?Hacia la independencia defensiva europea?
El autor sostiene que la crisis de Irak, contrariamente a lo pensado, ha servido para que tome cuerpo una pol¨ªtica com¨²n de defensa con la participaci¨®n del Reino Unido.
La guerra de Irak ha tenido los efectos contrarios a los que se pensaba: mientras se sigue manteniendo que Europa est¨¢ dividida, que los Estados miembros no se entienden, que est¨¢ paralizada sobre todo en pol¨ªtica exterior y de seguridad, se est¨¢n tomando decisiones estrat¨¦gicas fundamentales en materia de defensa. Decisiones que no s¨®lo apuntan a la reactivaci¨®n de la pol¨ªtica exterior com¨²n europea y de una pol¨ªtica com¨²n de defensa, sino al nacimiento de la defensa com¨²n europea. En gran medida, la crisis de Irak ha sido el catalizador que ha supuesto que esta ambici¨®n que ven¨ªa larv¨¢ndose se plasme en el Proyecto de Tratado Constitucional de la Convenci¨®n Europea y comience a tomar cuerpo a lo largo de los dos ¨²ltimos meses con la decisiva participaci¨®n del Reino Unido en la misma y la inminente creaci¨®n de la Agencia de Armamentos.
La participaci¨®n brit¨¢nica puede abrir la puerta a otros Estados europeos reacios
La defensa ser¨¢ la empresa europea de los pr¨®ximos a?os, como antes lo fue el euro
- 1. Irak y la UESD. Parad¨®jicamente, la incapacidad de los Quince para actuar juntos ante el conflicto de Irak est¨¢ traduci¨¦ndose en una decidida voluntad de profundizar sus v¨ªnculos y compromisos en materia de pol¨ªtica exterior y defensa. Tiene un papel principal el eje franco-alem¨¢n, impulsor de la minicumbre de Bruselas del 29 de abril de 2003 sobre la Defensa Europea, que reuni¨® a cuatro Estados de los seis fundadores, Alemania, B¨¦lgica, Francia y Luxemburgo.
En aquel contexto de divisi¨®n y recelos, decid¨ªan establecer entre ellos una cooperaci¨®n reforzada con el fin de constituir una vanguardia en defensa europea, la llamada Uni¨®n Europea de Seguridad y Defensa. La iniciativa de estos cuatro -firmes opositores de la guerra de Irak- no fue vista con buenos ojos por algunos de los Gobiernos de los Estados europeos m¨¢s atlantistas, el Reino Unido y Espa?a entre ellos, al entender que pretend¨ªan reemplazar a la OTAN. En ese sentido, la ministra Ana Palacio se refer¨ªa a los Estados reunidos en la UESD como la "Banda de los Cuatro".
En el documento se propon¨ªa para 2004 poner en marcha la UESD, consistente en un n¨²cleo de capacidad colectiva europea, capaz de llevar a cabo operaciones militares, de forma independiente de la OTAN. Asum¨ªan una serie de compromisos como una cl¨¢usula de seguridad colectiva, un aumento de sus inversiones en materia militar, la participaci¨®n en programas europeos de equipamiento, la creaci¨®n de un cuartel general conjunto en B¨¦lgica con el objetivo de dirigir misiones militares multinacionales y la creaci¨®n de una capacidad europea de reacci¨®n r¨¢pida.
- 2. La defensa en el Proyecto de Tratado Constitucional: una defensa de geometr¨ªa variable. La iniciativa de los Cuatro no resulta separable del proceso de la Convenci¨®n Europea, que transcurr¨ªa al mismo tiempo, sino que se ancla firmemente en aqu¨¦l, recogi¨¦ndose en el Proyecto de Tratado Constitucional las bases jur¨ªdicas para constituir la UESD dentro del marco de la Uni¨®n Europea. ?sta ha logrado lo que parec¨ªa imposible: conjugar las distintas sensibilidades de los Estados miembros, que muchas veces son antag¨®nicas (europe¨ªstas, atlantistas, neutrales), para dise?ar f¨®rmulas flexibles que se adapten a cada caso.
As¨ª, entre los puntos de consenso com¨²n, aplicable a todos los Estados, se ha decidido el incremento de las tareas de gesti¨®n de crisis, llamadas de Petersberg, a un mayor n¨²mero de supuestos. Se establece la muy relevante cl¨¢usula de solidaridad entre Estados miembros para el caso de que un Estado reciba un ataque terrorista o sufra una cat¨¢strofe natural o de origen humano (art¨ªculo 42). La cooperaci¨®n estructurada se prev¨¦ para los Estados que quieran adquirir compromisos m¨¢s elevados en materia de capacidades militares, esto es, los que decidieron crear una UESD (art¨ªculo 40.6). La propia Constituci¨®n prev¨¦ ya que la CIG incluya en un protocolo adjunto la lista de los participantes.
La cooperaci¨®n m¨¢s estrecha para la defensa mutua entre los Estados que voluntariamente deseen asumirla (art¨ªculo 40.7) consiste en la asunci¨®n del art¨ªculo V de la UEO, equivalente a la cl¨¢usula de defensa mutua de la Alianza Atl¨¢ntica. Se abre igualmente la posibilidad de establecer cooperaciones reforzadas en cualquier otro aspecto de la defensa, siguiendo el procedimiento general. Por ¨²ltimo, se ha previsto una Agencia de Armamento, Investigaci¨®n y Capacidades Militares, en la cual participar¨¢n libremente los Estados que deseen hacerlo (art¨ªculo 40.3). Se quiere responder as¨ª al desaf¨ªo del desarrollo tecnol¨®gico, ya que, sin independencia tecnol¨®gica, es imposible la independencia defensiva.
El Consejo Europeo de Sal¨®nica de junio pasado decid¨ªa su creaci¨®n en 2004, sin esperar a la vigencia de la Constituci¨®n. El 17 de noviembre pasado el Consejo constitu¨ªa un equipo que empezar¨¢ sus trabajos en enero pr¨®ximo, bajo la autoridad de Solana, para poner en marcha la Agencia para junio. La sorpresa es que, a pesar de que en la Convenci¨®n se hab¨ªa decidido la libre participaci¨®n al no conseguirse el consenso de todos los Estados, finalmente todos ellos, incluidos los diez de la ampliaci¨®n, han decidido tomar parte.
- 3. El progresivo y sorprendente acercamiento brit¨¢nico: ?un caballo de Troya? La posici¨®n brit¨¢nica ha girado por etapas en los ¨²ltimos meses desde el encontronazo de la guerra de Irak, que la alej¨® del n¨²cleo de la Uni¨®n Europea y la llev¨® a censurar las ambiciones de la minicumbre hasta los ¨²ltimos d¨ªas en que se confirma su participaci¨®n en la vanguardia de la defensa europea. En una primera etapa de acercamiento, en junio de 2003, el representante del Gobierno brit¨¢nico en la Convenci¨®n opt¨® por no oponerse al consenso mayoritario de la misma, dando luz verde al Proyecto de Tratado Constitucional.
En septiembre, en el Libro Blanco del Gobierno brit¨¢nico ante la CIG, queda patente el apoyo general de ¨¦ste al Proyecto de Tratado Constitucional. Aprueban algunas de las novedades en materia de defensa, pero ponen la red-line en la cooperaci¨®n estructurada y la cl¨¢usula de defensa mutua, aspectos en los que anuncian que no transigir¨¢n en la CIG. La tercera etapa se abre con el acercamiento entre Blair, Chirac y Schr?der que tuvo lugar en Berl¨ªn, a finales de septiembre, antes del comienzo de la Conferencia Intergubernamental.
La condici¨®n que entonces exigi¨® el Reino Unido para dar su aprobaci¨®n a los planes franco-alemanes es que la cooperaci¨®n estructurada estuviera abierta a todos los Estados que quisieran participar en cualquier momento y que la Uni¨®n Europea, en su conjunto, mantuviera una supervisi¨®n pol¨ªtica sobre la futura vanguardia. Estas disposiciones son una cl¨¢usula de opting-out, equivalente a la que negociaron en el caso del Euro. En ¨²ltimo lugar, tras la reuni¨®n de los l¨ªderes del Reino Unido, Francia, Alemania y B¨¦lgica en Bruselas el pasado d¨ªa 16 de octubre, parece que los brit¨¢nicos participar¨¢n desde el comienzo en la defensa com¨²n bajo una cooperaci¨®n estructurada. El salto es de una cl¨¢usula opting-out a otra opting-in.
El desbloqueo a la defensa europea est¨¢ vinculado a la aprobaci¨®n franco-alemana a la Resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Irak. Respecto a las decisiones de la UESD, el Gobierno brit¨¢nico mantiene sus reservas sobre la cl¨¢usula de defensa mutua y sobre la oportunidad de establecer un cuartel general europeo, ambos concurrentes con la OTAN. El acercamiento brit¨¢nico hacia la Europa europea ha hecho saltar las alarmas en Estados Unidos, puesto de manifiesto por unas agrias declaraciones del embajador norteamericano ante la OTAN, Burns, que llegaba a convocar una reuni¨®n urgente del Consejo Atl¨¢ntico. Finalmente ¨¦sta conclu¨ªa con un aparente apaciguamiento de los recelos norteamericanos de ver dinamitada su OTAN. La reciente visita de Colin Powell a Bruselas el 18 de noviembre reafirmaba la conformidad norteamericana con los planes europeos.
La relevancia de la participaci¨®n brit¨¢nica en la defensa europea no s¨®lo reside en que no habr¨¢ una defensa europea cre¨ªble si no participa el Reino Unido, sino tambi¨¦n en el significado que tiene que el principal pa¨ªs atlantista pueda participar en este proyecto, ya que puede abrir la puerta a muchos otros Estados europeos que antes se mostraban reacios, y pronto podr¨ªan sumarse a la cooperaci¨®n estructurada Holanda, Portugal, Italia e incluso Dinamarca.
- 4. El Euroej¨¦rcito, ?el pr¨®ximo gran proyecto europeo? Los cuatro hist¨®ricos europeos han actuado como catalizadores en la reactivaci¨®n del proceso pol¨ªtico para la constituci¨®n de una defensa europea abierta a todos, y que muy posiblemente encabezar¨¢n m¨¢s Estados que la "Banda de los Cuatro". Vuelven a convertirse una vez m¨¢s en la locomotora del tren europeo en lo que parece que ser¨¢ la empresa europea de los pr¨®ximos a?os, la defensa, como en otros tiempos fueron el mercado interior, el euro o la libre circulaci¨®n de personas en un espacio sin fronteras. La defensa europea es un instrumento de incalculable valor para que Europa haga o¨ªr su voz en el mundo y pueda asumir sus responsabilidades como potencia de la globalizaci¨®n.
En pocos meses el debate sobre la defensa europea no s¨®lo se ha desbloqueado, sino que ha dado un giro radical: de ser una necesidad controvertida a pasar a ser un objetivo consensuado y compartido. La participaci¨®n anunciada de los 25 en la Agencia de Armamentos pone de relieve la utilidad de la geometr¨ªa variable, y es que, a la hora de la verdad, nadie quiere quedarse en el pelot¨®n de los torpes.
De los cambios de los ¨²ltimos d¨ªas se deduce que la divisi¨®n de los Estados miembros por la guerra de Irak parece superada, al menos entre sus principales protagonistas, Reino Unido y Alemania y Francia. Esta percepci¨®n se refuerza tras el reciente viaje de los ministros de Exteriores de estos tres pa¨ªses a Ir¨¢n, que se ha saldado con el triunfo de la diplomacia y ha logrado reconducir la crisis de las armas nucleares de este pa¨ªs. En cierta manera se anticipa que los progresivos acuerdos en defensa van dando como resultado la formulaci¨®n de una cierta pol¨ªtica exterior com¨²n.
?Hacia d¨®nde mirar¨¢ el Gobierno espa?ol? Si Blair est¨¢ logrando reconstruir los puentes hacia la Europa europea dinamitados en las Azores, ?no podr¨ªa el Gobierno cruzarlos tambi¨¦n? ?Primar¨¢ la especial relaci¨®n con el presidente Bush o el tradicional deseo de la ciudadan¨ªa espa?ola de participar en la primera velocidad de liderazgo en la integraci¨®n europea?
Francisco Aldecoa Luzarraga es catedr¨¢tico de Relaciones Internacionales, C¨¢tedra Jean Monnet y decano de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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