Ana Palacio reactiva las relaciones bilaterales con Guinea Ecuatorial

Las relaciones entre Espa?a y Guinea Ecuatorial avanzan, pese a las dificultades, con ¨ªmpetu suficiente como para que el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar visite esta ex colonia espa?ola antes de apartarse del Gobierno, el pr¨®ximo mes de marzo. De realizarse, su viaje cerrar¨ªa el par¨¦ntesis abierto desde 1991, cuando Felipe Gonz¨¢lez gir¨® la ¨²ltima visita de un presidente espa?ol a Malabo. Concretar ese viaje de Aznar no es, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, un objetivo inmediato de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que lleg¨® anoche a Malabo.

Ning¨²n predecesor suyo hab¨ªa pisado la capital guineana desde que Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez lo hiciera por ¨²ltima vez, en 1987.

La visita, que concluir¨¢ ma?ana, es la mejor expresi¨®n de la voluntad del Gobierno de cerrar m¨¢s de una d¨¦cada de desencuentros con un pa¨ªs que hoy produce m¨¢s de 120.000 barriles diarios de petr¨®leo. El apoyo del Gobierno de Adolfo Su¨¢rez fue fundamental para que triunfara el golpe de Estado con el que Teodoro Obiang Nguema se alz¨® presidente en agosto de 1979. Leopoldo Calvo Sotelo mantuvo un ambicioso plan de cooperaci¨®n con un presupuesto de unos 2.000 millones de pesetas anuales. La falta de resultados gener¨® frustraci¨®n en Espa?a, pero los problemas que contribuyeron al colapso fueron sobre todo pol¨ªticos.

De hecho, el corte dr¨¢stico de la cooperaci¨®n se produjo en 1993, tras la expulsi¨®n del c¨®nsul espa?ol en Bata, Diego S¨¢nchez Bustamante, por presuntas "injerencias" en asuntos internos guineanos. No han faltado desde entonces motivos para nuevos roces, por la falta de libertades pol¨ªticas y problemas de derechos humanos, que alcanzaron un nuevo c¨¦nit entorno a las severas condenas impuestas, sin garant¨ªas jur¨ªdicas, en mayo del a?o pasado a 20 acusados de un nunca realizado golpe de Estado. La decisi¨®n de Aznar de desbloquear las relaciones es, sin embargo, expl¨ªcita desde marzo de 2001, cuando el presidente recibi¨® a Obiang en La Moncloa.

En esa cita, Aznar consider¨® ya posible enunciar algunos elementos concretos, como un Plan de Promoci¨®n y Protecci¨®n Rec¨ªproca de Inversiones (APRI), otro para reconversi¨®n en inversiones de la deuda guineana, que supera los 70 millones de euros, y un protocolo financiero para facilitar el retorno de las empresas espa?olas, siempre que la transformaci¨®n democr¨¢tica del r¨¦gimen siguiera adelante.

Derechos humanos

El viaje de Palacio acerca ese proyecto a su culminaci¨®n, aunque la evoluci¨®n del Gobierno de Obiang no haya sido tan satisfactoria como Madrid hubiera querido. La Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU levant¨® en abril de 2002 la vigilancia especial sobre Guinea, pero las sentencias del siguiente mes de junio y la posterior muerte en la c¨¢rcel de Juan Ond¨® Nguema, uno de los procesados, volvi¨® a crear dificultades.

Ram¨®n Gil-Casares, ex asesor de pol¨ªtica internacional de Aznar y actual secretario de Estado de Exteriores, un diplom¨¢tico que conoce bien a Obiang, acudi¨® a las celebraciones del 12 de Octubre de 2002 en Malabo convencido de que el presidente guineano liberar¨ªa a los dos principales condenados en el tan criticado juicio de junio. Uno, el democristiano Fabi¨¢n Nsue, fue liberado d¨ªas m¨¢s tarde, pero el otro, el socialdem¨®crata Pl¨¢cido Mic¨®, hubo de esperar hasta el pasado agosto.

El deshielo bilateral prosigui¨®, no obstante, con visitas del secretario de Estado de Cooperaci¨®n, Miguel ?ngel Cort¨¦s, del propio Gil-Casares y, el pasado 5 de noviembre, de la ministra de Sanidad, Ana Pastor.