'Cnnicienta'
El pol¨ªtico es como el escritor de diarios. Su trabajo es una respuesta diaria al est¨ªmulo de la actualidad. En tiempos de elecciones el est¨ªmulo es tan intenso que el pol¨ªtico ideal ser¨ªa como Lenny Bruce, aquel b¨¢rbaro comediante que cada noche trituraba los peri¨®dicos en su tugurio. Anduve ayer rastreando para ver c¨®mo los candidatos encaraban lo de Cnnicienta. Me decepcion¨® que ninguno de ellos subrayara el triunfo esplendoroso de la nueva aristocracia. Si la aristocracia ha sido siempre un concepto puramente virtual, qu¨¦ mejor caladero que lo medi¨¢tico para seguir en lo suyo, renovada. Vinculado con ello me decepcion¨®, asimismo, que ninguno de los candidatos, dem¨®cratas en trance de exhibirlo, pusieran el grito en el cielo ante la proliferaci¨®n de la palabra plebeya en los peri¨®dicos. Esta palabra -y su legitimidad- supone lo mismo que si de repente todos los peri¨®dicos espa?oles empezaran a hablar de payos. La cosmovisi¨®n de un Roman¨ª News, pongamos.
Anduve en especial muy de cerca del candidato Carod, fisgoneando en los arrabales de su discurso. Por dos razones. Al parecer, el candidato Carod es el pr¨ªncipe de la iron¨ªa catalana y, aunque esto debiera bastar para evaluar el estado de la iron¨ªa catalana, no hay m¨¢s cera que la que arde. Tambi¨¦n me parec¨ªa id¨®nea la ocasi¨®n para un lucimiento de tipo personal, dadas las pocas ocasiones que tiene de exhibir su republicanismo. Y, sin embargo, s¨®lo le o¨ª decir que la pareja no tendr¨ªa tantos problemas de piso como la mayor¨ªa de j¨®venes. Uf. Salvas. ?P¨®lvora del rey!
Una campa?a electoral no puede prescindir de la actualidad consuetudinaria. S¨®lo es preciso hacerla comparecer en el escenario, retorcerle el cuello y ver c¨®mo grita. No quiero tampoco ser complaciente con mis colegas. La gran decepci¨®n de no haber visto este fin de semana a periodista alguna con una chapita sutil en la solapa que expusiera: "Yo tambi¨¦n soy periodista".
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