Gabriel P¨¦rez-Berm¨²dez se adentra en el humor y el drama de Hugo Wolf
El bar¨ªtono triunfa en Europa con repertorio barroco y 'liederista'
Gabriel P¨¦rez-Berm¨²dez act¨²a hoy en la Fundaci¨®n Juan March, que ha querido festejar al compositor alem¨¢n Hugo Wolf con el poder de las voces espa?olas (Manuel Cid actu¨® la semana pasada). En el arte del lied, la ra¨ªz riqu¨ªsima de la canci¨®n actual y una expresi¨®n art¨ªstica sutil de canto y piano, P¨¦rez-Berm¨²dez, chico serio, se siente c¨®modo: "Cantar este repertorio es otra cosa. La ¨®pera me gusta cada vez m¨¢s, pero el lied es especial. Sales sin disfraz y sin orquesta. Est¨¢s t¨², con el pianista, a pelo, solos. En la ¨®pera eres parte de un engranaje; en el lied, todo depende de ti", asegura.
La voz, la m¨²sica, el ambiente que se pueda crear es parte de la ceremonia: "Es un lenguaje m¨¢s directo. La ¨®pera implica extroversi¨®n, el recital con piano invita a la introversi¨®n, a la intimidad, a pasar por dentro". No es una forma de canto que predomine mucho entre sus colegas espa?oles pero ¨¦l, que sabe que tiene cualidades especiales para ello, tampoco quiere ser el abanderado del g¨¦nero, ni su llanero solitario. "Me gustar¨ªa darle un impulso porque entrar en ese g¨¦nero y decidir hacerlo es algo muy dif¨ªcil, pero de ah¨ª a que me consideren liederista, como algo especializado, no, es algo que me viene grande", afirma.
No es que tenga miedo a la responsabilidad. "Es que todav¨ªa tengo mucho que aprender", dice. Desde que decidi¨® dedicarse al canto, a los 17 a?os, no ha dejado de hacerlo. O desde que naci¨®, m¨¢s bien, ha ido mamando lento pero seguro las esencias del canto. Lo ha hecho de la mano de sus padres, Manuel Berm¨²dez y Carmen Rodr¨ªguez, los dos cantantes. "A los 17, mi madre decidi¨® ense?arme. Por ver aquello de si el ni?o ten¨ªa voz. Me di cuenta de que me gustaba y que val¨ªa, y a los 18 a?os dej¨¦ la carrera que acababa de comenzar, Derecho, para dedicarme totalmente a la m¨²sica".
Se meti¨® en la Escuela Superior de Canto de Madrid, acab¨® los estudios en su ciudad, perfeccion¨® luego sus dotes con Teresa Berganza en la Escuela Reina Sof¨ªa y se march¨® a la ?pera de Z¨²rich, donde le hicieron un contrato de cuatro a?os: "Me fui porque aqu¨ª, en Espa?a, todav¨ªa los cantantes j¨®venes no tenemos continuidad al empezar nuestras carreras. En Z¨²rich no paras, siempre est¨¢s haciendo algo, papeles grandes y peque?os, pero no hay parones bruscos". Y vida monacal: "Me levanto a las cinco y media, voy al gimnasio, ensayo de diez a una y por la tarde trabajo en casa, donde estoy m¨¢s tranquilo y los gallos s¨®lo me los oigo yo", asegura.
All¨ª, en Z¨²rich, es donde se junt¨® con William Christie para ese espect¨¢culo genial de Le jardin des voix que les llev¨® a ¨¦l y a otros j¨®venes talentos europeos por Alemania, B¨¦lgica, Francia, Portugal, Espa?a y el Reino Unido. Aquello era una explosi¨®n de sensibilidad con piezas barrocas de Purcell, Lully, Rameau y H?ndel, entre otras joyas, que a su paso por el Teatro de la Zarzuela de Madrid hizo llorar a mares a muchos de los presentes por la desnudez y la emoci¨®n con la que el director brit¨¢nico afrontaba la m¨²sica. Se liberaba completamente el escenario de artificios, decorados, y se dejaba total protagonismo a la m¨²sica y el canto. Parec¨ªa revolucionario porque probaba que la ¨®pera no necesita de ninguna parafernalia para llegar a lo m¨¢s hondo. "Ha sido lo m¨¢s importante que he hecho en mi carrera", dice P¨¦rez-Berm¨²dez.
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