Entre retratos de un pr¨ªncipe medieval y l¨¢pidas de partisanos

Dec¨ªa un alto cargo de la UE que trabaj¨® en la reconstrucci¨®n de los Balcanes que la antigua Yugoslavia era el pa¨ªs con m¨¢s historiadores por metro cuadrado del mundo. Esa nostalgia que muchos serbios sienten hacia sus gestas o sus derrotas alienta una suerte de pesimismo hacia el futuro. Algunos colegios electorales de Belgrado muestran una curiosa iconograf¨ªa en sus paredes que combina los retratos de un pr¨ªncipe medieval del siglo XII, el santo Sava, con una l¨¢pida dedicada a los partisanos fusilados durante la guerra de liberaci¨®n contra los alemanes, entre 1941 y 1945. Toda una empanada hist¨®rica.

Pero este empacho alcanza tambi¨¦n a los acontecimientos m¨¢s recientes. En poco m¨¢s de cuatro a?os, Serbia ha cambiado de r¨¦gimen; el s¨¢trapa que gobern¨® el pa¨ªs durante una d¨¦cada, Slobodan Milosevic, y otros ex altos cargos se sientan en La Haya acusados de cr¨ªmenes de guerra y de genocidio; lo que quedaba de Yugoslavia ha cambiado de nombre; el nuevo pa¨ªs (Uni¨®n de Serbia-Montenegro) carece de fronteras fijas; se han celebrado seis elecciones de distintos ¨¢mbitos; un primer ministro, Zoran Djindjic, fue asesinado en marzo, y varios ex ministros se han visto envueltos en esc¨¢ndalos econ¨®micos y de corrupci¨®n.

Pero lo m¨¢s grave radica en que este vertiginoso ritmo de la historia no redundaen la mejora de las condiciones de vida. La economista Mila Korugic, consultora de una firma internacional, se muestra optimista sobre el futuro, pero enjuicia con desaz¨®n el presente: "No tenemos presidente, el Parlamento ha sido disuelto para convocar nuevas elecciones y no contamos con fronteras claras. Ahora bien, lo que perciben muchos serbios es que en 1991 la renta per c¨¢pita ascend¨ªa a 3.550 d¨®lares y ahora apenas alcanza los 2.500".