Una soberana lecci¨®n /2

He seguido con mucho inter¨¦s (estrictamente sociol¨®gico) el revuelo causado por el compromiso del Pr¨ªncipe. (Deber¨ªa incluso decir que me he divertido viendo, por ejemplo, los contorsionismos ideol¨®gicos que se han visto obligados a hacer ciertos personajes como el de¨¢n de la catedral de la Almudena o el ultraconservador Luis Mar¨ªa Anson para, con tal de no criticar a la monarqu¨ªa, justificar lo -para ellos- injustificable: el hecho de que la prometida sea divorciada).

Y me han surgido algunas preguntas:

1. ?Por qu¨¦ se hacen encuestas y entrevistas pidiendo la opini¨®n del pueblo espa?ol sobre la prometida como futura reina cuando nunca hemos podido votar sobre el prometido como futuro rey?

2. ?Por qu¨¦, si ¨¦ste es un Estado aconfesional, los miembros de la familia real hacen ostentaci¨®n de catolicismo, cas¨¢ndose por la Iglesia?

3. ?Por qu¨¦ se intenta minimizar, incluso en EL PA?S, el anterior matrimonio de la prometida calific¨¢ndolo como "matrimonio civil", cuando el matrimonio civil es el ¨²nico legalmente reconocido en Espa?a?

4. ?Por qu¨¦ se ensalza a Letizia Ortiz como ejemplo de mujer del siglo XXI, moderna y profesional, cuando lo primero que ha hecho, aun antes de la petici¨®n de mano (ritual machista donde los haya), ha sido dejar su trabajo para convertirse en (futura) mujer de...? Y cuando adem¨¢s, como bien han empezado a se?alar algunos comentaristas, la propia monarqu¨ªa vulnera la igualdad de derechos de la mujer al establecer la sucesi¨®n por l¨ªnea masculina.

5. ?Por qu¨¦ nadie habla de los enormes gastos que nos va a generar a todos los espa?oles la boda... por no mencionar, claro, los gastos de mantener a la (cada vez m¨¢s numerosa) familia real?

6. ?Podr¨¢ publicarse esta carta?