La lluvia juega y gana

El clima es un factor m¨¢s del f¨²tbol. Encuadra las competiciones en una realidad natural, escasamente esquivable y con su pellizco de ¨¦pica. El juego, sin embargo, crece en lo f¨ªsico y lo inesperado y se aleja de cualquier intento de naturaleza t¨¢ctica. Eso pas¨® ayer en Sevilla. El agua suplant¨® al c¨¦sped en el estadio b¨¦tico al mismo tiempo que evit¨® una buena oportunidad para tomar el pulso a dos equipos que atraviesan por momentos de zozobra. Cualquier conclusi¨®n t¨¢ctica sobre el partido de ayer estar¨ªa tan condicionada que rozar¨ªa la falsedad.

Como primeras v¨ªctimas del estado en el que qued¨® el terreno de juego cayeron los jugadores h¨¢biles y creadores. Joaqu¨ªn no dio una a derechas. Lo intent¨® poco y la mayor¨ªa de las veces los charcos le robaron la pelota. Algo similar le sucedi¨® a Fran, que se situ¨® como falso enganche como consecuencia de la inteligente decisi¨®n de Javier Irureta de dejar a Valer¨®n en el banquillo durante la primera mitad. El canario, realmente, no pintaba nada en un campo en el que ni siquiera pod¨ªa rodar el bal¨®n.

El t¨¦cnico vasco estuvo astuto y pragm¨¢tico y opt¨® por colocar en la banda izquierda al santanderino -del barrio pesquero adem¨¢s- Munitis, un jugador con muchos m¨¢s recursos en la brega con la lluvia, los resbalones y las patadas, tan frecuentes en este tipo de partidos.

Fran no hizo nada digno de su calidad, pero el Deportivo sali¨® espoleado desde el excelente trabajo de los defensas y de los medios centro. A pesar de que no hab¨ªa f¨²tbol de quilates, el Deportivo demostr¨® mucho m¨¢s empaque que los b¨¦ticos. El agua no logr¨® ocultar todas las dudas que despierta el equipo sevillano. V¨ªctor Fern¨¢ndez no se acerc¨® ni de lejos a la astucia de Irureta y, en un partido en el que cualquiera pod¨ªa ver que no habr¨ªa m¨¢s que sudor, arreones y trompicones, opt¨® por situar a Dani en vez de Palermo en la punta de la delantera. El joven delantero sevillano dio una nueva clase de f¨²tbol zascandil, en el que desgraciadamente parece haberse estancado. Es dif¨ªcil decir si es bueno o malo porque la mayor¨ªa de las veces est¨¢ en el suelo o rasc¨¢ndose la cabeza con gesto de dolor, casi siempre fingido. Ayer, en la primera parte, eligi¨® de nuevo tirarse al suelo en cuanto not¨® el contacto de un defensa en vez de intentar tirar a gol. Poco antes, Contreras hab¨ªa calculado mal su deslizamiento en una salida y facilit¨® un ataque deportivista que, entre el agua y el barullo, se desaprovech¨®. Dani sufri¨® un desvanecimiento en la segunda mitad y tuvo que salir en camilla.

Peculiarmente, el equipo sevillano mejor¨® bastante tras fallar un penalti inocente de Molina que, con similar candidez, tir¨® Fernando.

La segunda mitad fue una inevitable continuaci¨®n de desprop¨®sitos, acentuados por el desgaste de los futbolistas. Irureta sac¨® a Valer¨®n, que apenas toc¨® la pelota, aunque estuvo a punto de marcar en un despiste de la cada vez m¨¢s cansada defensa b¨¦tica. V¨ªctor Fern¨¢ndez tir¨® de Palermo, que respondi¨® con un pase de chilena que lleg¨® a convertir en gol Dani, aunque Meg¨ªa D¨¢vila lo anul¨® por el supuesto juego peligroso en la pirueta del argentino. El ariete no ocup¨® esta vez su posici¨®n natural y como enganche hilvan¨® algunas jugadas de m¨¦rito. Por fin.

Ambos t¨¦cnicos apelaron al "Virgencita, Virgencita que me quede como estoy" y aprovecharon los cambios para recular. Irureta sac¨® a un defensa por un extremo y Fern¨¢ndez a un centrocampista de contenci¨®n por un delantero centro. Todo qued¨® entonces a la espera de un patinazo de m¨¢s o una jugada a bal¨®n parado. El Deportivo demostr¨® al final un mayor sentido t¨¢ctico, mucho mejor tono f¨ªsico y achuch¨® a los b¨¦ticos, que pegaban pelotazo tras pelotazo entre resoplidos.

La lluvia hurt¨® ayer la posibilidad de observar la evoluci¨®n de dos conjuntos con problemas, los del Deportivo, nacidos en aquel sonrojante 8-3 que encajaron en la Liga de Campeones ante el M¨®naco. Debate pospuesto u oportunidad perdida, lo cierto es que los dos equipos se quedaron m¨¢s que satisfechos con el punto ganado al agua y las verg¨¹enzas a salvo de escrutinio.