Un centenar de fotograf¨ªas de Cuallad¨® refleja el esp¨ªritu renovador del artista
La exposici¨®n que le dedica el IVAM re¨²ne 20 im¨¢genes in¨¦ditas
Gabriel Cuallad¨® (Massanassa, Valencia, 1926- Madrid, 2003) represent¨® el "esp¨ªritu de cambio" en la fotograf¨ªa espa?ola en los a?os cincuenta; fue "un artista capaz de impregnar de estilo su mirada realista sobre los instantes que rodearon su vida cotidiana". As¨ª lo record¨® ayer el director del IVAM, Kosme de Bara?ano, en la presentaci¨®n de una exposici¨®n que recorre la trayectoria de este fot¨®grafo al tiempo que le rinde homenaje.
Fue "uno de los grandes maestros de la fotograf¨ªa internacional; un fot¨®grafo humanista, sencillo, directo, que caus¨® sensaci¨®n a nivel internacional pero que muy poca gente fue capaz de apreciar dentro de Espa?a hasta despu¨¦s del franquismo", coment¨® el comisario de la exposici¨®n y antiguo amigo y colaborador de Cuallad¨®, fallecido el pasado verano, Josep Vicent Monz¨®.
La muestra, que permanecer¨¢ abierta hasta el 11 de enero, re¨²ne hasta un centenar de fotograf¨ªas, 20 de ellas in¨¦ditas, con el objeto de ofrecer un recorrido por toda su trayectoria. Se exhiben algunas de las im¨¢genes en blanco y negro que se han convertido casi en un icono del IVAM, como El autorretrato en camiseta. No en vano, la obra del artista "es uno de los pilares de la colecci¨®n de fotograf¨ªa" gracias a la cual el IVAM se convirti¨® en un museo de referencia en el campo fotogr¨¢fico, a?adi¨® Bara?ano. En 1989, el Instituto Valenciano de Arte Moderno ya le dedic¨® una exposici¨®n antol¨®gica.
La hija del premio Nacional de Fotograf¨ªa de 1994 apunt¨® que su padre estar¨ªa satisfecho al poder compartir el "fulgor" de hacer una fotograf¨ªa, placer s¨®lo comparable con el que experimenta el fot¨®grafo cuando muestra su obra, que en el caso de Cuallad¨® refleja experiencias vividas por el artista.
"No le hicieron falta temas considerados importantes, 'ni personajes famosos', sino que representaba im¨¢genes sencillas de personas allegadas, tan naturales que s¨®lo se pueden registrar fotogr¨¢ficamente cuando se es parte de ella", explic¨® el comisario. Fotografiaba a sus hijas, a su mujer, a hombres, mujeres y ni?os que ve¨ªa por la calle; a una ni?a pein¨¢ndose, una espl¨¦ndida fotograf¨ªa que le vali¨® el reconocimiento europeo en las postrimer¨ªas de los a?os cincuenta.
A?ade Monz¨®n en el cat¨¢logo editado a modo de homenaje, y en el que participan 29 especialistas y fot¨®grafos como Schommer, Plossu o Fontcuberta: "Su obra es nuestro ¨¢lbum familiar y forma parte de la memoria hist¨®rica de nuestro pueblo, pues traspasa el l¨ªmite de la realidad observada, para adentrarnos en nuestras propias vivencias o en nuestros propios recuerdos, convirti¨¦ndose en aut¨¦nticos iconos de un ¨¢lbum familiar universal, donde conviven apaciguadamente las cl¨¢sicas controversias entre las preocupaciones est¨¦ticas y las inquietudes sociales".
Cuallad¨® altern¨® los trabajos en el campo con las clases en una academia nocturna antes de desplazarse de su pueblo natal, Massanassa, en las afueras de Valencia, a Madrid. All¨ª entr¨® a trabajar en la empresa de transportes de su t¨ªo, que luego dirigi¨®. Su ocupaci¨®n laboral no le impidi¨® nunca dedicarse a la fotograf¨ªa, como recordaba ayer su viuda, Angelita. En 1959 fue premiado por la revista americana Popular Photography e inicia una serie de exposiciones fuera de Espa?a en una trayectoria que estar¨ªa jalonada desde entonces con numerosos premios en Par¨ªs, Noruega o Barcelona.
La honestidad y el humanismo fueron la carta de naturaleza de su obra. Simultane¨® su proyecci¨®n exterior con la renovaci¨®n de la fotograf¨ªa en Espa?a, junto a Dolcet, Romero, Aguilar, Cantero y Onta?¨®n, entre otros.
As¨ª lo recuerda Foncuberta en el cat¨¢logo: "Me resulta imposible hoy salir al mundo sin que de vez en cuando piense para mis adentros: 'Esto es un cuallad¨® y aquello es otro cuallad¨®', reconociendo aquellos lugares, aquellas gentes y aquellas luces que sin temor a equivocarme hubiesen impelido a Cuallad¨® a desenfundar su Leica".
Alejandro Castellote rememora una "leyenda" no confirmada, pero que habla mucho de la labor y significaci¨®n de Cuallad¨®. Se dec¨ªa que el primer cat¨¢logo de la exposici¨®n La familia del hombre, del Museo de Arte Moderno de Nueva York, lleg¨® a Madrid de la mano de Cuallad¨®, que lo fue prestando a amigos fot¨®grafos a trav¨¦s de la red de transportes que dirig¨ªa.
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