Aprendizaje entre cochinillos y callos
Alumnos de Madrid visitan el Mercado Central de Carnes como parte de las actividades sobre alimentaci¨®n hechas en Espa?a por 3.500 ni?os
Los cochinillos, con su cabecita, sus orejillas y su rabito son, sin ninguna duda, lo que m¨¢s gust¨® a los ni?os del colegio de educaci¨®n especial Mar¨ªa Corredentora. Pero los lechones que vieron no andaban correteando alegremente por el campo, ni siquiera se estaban construyendo una casa a espaldas del lobo feroz. Los cochinillos que miraban a trav¨¦s del escaparate estaban muertos, colgados de un gancho y alineados uno tras otro en Mercamadrid (en el Mercado Central de Carnes, para ser exactos). Pero as¨ª, tranquilos y aseados, casi ol¨ªan ya a asado castellano.
Los ni?os visitaban este centro comercial para celebrar la Semana del Gusto que ha organizado, por quinto a?o, el Instituto de Estudios del Az¨²car y la Remolacha (IEDAR). 3.500 escolares de toda Espa?a han recibido, gracias a estas jornadas, clases sobre el sentido del gusto impartidas por 90 cocineros en los colegios, y en las aulas hospitalarias. Y otras actividades, como esta de visitar el Mercado Central de Carnes de Madrid. All¨ª desembarcaron los chicos del Mar¨ªa Corredentora y los recibi¨® Carlos Calbacho, el presidente de la Agrupaci¨®n de Industrias C¨¢rnicas Madrile?as, el jefe. Y Concha D¨ªaz de Villegas, consejera t¨¦cnica de la Direcci¨®n de Servicios de Comercio del Ayuntamiento de madrid, que les gui¨® entre jamones, terneras sin cabeza y casquer¨ªa variada. Concha levantaba un inmenso morro de vaca y preguntaba. "?Qu¨¦ es esto, ni?os?" Desconcierto, claro, uno no ve el morro entero en el plato. ?Qu¨¦ era aquella masa blanquigris¨¢cea con dos agujeros? "La nariz de la vaca", les dec¨ªa la veterinaria. ?Y de qui¨¦n es esta pata? Era de un cordero. Los chicos estaban encantados. Qu¨¦ bien ol¨ªa en el puesto de los jamones y qu¨¦ enormidad de terneras pendulantes.
Pero lleg¨® el momento cumbre: ?Los cochinillos! "Corred, mirad", les animaba la profesora Mar¨ªa ?ngeles Ramos. "?Mirad, son de verdad, enteros, m¨ªralos Nacho. Venga, ?lvaro, a ver qu¨¦ le cuentas luego a tu madre, que no se lo va a creer!".
Y las caritas iban llegando y pegaban la nariz en el cristal. Uno tras otro, los ni?os se api?aban ante el espect¨¢culo prenavide?o. Algo m¨¢s tarde, bien desayunados, recordaban los detalles de la visita. A Gonzalo le gustaron los cerdos, y a Sandra. ?Por qu¨¦ esa pasi¨®n por los cochinillos? No sab¨ªan decir. Hasta que lleg¨® Rita y la cosa qued¨® muy clarita: cerdo, s¨ª, pero en forma de jam¨®n y de chorizo.
Con estas semanas dedicadas al gusto que organiza el IEDAR se trata de hacer reflexionar a la poblaci¨®n sobre la importancia de la alimentaci¨®n y el sentido del gusto, no s¨®lo en su aspecto nutricional, sino tambi¨¦n en los ¨¢mbitos social, educativo, art¨ªstico, econ¨®mico y gastron¨®mico. Y a Rita no le falta raz¨®n: el jam¨®n cumple todos esos criterios sin ninguna duda.
Pero estando los ni?os en el mercado de mercados, quedarse s¨®lo con la reina de las patas, es limitarse mucho. A pocos metros de la carne est¨¢ el para¨ªso de la fruta, y del pescado. La veterinaria Concha D¨ªaz de Villegas les explic¨® a los ni?os de d¨®nde sal¨ªa la comida que encuentran cada d¨ªa en el plato.Los chicos estaban disfrutando con las preguntas que, a modo del Un dos tres, les hac¨ªa Concha: "?De qu¨¦ animales nos comemos la carne? ?Qu¨¦ nos da la huerta?".
Y les explicaba que all¨ª mismo, al ladito, hab¨ªa peces espada, y tiburones, todos esos pescados que los padres van a comprar al mercado cada ma?ana... Pero eso lo ver¨¢n en otra visita.
Los alumnos del Mar¨ªa Corredentora disfrutaron como enanos entre callos y corderos y volvieron a subir al autob¨²s camino del colegio. Pero antes repartieron tantos besos, y tan dulces, que el Instituto de Estudios del Az¨²car y la Remolacha los deber¨ªa contratar como embajadores. Prometieron al jefe del mercado, Carlos Calbacho, que le mandar¨ªan un dibujo como recuerdo del d¨ªa. Seguro que los trazos infantiles dibujar¨¢n cochinillos.
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