Un oasis ecol¨®gico entre polvo y camiones

A escasos metros de la autov¨ªa de Valencia (N-III) y rodeada del humo de los camiones y de las m¨¢quinas de una empresa de extracci¨®n de ¨¢ridos existe una zona de alto valor ecol¨®gico en la que habitan desde garzas imperiales, aviones zapadores o cormoranes hasta patos cuchara o aguiluchos laguneros.

Esta peculiar finca, llamada El Porcal y que forma parte del parque regional del Sureste, hace d¨¦cadas era un erial. La empresa Aripresa (grupo Portland) se instal¨® en ella en los a?os sesenta y empez¨® a extraer grava para la construcci¨®n. Las m¨¢quinas cavaron durante a?os y los trabajos fueron formando lagunas de agua hasta aquel momento subterr¨¢nea. Al reclamo del agua y de la vegetaci¨®n que fue naciendo en las orillas de las lagunas cientos de aves se desplazaron hasta el lugar, situado cerca del kil¨®metro 14 de la autov¨ªa de Valencia. Ahora viven tranquilamente entre el estr¨¦pito de las m¨¢quinas extractoras y el polvo que levantan los camiones a su paso.

Luego llegaron las leyes medioambientales y la denominaci¨®n de parque regional del Sureste, extensi¨®n dentro de la cual se encuentra ahora enclavada la finca y tambi¨¦n los m¨¢s de cien trabajadores que extraen tierras para Aripresa. En la regi¨®n, el consumo de ¨¢ridos (materiales rocosos naturales) se ha disparado en los ¨²ltimos diez a?os debido al desarrollo urban¨ªstico, y en torno a los r¨ªos Manzanares y Jarama hay m¨¢s de 200 explotaciones de este material.

Para proteger a los animales de la actividad industrial de Aripresa, la asociaci¨®n ecologista Naumanni, financiada por la Fundaci¨®n La Caixa, trabaja todos los d¨ªas en la finca, que ocupa 459 hect¨¢reas. Entre los animales protegidos que hay en la zona est¨¢ la garza imperial: en la regi¨®n hay 32 parejas, y en la finca El Porcal 27 de estas 32. Tambi¨¦n hay calamones (ave de color azul met¨¢lico fuerte y procedente de Do?ana) y cientos de gaviotas que en invierno llegan desde el mar y se sirven comida del cercano vertedero de Valdeming¨®mez. Adem¨¢s, en las lagunas de la finca habitan peces como carpas y barbos.

El proyecto de los ecologistas consiste en actuar sobre el medio ambiente al mismo tiempo que Aripresa extrae las gravas. "Las m¨¢quinas extraen las tierras y el paisaje va cambiando al mismo tiempo. Tenemos que actuar mientras los operarios trabajan para proteger a los animales", explica Manuel Fern¨¢ndez, director del proyecto. Primero, los ecologistas se encargan de hacer un diagn¨®stico y de evaluar, por ejemplo, el coste que tiene en el medio ambiente el movimiento de las tierras por parte de los camiones. Despu¨¦s, los miembros de Naumanni act¨²an sobre el terreno. "Lo m¨¢s importante es adecuar las orillas, ya que las m¨¢quinas, al extraer, hacen sobre las lagunas un talud vertical, y las orillas tienen que ser m¨¢s sinuosas para que la vegetaci¨®n y los animales se puedan asentar", explica la bi¨®loga Eugenia Alvear. Los empleados de Naumanni plantan vegetaci¨®n en las orillas, sobre todo ¨¢rboles de ribera.

Por ¨²ltimo, los ecologistas sensibilizan a los empleados de la empresa extractora sobre la importancia ecol¨®gica que tiene el entorno que les rodea. Por ejemplo, les piden que no echen basuras a los terrenos, que no tiren al agua de las lagunas peces que no corresponden a este entorno, que procuren circular despacio con los camiones y las m¨¢quinas o que rieguen las pistas para que no se levante polvo. "Hemos tenido mucha suerte, porque la actitud de Aripresa siempre ha sido muy positiva y los trabajadores est¨¢n, en general, muy concienciados con el medio ambiente", se?ala Fern¨¢ndez. As¨ª, alguna vez, un empleado ha llevado hasta los ecologistas un animal herido o los operarios han dejado que un chorlitejo formase un nido con sus cr¨ªas encima de un talud de tierra.

Convenio de colaboraci¨®n

La colaboraci¨®n entre los ecologistas y Aripresa empez¨® hace tres a?os mediante un convenio. Adem¨¢s, los miembros de la asociaci¨®n hacen de gu¨ªas a las visitas que la empresa organiza en la zona, ya que la empresa es de alguna manera el emblema de Aripresa. "Lo que queremos demostrar con este proyecto es que se puede compatibilizar una actividad industrial como ¨¦sta con la naturaleza", se?alan desde Naumanni.

Todo ello teniendo en cuenta una cosa: los animales est¨¢n ya m¨¢s que acostumbrados a las m¨¢quinas. "Cuando llegaron las aves, los camiones y las extractoras ya estaban aqu¨ª, forman parte de su entorno. En cuanto los camiones dejan de pasar y lo hace otro veh¨ªculo, las aves se asustan", explican los ecologistas. "Todav¨ªa podr¨ªa haber m¨¢s fauna en esta finca de la que hay: esto es una zona con mucho potencial", a?aden.

Los ecologistas adem¨¢s dan a conocer la zona a la poblaci¨®n escolar de los municipios cercanos (Arganda del Rey, Rivas-Vaciamadrid) mediante visitas. Incluso estudiantes de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares suelen visitar la zona para sus proyectos cient¨ªficos. El siguiente proyecto de la asociaci¨®n Naumanni consiste en realizar un seminario con empresas parecidas a Aripresa para que conozcan los resultados de la iniciativa emprendida en la finca madrile?a.