Peligrosidad social
Un estudiante ha denunciado a los responsables de una discoteca de Granada por expulsarle, por el hecho de abrazarse y besarse en p¨²blico con su pareja. No es que estuviera prohibido abrazarse y besarse. No. Lo que esta prohibido es que se besen p¨²blicamente los homosexuales. Deben hacerlo a escondidas. Es lo que dicen los denunciados. Otra explicaci¨®n no tiene su justificaci¨®n. Afirman: "Esta conducta no responde a los c¨¢nones generalmente aceptados por la sociedad, que son los que rigen en la empresa". Ah¨ª queda eso, y yo sin enterarme.
Ahora resulta que vivo en una sociedad en la que s¨®lo los heterosexuales pueden morderse en p¨²blico. Esto es, me voy a esta discoteca y los vecinos de m¨²sica que sean heterosexuales pueden apretujarse lo que les venga y los que no lo sean -que tienen la ¨ªdem- no pueden morderse. Les echan y denigran su sexualidad. No est¨¢ mal. Est¨¢ peor. As¨ª es que no s¨¦, despu¨¦s de leer la justificaci¨®n, si estamos en la misma sociedad o en otra.
Pensaba y quiero seguir pensando, pero no se si me van a dejar, que la sociedad en la que vivo es la misma que la de los responsables de la discoteca. Una sociedad que avanza. Una sociedad que se esfuerza en cambiar. En dejar prejuicios de una etapa en la que los valores se residenciaban en la virginidad de la mujer y en el machismo del hombre. Una sociedad que hab¨ªa derogado la Ley de Peligrosidad Social, que castigaba la homosexualidad, y que ha apostado por la libertad sexual, por la igualdad de la mujer sin interesarse por el estado de su himen ni de su am¨¦n, y que hab¨ªa arrinconando el machismo. En fin, parece ser que no. Parece que la homosexualidad tiene que seguir oculta y castigada.
De todas formas, puestos a pensar, quiero hacerlo entendiendo que la sociedad de los responsables de esta discoteca y la m¨ªa no son la misma. Claro que no estar¨ªa mal un empujoncito para ver qu¨¦ se ha cambiado. Despu¨¦s de todo en una discoteca tambi¨¦n hay que saber comportarse y la ley, sea estatal o auton¨®mica, es posible que no permita comportamientos de esta naturaleza. Esperemos que alguien las encuentre, las lea y las aplique. Muchos, homosexuales o no -es indiferente-, lo estamos esperando.
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