El conjuro mal¨¦fico
El potencial de Carlos Sainz nadie lo discute. Tiene dos campeonatos mundiales y este mismo a?o ha estado en la lucha por el t¨ªtulo hasta la ¨²ltima carrera. Pero en el Rally de Gran Breta?a debe desprenderse del sidecar que arrastra siempre y que le condena a una desgracia tras otra. En siete ocasiones se ha jugado el t¨ªtulo en esta carrera y, aunque la ha ganado dos veces, s¨®lo una -en 1992- se proclam¨® campe¨®n en tierras de Gales. Por las razones que sean aqu¨ª no tiene la suerte de los campeones, sino todo lo contrario. S¨®lo ganar¨¢ esta carrera cuando logre traspasar a sus rivales el sidecar con sus penalidades.
La cuesti¨®n, sin embargo, es m¨¢s mental que mec¨¢nica. A medida que los d¨ªas fueron avanzando y el inicio del rally se hac¨ªa m¨¢s inminente, Sainz iba descubriendo lo duro que iba a resultarle defender sus opciones. En el shakedawn del jueves por la ma?ana, Solberg mand¨® ya el primer aviso, cuando realiz¨® un tiempo de esc¨¢ndalo, muy por debajo del de sus dos rivales, Loeb y Sainz. Y por la noche, en la superespecial de la primera etapa, volvi¨® a sentar las bases de lo que pod¨ªa ser la carrera: le sac¨® a Sainz m¨¢s de un segundo por kil¨®metro y le mand¨® un recordatorio de que el favorito era ¨¦l.
Cuando uno es piloto, y yo lo fui durante muchos a?os, sabe perfectamente que eso responde a una estrategia de equipo. En Subaru se dijeron: que no duerman tranquilos. Solberg se fue a la cama pensando que ya era l¨ªder. Sainz y Loeb, con una mentalidad m¨¢s negativa. Luego lleg¨® el primer tramo, los problemas del cortocircuito con los cables de la c¨¢mara de televisi¨®n del coche de Carlos y todo se complic¨®. Un mal tiempo en el primer tramo, y la obsesi¨®n en la cabeza de que Loeb, su compa?ero de equipo, le hab¨ªa sacado 18,9 segundos en s¨®lo un tramo.
Cualquier piloto sabe que eso es lo peor que puede ocurrirle, porque, en teor¨ªa, est¨¢ luchando contra su compa?ero con las mismas armas y ¨¦l ha ganado el tramo. Cuando sali¨® de la primera especial, Sainz se estaba preguntando ya qu¨¦ estaba pasando, y se planteaba que deb¨ªa corregirlo en la siguiente especial. Casi sin haber empezado el rally, las cosas se le hab¨ªan complicado de tal manera que debi¨® comenzar a sentir una enorme presi¨®n sobre su espalda. Ni siquiera un hombre con su categor¨ªa, su experiencia y su edad pudo con ella. No logr¨® desinhibirse y centrarse s¨®lo en la conducci¨®n. Y lo acab¨® pagando. Como otras tantas veces en este rally de Gran Breta?a, fue v¨ªctima del conjuro mal¨¦fico que arrastra cuando pisa las tierras de Gales.
Antonio Zanini fue en 1980 campe¨®n de Europa de rallies.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.