El esc¨¢ndalo persigue al pr¨ªncipe Carlos
El heredero al trono brit¨¢nico desmiente que participara en un incidente que intenta airear la prensa brit¨¢nica
La decisi¨®n del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra de salir al paso de los rumores que le relacionan con un esc¨¢ndalo palaciego ha provocado una intensa controversia en el Reino Unido. El heredero de la corona brit¨¢nica prosegu¨ªa ayer en Om¨¢n un viaje oficial de cuatro d¨ªas a Oriente Pr¨®ximo, ajeno a la polvareda levantada en Londres por el desmentido hecho p¨²blico la noche del jueves por Clarence House, su residencia oficial. Lo que era un rumor entre periodistas es ahora un clamor en Internet y en la prensa mundial.
El comunicado pretend¨ªa acabar con las especulaciones que desde hace d¨ªas relacionan a Carlos con "un incidente" del que dice haber sido testigo un antiguo empleado del pr¨ªncipe, George Smith. Las acusaciones no son nuevas. Smith ya denunci¨® hace un a?o que en 1989 fue violado por un superior cuando trabajaba para el pr¨ªncipe de Gales y que en una ocasi¨®n fue testigo de un incidente en el que estaba implicado un miembro de la familia real.
Es el segundo incidente denunciado por George Smith el que ha vuelto a la actualidad, en medio de rumores de que el miembro de la realeza al que se refer¨ªa Smith era el pr¨ªncipe Carlos. "La especulaci¨®n tiene que acabar", dice la nota hecha p¨²blica anteanoche por sir Michael Peat, secretario privado del pr¨ªncipe. "La alegaci¨®n era que el pr¨ªncipe de Gales estaba implicado en el incidente. La alegaci¨®n es falsa. El incidente que el antiguo empleado dice haber visto no tuvo lugar", a?ade el texto.
Pero, en opini¨®n de Dickie Arbiter, antiguo secretario de prensa de la reina, el desmentido es "un error" y una "estrategia de alto riesgo". "Yo hubiera mantenido un digno silencio. Esto no tiene nada que ver con ellos". "No ha sido muy inteligente", opina el relaciones p¨²blicas Max Clifford. "Han convertido un rumor que conoc¨ªan cientos de personas en un rumor por el que ahora se interesan millones".
El secretario privado de Carlos ha admitido que es "bastante inusual hacer una declaraci¨®n sobre unas acusaciones no especificadas", pero subray¨® que "esas acusaciones se est¨¢n convirtiendo en moneda corriente, son objeto de gran especulaci¨®n e insinuaciones y s¨®lo quiero dejar absolutamente claro, incluso aunque no pueda referirme a la sustancia de las alegaciones, que son absolutamente falsas y sin una brizna de sustancia".
La pol¨¦mica ha vuelto a la actualidad despu¨¦s de que uno de los empleados m¨¢s pr¨®ximos a Carlos de Inglaterra, su antiguo ayuda de c¨¢mara Michael Fawcett, consiguiera la semana pasada que un juez impidiera al Mail on Sunday publicar la historia. Fawcett pidi¨® que se mantuviera en secreto su nombre, pero otro diario, The Guardian, recurri¨® al juez para defender su derecho a informar al p¨²blico sobre qui¨¦n hab¨ªa conseguido impedir por v¨ªa judicial que un diario publicara una historia que afectaba a la familia real. El diario puntualiza que s¨®lo quer¨ªa ratificar ese derecho a informar y que no s¨®lo no est¨¢ interesado en los rumores, sino que no ten¨ªa "ninguna raz¨®n para creer que las acusaciones sean ciertas".
George Smith declar¨® el a?o pasado que en 1996 le explic¨® todas estas acusaciones a la princesa Diana de Gales a sabiendas de que ¨¦sta le estaba grabando. Cuando ocurrieron los hechos que ¨¦l denuncia, Smith ten¨ªa 29 a?os, problemas con el alcohol y secuelas mentales de su experiencia en las Malvinas, donde vio como ard¨ªan vivos sus compa?eros atacados con granadas incendiarias. Se cree que la cinta lleg¨® a manos del mayordomo Paul Burrell, acusado y luego absuelto de quedarse con una serie de pertenencias de Diana tras su muerte.
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