El desastre del siglo
La goleada de M¨®naco, la mayor masacre del f¨²tbol espa?ol en Europa, pone bajo sospecha la renovaci¨®n t¨¢ctica del Deportivo
Ni siquiera Javier Irureta, con casi cuatro d¨¦cadas de vida futbol¨ªstica a cuestas, hab¨ªa vivido algo semejante. "Es lo m¨¢s extra?o que he visto nunca", suspir¨® en la sala de prensa del estadio Louis II de M¨®naco, sobreponi¨¦ndose al sonrojo de una humillaci¨®n de proporciones hist¨®ricas, un 8-3 que quedar¨¢ grabado a fuego en la memoria negra del deportivismo y de todo el f¨²tbol nacional. Nunca en la historia de las competiciones europeas un equipo espa?ol hab¨ªa recibido ocho goles de un rival extranjero. Y el Deportivo no hab¨ªa pasado por un trance tan amargo desde hace 21 a?os, cuando penaba en Segunda Divisi¨®n.
La debacle tiene el efecto a?adido de que lleg¨® sin avisar, cuando todo el mundo ensalzaba la eficacia y la regularidad de un equipo que lleva cinco a?os peleando por la Liga y bati¨¦ndose con los mejores del continente. En eso recuerda al ¨²ltimo gran desastre de un equipo espa?ol en Europa, el 7-0 que encaj¨® el Valencia en Karlsruhe, en 1993. El equipo que entonces entrenaba Guus Hiddink era el l¨ªder de la Liga y, tras el cataclismo, no levant¨® cabeza. "Pero al Deportivo no le suceder¨¢ lo mismo", aventura el ex valencianista Fernando, uno de los que vivieron la pesadilla de Karlsruhe. "En Valencia fue la directiva, que ten¨ªa malas relaciones con el entrenador, la que no supo asimilarlo. No es el caso del Depor. Y los futbolistas tienen recursos para superarlo".
Una impresi¨®n reforzada por la templada reacci¨®n del presidente del Deportivo, Augusto C¨¦sar Lendoiro, quien por primera vez hab¨ªa viajado a un duelo de su equipo en la Liga de Campeones. "Analizaremos si hay que tomar alguna medida, pero no creo que sea necesario", asegur¨® Lendoiro. Irureta tambi¨¦n ofreci¨® un discurso tranquilizador - "s¨®lo son tres puntos", recalc¨® -, aunque, en privado, alg¨²n miembro del cuerpo t¨¦cnico no ocultaba su preocupaci¨®n. A los jugadores pareci¨® invadirles la misma sensaci¨®n de incredulidad que tuvo Fernando aquella noche de hace una d¨¦cada en Alemania. "A¨²n no me creo que sea verdad", repet¨ªa el marroqu¨ª Naybet, todav¨ªa con arrestos para ponerse desafiante: "Si volvemos a jugar ma?ana, les ganamos seguro y no nos marcan un gol".
El modo en que se produjo la derrota ata?e a un aspecto clave de la renovaci¨®n t¨¢ctica promovida este a?o por Irureta, con estupendos resultados hasta M¨®naco. Tras el partido, el t¨¦cnico no quiso entrar en el debate, pero, mientras le planteaban la cuesti¨®n, asent¨ªa en silencio. La recuperaci¨®n de Molina, un meta muy capacitado para jugar fuera de la porter¨ªa, y de Andrade, central ¨¢gil y r¨¢pido, hab¨ªa permitido a Irureta adelantar la posici¨®n de su defensa. El Depor, que el a?o pasado era un equipo largu¨ªsimo, con 70 metros entre el portero y Makaay, se api?aba ahora para jugar m¨¢s encima del rival. El achique de la defensa entra?aba serios riesgos, como ya hab¨ªa insinuado en Riazor el propio M¨®naco con el supers¨®nico Giuly. Pero el estado de gracia de Andrade y Naybet, junto a la buena coordinaci¨®n de movimientos, hab¨ªa puesto al equipo a salvo de peligros. Hasta que en M¨®naco se cay¨® la estructura entera.
Esta misma temporada ya hubo un aviso en Pamplona, hace cinco semanas, cuando el Depor encaj¨® tres goles en cuatro minutos. Entonces el fiasco se cobr¨® una v¨ªctima, el lateral H¨¦ctor, que desapareci¨® del equipo. Ahora uno de los m¨¢s se?alados es precisamente su sustituto, Manuel Pablo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.