgurantes notas en pizzicato y profundos lamentos con el arco. Y qu¨¦ decir de Marylin Mazur, en¨¦rgica reina de la percusi¨®n felizmente rodeada de una lujuriosa corte de campanillas, tambores y otros utensilios an¨®nimos que, sin renunciar a su funci¨®n r¨ªtmica, reforzaron el contenido mel¨®dico de cada tema. Dos generosas propinas, incluida la ya cl¨¢sica Brother wind march, prolongaron el venturoso viaje de los cuatro navegantes.
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