Ilustre Don Alfredo

Los ojos de Alfredo Di St¨¦fano parecen estos d¨ªas dos peque?as pantallas l¨ªquidas de ¨²ltima generaci¨®n en las que su estremecido coraz¨®n repasa una y otra vez el sinf¨ªn de escenas del juego con el que le distingui¨® la vida. Sus recuerdos cuentan a su vez gran parte de la historia del f¨²tbol argentino y espa?ol. Por momentos el bast¨®n que le ayuda a caminar no pod¨ªa con un cuerpo lleno de emoci¨®n.

Lleg¨® temprano al aeropuerto el pasado s¨¢bado. Los anuncios luminosos de las autov¨ªas que llevan al centro escrib¨ªan a su paso: "Bienvenido, Alfredo Di St¨¦fano". Luego se ha visto en las vallas por toda la ciudad, de medio cuerpo en una fotograf¨ªa actual sobre el fondo de una escena de juego en la que remata de cabeza a gol con la camiseta del Real Madrid. El cartel anuncia: Alfredo Di St¨¦fano, ciudadano ilustre de Buenos Aires.

Ayer, el p¨²blico que colmaba el estadio Monumental, las plantillas del River y el Boca, y los entrenadores se pusieron de pie para dedicarle una ovaci¨®n inolvidable antes de que comenzara a disputarse el llamado cl¨¢sico de los cl¨¢sicos del f¨²tbol argentino. Alfredo, hincha y ex jugador del River, fue entrenador de ambos, campe¨®n de Liga con Boca en 1969 y con el River en 1981.

Las figuras m¨ªticas del f¨²tbol argentino se reunieron el s¨¢bado para abrazarlo. Lucho Sosa, ex marcador lateral de un Boca legendario; Juan Carlos Mu?oz, puntero derecho sobreviviente de la c¨¦lebre m¨¢quina del River (Mu?oz, Moreno, Pedernera, Labruna y Lostau), los m¨¢s cercanos, Amadeo Carrizo, Oscar Mas; entrenadores como C¨¦sar Menotti, Carlos Bilardo, ?ngel Cappa; los ex jugadores de los que fue entrenador, y m¨¢s. Todos estaban all¨ª. Hasta Pel¨¦, que en una entrevista filmada en v¨ªdeo dijo de ¨¦l: "Para m¨ª fue el mejor de todos, un hombre dentro y fuera de la cancha y el jugador latino que nos abri¨® la puerta de Europa a los dem¨¢s".

Alfredo, como le llaman todos, ley¨® un discurso probablemente escrito en su nombre por Jorge Valdano, que lleg¨® con ¨¦l y Pepe Santamar¨ªa en representaci¨®n del Real Madrid. Pero antes, en la rueda de prensa y al paso luego en los corrillos, Alfredo se hab¨ªa dejado ser como es. Ten¨ªa el buen humor que s¨®lo reserva para los amigos ¨ªntimos. Mezclaba el lunfardo argentino con el castellano de todos los d¨ªas y resultaba de pronto un "Che, vos, ven¨ª..." para dirigirse luego a "vosotros". Alfredo era all¨ª la fusi¨®n en fr¨ªo de una pasi¨®n com¨²n a dos pueblos. El f¨²tbol un¨ªa a todos sin prejuicios econ¨®micos ni trabas migratorias.

Palabra de Alfredo: "?Qu¨¦ imagen guardo de la ciudad? Primero, mi barrio, Barracas

. Y despu¨¦s, pese a que soy de River, el barrio de La Boca. Es una contradicci¨®n, pero en mi caso es verdadero. Ya s¨¦ que me van a preguntar qui¨¦n quiero que gane el cl¨¢sico. No vamos a andar con enga?os, quisiera que gane River... Pero si gana Boca me pondr¨¦ contento, porque estuve con ellos. Y no me olvido de Hurac¨¢n".

N¨¦stor Vicente, actual presidente del Hurac¨¢n, que est¨¢ en Segunda y en bancarrota, quer¨ªa saludarle. Uno de los ex jugadores le anim¨®: "And¨¢ ahora, que est¨¢ de buen humor, si lo ves en otro momento te va a reclamar por lo que el club le qued¨® debiendo en 1946...". Alfredo segu¨ªa con la lecci¨®n: "Los buenos jugadores de otra ¨¦poca podr¨ªan jugar ahora, y los de ahora, antes. El f¨²tbol se juega bien o no, nada m¨¢s". En Madrid vemos partidos del f¨²tbol argentino casi todos los d¨ªas. Ahora yo quiero hacer una pregunta: ?qui¨¦n es el que les hace la ropa a los equipos? Me parece que la tienda se llama me cago en la elegancia...." Y no par¨®: "La continuidad del Madrid fue perdurando, la prueba es su prestigio de hoy a pesar de que la palabra esa, gal¨¢cticos, no me gusta un carajo".

Di St¨¦fano devolvi¨® en pared los elogios cuando le dijeron que Maradona, el ¨²nico gran ausente, tambi¨¦n le considera el mejor de todos los tiempos: "Yo no me lo creo, Diego dice eso porque soy amigo de sus padres. Fui uno de los buenos jugadores, s¨ª; pero Maradona ha sido un fen¨®meno..." "Hay un dicho que asegura que nadie es profeta en su tierra; vosotros lo hab¨¦is cambiado", concluy¨® el ilustre ciudadano de Buenos Aires.