Jan¨¢cek: debut y retorno
Cuando la Asociaci¨®n Bilba¨ªna de Amigos de la ?pera (ABAO) acaba de celebrar los 50 a?os de actividad, llega por primera vez a su programaci¨®n una ¨®pera de Leoš Jan¨¢cek, Jenufa. Verdi ocupa el primer lugar en las prioridades de la ABAO (representado 169 veces en 18 t¨ªtulos diferentes), siendo Rigoletto la ¨®pera m¨¢s veces ofrecida: en 20 oportunidades, desde la temporada inicial de esta aventura l¨ªrica, all¨¢ por agosto de 1953. Jan¨¢cek (julio 1854-agosto 1928) se presenta en Bilbao cuando est¨¢ a punto de cumplirse el 150? aniversario de su nacimiento y lo hace con una obra que se convertir¨¢ en centenaria el pr¨®ximo mes de enero.
Jenufa est¨¢ basada en el drama de Gabriela Preissov¨¢, Su hijastra, que al pasar del escenario hablado al cantado tom¨® el m¨¢s sugestivo nombre de su infeliz protagonista. Casi ocho a?os le cost¨® a Jan¨¢cek su composici¨®n, pues sus tareas did¨¢cticas s¨®lo le permit¨ªan trabajar de noche o los fines de semana. Entretanto muri¨® su hija Olga, a quien est¨¢ dedicada la partitura, una p¨¦rdida que se sumaba a la de su ¨²nico hijo var¨®n, Vlad¨ªmir. Un eco de ese inmenso dolor aparece en el de Jenufa llorando la muerte de su hijo en el intenso acto II de la obra.
Escrita en la d¨¦cada en que en Italia, e irradiando de ella en toda Europa, triunfaba el verismo m¨¢s desaforado ( Cavalleria rusticana, de Mascagni, es de 1890, y Payasos, de Leoncavallo y Mala vita, de Giordano, de 1892) y estrenada cuatro meses antes que la Madama Butterfly pucciniana, en Jenufa encuentra Jan¨¢cek su propio lenguaje, dejando de lado cualquier influencia occidental. Por un lado prescinde del sistema wagneriano del motivo conductor y se desconecta del impresionismo de Debussy, cuyo Pell¨¦as et M¨¦lisande, estrenado apenas dos a?os atr¨¢s, hab¨ªa conmocionado al mundo de la m¨²sica cantada. No desde?a el compositor la tendencia generalizada del momento, de trasladar la tentaci¨®n sinf¨®nica a los modales oper¨ªsticos, tentaci¨®n de la que no pudo sustraerse ni el mismo Puccini y de la que era m¨¢ximo baluarte Richard Strauss con su casi contempor¨¢nea Salom¨¦ y su sucesora Elektra. Jan¨¢cek trabaj¨® directamente sobre la melod¨ªa ¨ªnsita en el propio texto literario, "bebiendo literalmente en ¨¦l, ve¨ªa mucho m¨¢s profundamente en el ¨¢nimo del hombre, con el que hablaba por medio de la m¨²sica de sus palabras", tal como escribi¨® explicativo para la posteridad. Para ello, Jan¨¢cek redact¨® tambi¨¦n el libreto, en contra de la oposici¨®n de la Preissov¨¢ que intent¨® convencerle hasta el ¨²ltimo momento de que su drama era antioper¨ªstico, sin darse cuenta de que gracias a esta m¨²sica conseguir¨ªa la inmortalidad.
El estreno tuvo lugar en Brno el 21 de enero de 1904. Era la primera ¨®pera de Jan¨¢cek que se representaba, pues una anterior, hoy vagamente conocida, Sarka, deber¨ªa esperar al a¨²n lejano 1925 para ser atendida. Jenufa lleg¨® a la capital, Praga, en 1916 y, traducida al alem¨¢n por Max Brod, se ofreci¨® en Viena en 1918 y en Berl¨ªn en 1924, dirigida en esta memorable ocasi¨®n por Erich Kleiber. Su espaldarazo internacional lleg¨® ese mismo 1924, cuando el Metropolitan Opera House neoyorquino reuni¨® un equipo de extraordinario gancho para que la cantase, aunque todav¨ªa en alem¨¢n, dirigido por Artur Bodanzky, encabezado por dos monstruos sagrados: la soprano checa Maria Jeritza (ya Jenufa en Viena en 1916) y la contralto h¨²ngara Margarete Matzenauer. Reticente al idioma checo, en 1974, el Met seg¨ªa ofreciendo la obra (en una producci¨®n de G¨¹nther Rennert, con Teresa Kubiak, Astrid Varnay, Jon Vickers y William Lewis) cantada ?en ingl¨¦s!
A Italia, Jenufa lleg¨® en 1941 con el estreno veneciano de La Fenice, protagonizado por la magn¨ªfica Gina Cigna, y a Buenos Aires, en 1950, con un cuarteto de ensue?o: Tiana Lemnitz, Margarete Klose, Anton Dermota y Ludwig Suthaus, dirigidos por Karl B?hm. El Liceo de Barcelona la conoci¨® el 14 de enero de 1965, siendo la primera partitura teatral de Jan¨¢cek escuchada en Espa?a. El teatro de La Zarzuela la program¨® en 1993, en una de sus ¨²ltimas temporadas dedicadas a la ¨®pera, aunque hab¨ªa montado 18 a?os atr¨¢s, excepcionalmente, Katia Kabanova, gracias a una visita de la compa?¨ªa del Teatro Nacional de Praga.
As¨ª, Jenufa, por sus indudables valores musicales, pero sobre todo por sus vicisitudes dram¨¢ticas, se ha convertido en la tarjeta de presentaci¨®n esc¨¦nica de su autor en los pa¨ªses occidentales, una supremac¨ªa que comparte con su hermana gemela Katia Kabanova. Pero se est¨¢ imponiendo El caso Makropoulos, gracias a las puntuales personalidades sopraniles que se dejan tentar por la imperecedera e inhumana Emilia Marty: Anja Silja, Karan Armstrong, Raina Kabaivanska, Catherine Malfitano y hasta la grandiosa Jessye Norman. Aunque se van abriendo camino en las programaciones otros t¨ªtulos janacekianos como Desde la casa de los muertos, inclasificable y fascinante recreaci¨®n del mundo de Dostoievski, es dif¨ªcil que los imaginativos pero algo absurdos Viajes de Mr. Broucek, uno a la Luna y otro al siglo XV, se impongan en el repertorio convencional.
El Teatro Real dio la entrada a Jan¨¢cek con La zorrita astuta, sin duda animado por la excelente puesta en escena de Nicholas Hytner, solicitada por numerosos escenarios europeos a partir de su estreno en el Ch?telet parisiense de 1995. Pendiente a¨²n de alojar a Jenufa o a su ¨¢lter ego, Katia Kabanova, y coincidiendo con Bilbao, present¨® el pasado s¨¢bado Osud (Destino), una partitura hermos¨ªsima, donde Massenet, Chaikovski y Puccini parecen converger, pese a las abruptas armon¨ªas de la orquesta de Jan¨¢cek, con una m¨²sica muy por encima de la mediocridad del a veces desordenado y pretencioso texto.
Jenufa, de J¨¢nacek, en producci¨®n de la ?pera de Viena, dirigido por Jir¨ª Kout, con Elena Prokina, Kurt Streit y Raina Kabaivanska. En el Palacio Euskalduna de Bilbao. Del 15 al 24 de noviembre.
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