ASIMELEC
La Asociaci¨®n Multisectorial de Empresas de Electr¨®nica y Comunicaciones ha comunicado -claro- que los precios de venta de los CD y los DVD v¨ªrgenes incluir¨¢n un canon que compensar¨¢ a los artistas pertenecientes a algunas asociaciones de las que agrupa (AIE, AISGE, SGAE, EGEDA, DAMA Y CEDRO, nada menos), por las posibles copias de sus obras por parte de los particulares o empresarios, y que se utilizan, presuntamente, para poder disfrutar de las creaciones sin el pago correspondiente a la agrupaci¨®n que los defiende.
Ante el pacto entre fabricantes y representantes de los autores, se han presentado impugnaciones por parte de algunos profesionales que se consideran afectados por la medida, impugnaci¨®n que ha sido apoyada recientemente por el Consejo General de la Abogac¨ªa Espa?ola (CGAE). Al margen de que resulta extra?o que puedan tener intereses tan contrapuestos aquellos que ostentan siglas tan similares y corporativistas, CGAE contra SGAE, asombra que el motivo o justificaci¨®n inicial de la impugnaci¨®n haya sido el incremento en los costes de la justicia por mor de la subida del precio del disco en que ahora se graban los juicios orales en las vistas civiles. Es razonable que cada cual defienda sus derechos pero, a la vista de los bienes a los que se aplica el canon, parece que la medida estaba m¨¢s destinada a los top manta y alternativos que a crear inflaci¨®n en los costes estatales.
Pero lo parad¨®jico es que, con el dichoso canon, parece darse v¨ªa libre a la copia, puesto que el impuesto para el autor ya est¨¢ satisfecho y, a la vista de las siglas que al principio se relacionaban, con la aquiescencia de todos los autores que existen, existieron o est¨¢n por venir. Sin embargo no parece que se considere la parte esencial del problema: los autores se curan en salud presumiendo que todos los CD v¨ªrgenes van a verse hollados por sus impagables composiciones, por lo que es necesario pagar y luego investigar.
Les sucede lo mismo que a un famoso cirujano, que presumiendo la existencia de un c¨¢ncer en uno de los enfermos que atend¨ªa, decidi¨® operarlo -cobrando,claro- para lograr su extirpaci¨®n. Abierto el paciente por do se presum¨ªa el da?o, se constat¨® la inexistencia del mismo, hecho ante el que el m¨¦dico dijo -alborozado y exultante- dirigi¨¦ndose a los familiares que esperaban expectantes el resultado de la intervenci¨®n: debemos darnos la enhorabuena, nos hemos adelantado al tumor.
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