100 poetas
Si una ONG pide voluntarios para paliar la soledad del mundo o una empresa solicita repartidores de sue?os, vendedores con experiencia en falacias y utop¨ªas, seguro que no alcanzan el ¨¦xito que esta misma semana han cosechado el IV Congreso Internacional de la Lengua celebrado en Valladolid. A los organizadores de este encuentro anual no se les ha ocurrido nada m¨¢s brillante que poner un anuncio en la prensa para invitar a los poetas del entorno a leer sus versos en el Palacio de Congresos Conde Ans¨²rez de la capital castellana. Y la llamada ha surtido su efecto, desde luego, s¨®lo que ha roto todas las previsiones y he aqu¨ª que el marat¨®n po¨¦tico ha llevado al escenario del recinto cultural un n¨²mero de poetas l¨ªricos que duplicaba al del p¨²blico. Cien poetas, pues, han salido de sus guaridas, de sus madrigueras an¨®nimas, para dar a conocer lo que durante tanto tiempo guardaban en el muy recomendable fondo de un caj¨®n. Ellos, los responsables de este magno recital, hablan de ¨¦xito sin precedentes, pero el asunto invita a unas cuantas reflexiones.
En primer lugar, cabr¨ªa distinguir -hablo de esa muchedumbre de espont¨¢neos versificadores- a los poetas de los que no lo son, esto es, a los que dan sentido a las palabras, dignifican el lenguaje y lo trascienden, de los meros propagadores de t¨®picos rimados que trampean, sin talento alguno, con un saco pobre de palabras recurrentes y muertas. De aplicar esta primera criba, el n¨²mero de vates congregados en Valladolid quedar¨ªa reducido a un generoso 10%, que ya est¨¢ bien para saborear en p¨²blico un arte que requiere reclusi¨®n y soledad. Si esta nueva edici¨®n del Congreso Internacional de la Lengua lleva el t¨ªtulo de Poes¨ªa necesaria, me parece que sobran los enga?os. El problema de estos falsos poetas que llenan pliegos y pliegos de versos indigestos e in¨²tiles es que no son conscientes de su estafa. Viven a gusto en su mentira y aspiran a verla encuadernada en r¨²stica, con sello editorial a ser posible y bien expuesta en los escaparates de El Corte Ingl¨¦s. Alguien tendr¨¢ que decirles la verdad con un libro de Machado o de Auden en las manos.
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