La 'Voyager 1' llega al borde del sistema solar
La nave de la NASA es el ingenio humano que m¨¢s se ha alejado de la Tierra tomando y enviando informaci¨®n
Tras casi medio siglo de exploraci¨®n espacial, una nave terrestre se adentra ahora en la frontera del sistema solar enviando datos de lo que all¨ª encuentra. Es la Voyager 1, de la NASA, que parti¨® hace 26 a?os y que est¨¢ ya a m¨¢s de 13.000 millones de kil¨®metros. Es el artefacto que m¨¢s se ha alejado de la Tierra, explica la NASA, y sigue funcionando, pero los cient¨ªficos no se ponen de acuerdo acerca de si ha llegado ya a la zona en la que el viento solar se mezcla con el medio interestelar, o si est¨¢ a punto de hacerlo.
Los m¨¢s de 13.000 millones de kil¨®metros de alejamiento de la Tierra que ha alcanzado la Voyager 1 equivalen a 85 veces la distancia de aqu¨ª al Sol (unidad astron¨®mica, unos 150 millones de kil¨®metros). La luz, a una velocidad de casi 300.000 kil¨®metros por segundo, tarda 12 horas en recorrer ese trecho. Parece una enorme distancia, pero realmente es insignificante a escalas astron¨®micas: la estrella m¨¢s cercana al Sol (Pr¨®xima Centauri) est¨¢ a 4,22 a?os luz de la Tierra, el centro de la v¨ªa l¨¢ctea est¨¢ a unos 28.000 a?os luz, y los astrof¨ªsicos observan el universo remoto con los telescopios a distancias superiores a los 10.000 millones de a?os luz.
R¨¦cord
La Voyager 1 est¨¢ en el l¨ªmite del sistema solar, mientras que su gemela, la Voyager 2, est¨¢ todav¨ªa a unas veinte unidades astron¨®micas de la primera. Pero lo que intriga a los cient¨ªficos no es la distancia de r¨¦cord, sino la investigaci¨®n de esa regi¨®n desconocida del espacio, donde debe de estar el borde de la heliosfera, es decir, el inicio de la ¨²ltima regi¨®n de la zona de influencia del Sol. All¨ª, el plasma de part¨ªculas cargadas emitidas por la estrella (el viento solar) se mezcla con los ¨¢tomos, mol¨¦culas y plasma del espacio interestelar, y los astrof¨ªsicos suponen que debe ser una regi¨®n de violenta transici¨®n. Una pista clave para saber si la nave ha llegado a esa frontera es la reducci¨®n dr¨¢stica de la velocidad del viento solar.
No se sabe con exactitud d¨®nde est¨¢ ese l¨ªmite y se pensaba que estar¨ªa m¨¢s cerca de la distancia que ahora separa la Voyager 1 del Sol, explica la NASA. "Al alejarse m¨¢s y m¨¢s, la nave confirma que todos los planetas est¨¢n dentro de una inmensa burbuja hinchada por el viento solar".
Entre principios de agosto del a?o pasado y febrero de 2003, los cient¨ªficos de la misi¨®n apreciaron lecturas anormales de dos instrumentos de a bordo de la Vogayer-1. Era una indicaci¨®n de que la nave pod¨ªa haber entrado en una regi¨®n del sistema solar diferente de cualquier otra explorada con anterioridad: la zona de transici¨®n hacia la ¨²ltima zona fronteriza.
"La Voyager 1 ha detectado llamativos s¨ªntomas de la regi¨®n del espacio profundo donde se forma una gigantesca onda de choque cuando el viento solar reduce su velocidad de forma pronunciada y empuja hacia fuera contra el viento interestelar", ha explicado ahora Edward Stone, director cient¨ªfico de esta misi¨®n. "Las observaciones nos han sorprendido e intrigado, as¨ª que existe todav¨ªa mucho por descubrir cuando la nave empieza a explorar esta nueva regi¨®n de la frontera del sistema solar".
Pero la sonda, con algunos de sus instrumentos ya inutilizados tras el largo viaje, no ha enviado datos suficientemente claros y dos equipos cient¨ªficos se enfrentan en su interpretaci¨®n de mediciones indirectas. Ambos publicaron ayer en la revista Nature sus conclusiones. Para Stamatios M. Krimigis (Universidad John Hopkins) y sus colegas, la nave de la NASA cruz¨® la frontera en agosto del a?o pasado, aunque unos 200 d¨ªas despu¨¦s la zona de choque se desplaz¨® hacia el exterior, sobrepas¨® a la nave y la dej¨® de nuevo en la zona de alta velocidad del viento solar. Sin embargo, el equipo dirigido por Frank B. McDonald (Universidad de Maryland) argumenta que el efecto medido s¨®lo es un precursor del borde, al que la nave todav¨ªa no ha llegado.
Nueva zona
Eric Christian, del programa de investigaci¨®n Sol-Tierra de la NASA, asevera que, independientemente de si la nave ya ha cruzado o no el borde, lo que est¨¢ claro es que, seg¨²n las observaciones, "hemos entrado en una nueva zona del sistema solar".
De hecho, no se espera que ese borde sea estacionario, explica en Nature Len A. Fisk, experto de la Universidad de Michigan, y su localizaci¨®n variar¨¢ con los cambios de la heliosfera. Para saber qui¨¦n tiene raz¨®n, si el grupo de Krimigis o McDonald y sus colegas, habr¨¢ que esperar a que la Voyager 1 avance y env¨ªe informaci¨®n del entorno que vaya cruzando.
"Las Voyager recorren entre tres y cuatro unidades astron¨®micas cada a?o, y deber¨ªa llegar a la heliopausa (se estima que est¨¢ a una distancia de unas 150 unidades astron¨®micas del Sol), que es la frontera que separa el plasma de viento solar del plasma interestelar. Entonces habremos entrado realmente en el medio interestelar", comenta Fisk. "Pero ambas naves se habr¨¢n quedado sin alimentaci¨®n de energ¨ªa mucho antes, hacia 2020. Tras 40 a?os de misi¨®n, seguir¨¢n a la deriva tranquilamente m¨¢s all¨¢, en el pristino espacio interestelar".
Tambi¨¦n muy lejos de la Tierra, casi a la misma distancia que la Voyager 1 (84,11 unidades astron¨®micas), debe estar la Pioner 10, otra nave autom¨¢tica de la NASA que se aventur¨® hacia fuera del sistema solar tras su lanzamiento en 1973. Pero en febrero de este a?o se perdi¨® todo contacto con ella. Con la Pioner 11 se interrumpi¨® toda comunicaci¨®n en 1995.
Un mensaje de la humanidad
Las naves autom¨¢ticas Voyager 1 y Voyager 2, partieron de la Tierra el 5 de septiembre y el 20 de agosto, respectivamente, cuando Espa?a a¨²n no hab¨ªa estrenado su Constituci¨®n. Fueron enviadas a explorar los planetas gigantes, J¨²piter y Saturno, as¨ª como sus sat¨¦lites y entornos, y las im¨¢genes y datos que enviaron asombraron a la comunidad cient¨ªfica en los a?os ochenta. Ya en los noventa, se adentraron en las regiones de los planetas m¨¢s alejados en busca de los confines del Sistema Solar. La Voyager 2 tom¨® una trayectoria hacia Urano y Neptuno y ahora va un poco a la zaga de su gemela. S¨®lo las Pioneer 10 y Pioneer 11 se hab¨ªan aventurado antes en las regiones exteriores del Sistema Solar.
Con una masa en ¨®rbita de 722 kilos, cada una de estas naves lleva media docena de instrumentos cient¨ªficos y una pila de plutonio para generar energ¨ªa el¨¦ctrica, dado que tan lejos del Sol ser¨ªan in¨²tiles los paneles solares que llevan otras sondas. Son misiones del Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
Adem¨¢s de robots de exploraci¨®n cient¨ªfica, las Voyager son mensajeros de los terr¨ªcolas con informaci¨®n para los extraterrestres si es que existen, sobre quienes las dise?aron y enviaron a recorrer el cielo. Cada nave lleva un disco de cobre chapado en oro con sonidos e im¨¢genes seleccionadas para mostrar la diversidad de la vida y la cultura terrestres. Se eligi¨® m¨²sica de Bach, de Beethoven y de Louis Armstrong. Llevan el saludo Hola grabado en 60 idiomas, as¨ª como los sonidos del viento, de las olas del mar, de p¨¢jaros y de ballenas. Unos esquemas de un hombre y de una mujer, de varios animales y del Sistema Solar completan el mensaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.