M¨¢s fant¨¢stica que nunca

Tanto concierto banal, tanta inutilidad sonora, tanto m¨¢s de lo mismo hasta que llega la revelaci¨®n, qu¨¦ digo, el santo advenimiento. Uno de esos conciertos que quedar¨¢n en la memoria de los aficionados para siempre, que se transmitir¨¢n a hijos y a nietos y de generaci¨®n en generaci¨®n hasta el fin de los tiempos como quer¨ªan los b¨ªblicos patriarcas. ?Por qu¨¦ no tenemos aqu¨ª algo semejante?, dec¨ªan algunos al ponderar los valores de la Orquesta Revolucionaria y Rom¨¢ntica. No somos nadie, dec¨ªan otros. Qu¨¦ tipazo, murmuraban las se?oras ante el palmito de Gardiner, recto como un junco, elegante, entusiasmado ¨¦l frente a sus propios m¨²sicos.

La mezzo argentina de origen esloveno Bernarda Fink dijo los textos de Gautier en Las noches de est¨ªo con la voz y el estilo que la han elevado a las cimas de su cuerda, con una naturalidad pasmosa, con una impecable dicci¨®n francesa que aqu¨ª es primordial, pues ella misma es ya pura m¨²sica. El lamento y la ausencia, el dolor y la sorpresa estuvieron ah¨ª como nunca. Toda la m¨²sica: an¨¢lisis y coraz¨®n, filolog¨ªa y emociones. Nunca una Fant¨¢stica lo fue tanto. Hoy ya es otro d¨ªa y volveremos a la rutina dom¨¦stica y al bolo for¨¢neo. Pero que nos quiten lo bailado.