El Port F¨°rum de Sant Adri¨¤ evitar¨¢ la concentraci¨®n de bares
La empresa explotadora dedica a restauraci¨®n el 27% de la superficie
La empresa que explotar¨¢ el puerto deportivo de Sant Adri¨¤, Port F¨°rum, quiere evitar la concentraci¨®n de restaurantes y bares en los locales comerciales que tendr¨¢ la instalaci¨®n a partir de 2005, cuando se haya clausurado el F¨°rum 2004 y se desmonten sus estructuras. Los responsables de la empresa, de entrada, acotan los usos de los 25.000 metros cuadrados de superficie comercial repartidos en 80 locales.
Por ejemplo, quieren limitar el establecimiento de restaurantes y bares al 27% del total de la superficie comercial. De acuerdo con esa planificaci¨®n, las tiendas de deporte na¨²tico y pesca son las que tendr¨¢n el mayor espacio, el 32%. El resto de los usos previstos son alimentaci¨®n (12%), moda (10%), hogar y regalo (8%), complementos (6%) y servicios (2%).
"No queremos que se convierta en un segundo Port Ol¨ªmpic", explica Luis Miguel Jarillo, director de Port F¨°rum, la divisi¨®n de Marina Premi¨¤ que se encargar¨¢ de la explotaci¨®n del nuevo puerto. B¨¢sicamente lo que quieren evitar es que la oferta comercial del puerto se especialice en restaurantes y bares de copas. Jarillo recalca que los usos para los locales comerciales se han fijado pensando en las necesidades del usuario del puerto. "Y si queremos eso, no tiene sentido llenarlo de restaurantes y bares porque har¨¢n falta tiendas de alimentaci¨®n y de mariner¨ªa, entre otras", afirma. Para controlarlo, quiere restringir el tipo de operadores. Con esa misma idea, en la d¨¢rsena de las embarcaciones de gran eslora est¨¢ previsto reservar unos 3.500 metros cuadrados a instalaciones de lujo destinadas a un club de capitanes y armadores que tendr¨¢ 10 habitaciones. La d¨¢rsena exterior dispondr¨¢ de 12 amarres para barcos de m¨¢s de 40 metros, tres de ellos de m¨¢s de 80. Son amarres para embarcaciones de lujo que ya han despertado inter¨¦s.
Los responsables de Marina Premi¨¤ est¨¢n bastante satisfechos de la expectaci¨®n por la futura instalaci¨®n que se ha evidenciado en el Sal¨®n N¨¢utico, que cerr¨® sus puertas el pasado fin de semana. Pese a ser un puerto relativamente peque?o, con 197 amarres, en el sal¨®n han pedido informaci¨®n m¨¢s de 450 propietarios de embarcaciones, bastantes de ellos con amarres en puertos del Maresme.
La marina seca -o varadero- con capacidad para 300 embarcaciones de menos de nueve metros de eslora tambi¨¦n ha tenido muy buena acogida entre el p¨²blico. Es algo parecido a un aparcamiento. Cuando el propietario quiere nevegar, avisa al puerto y la embarcaci¨®n es bajada al agua. Al regresar, se limpia y se iza. "La ventaja del sistema, que no se utiliza en otros puertos espa?oles pero es frecuente en Francia, es que las embarcaciones se conservan mejor porque no est¨¢n en contacto constante con el agua", apunta Jarillo.
Intento fallido en el Port Ol¨ªmpic
Diez a?os despu¨¦s de la puesta en marcha del Port Ol¨ªmpic, sus muelles se han convertido en una sucesi¨®n de carpas. Una tras otra, conforman una gran mancha blanca de pl¨¢stico.
La superficie ha sido tomada por restaurantes y bares. Nada que ver con las terrazas abiertas de los primeros a?os posol¨ªmpicos, cuando se pod¨ªa pasear y el nivel de ruido -y el de olores- era aceptable.
Hab¨ªa restaurantes -menos que ahora y de m¨¢s calidad-, pero sin llegar al monocultivo actual, que adem¨¢s ha afeado el paisaje del puerto, en el que apenas queda asfalto sin ocupar. Tras la alineaci¨®n de las carpas, est¨¢n la calzada para los veh¨ªculos y el mar.
Francesc Narv¨¢ez que es concejal de distrito de Sant Mart¨ª y conoce bien el terreno, explica que en la comercializaci¨®n de los locales del Port Ol¨ªmpic tambi¨¦n se quiso evitar un ¨²nico uso. "Hubo un planteamiento similar al que ahora se pretende en el de Sant Adri¨¤, pero lo que ocurri¨® es que s¨®lo se instalaron restaurantes. La demanda de otro tipo de comercios y establecimientos fue escasa", se?ala Narv¨¢ez. Y adem¨¢s, los pocos comercios relacionados con la n¨¢utica y algunos de moda que se instalaron acabaron cerrando poco despu¨¦s porque las expectativas de negocio no se cumplieron.
De hecho, buena parte de los locales del Port Ol¨ªmpic estuvieron vac¨ªos durante a?os. "Como en todo, la idea de salida fue una, pero la ley de la oferta y la demanda fue por otro camino", resume Narv¨¢ez.
La concentraci¨®n de bares musicales ha tenido, adem¨¢s, el efecto de causar no pocas molestias a los vecinos de la Vila Ol¨ªmpica.
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