Mucho menos que Mickey Mouse
El mismo d¨ªa que Mickey Mouse cumpl¨ªa 75 a?os, la prensa se hac¨ªa eco de una declaraci¨®n rotunda del etarra Susper: "Tranquilos, todo est¨¢ en clave". Pero como si de un mal chiste o gag se tratara, la polic¨ªa cogi¨® a 82 de los que deb¨ªan sentirse tranquilos. O bien hab¨ªan sobrevalorado las palabras de Susper o no estaban en condiciones de tomar las medidas que hac¨ªan al caso. Sea como fuere, no debe de resultar muy tranquilizador hallarse todo el rato al borde del desmantelamiento. De hecho, tiene que desmoralizar bastante que cada vez que intentas reconstruir cualquier aparato del entramado no s¨®lo te lo desmantelen, sino que acabes con los huesos en la c¨¢rcel. Cabe imaginar, por volver a Mickey, que los ratones tienen que estar reflexionando sobre qui¨¦n le pone el cascabel al gato, porque en cuanto salen de la madriguera ven c¨®mo les cae encima el malvado Micifuz. ?Cu¨¢nto tiempo podr¨¢n seguir as¨ª, desmoralizados y soportando un coste cada vez m¨¢s alto en recursos humanos y materiales? ?Cu¨¢nto desangr¨¢ndose en una actividad (la reorganizadora) que se parece cada vez m¨¢s al suplicio de S¨ªsifo (al suplicio pero no al h¨¦roe) porque en cuanto creen que est¨¢n llegando a lo alto de la colina,la piedra que empujaban con tanto esfuerzo vuelve a rodar colina abajo hasta la base y todo es volver a recomenzar?
Con el agravante de que, como cada vez hay menos confianza, los reci¨¦n incorporados a la banda son mantenidos un a?o en cuarentena, o sea form¨¢ndose, por lo que cada vez les resulta m¨¢s costoso reemplazar a los detenidos. Visto lo visto, no es de extra?ar que el mismo d¨ªa que se celebraba el aniversario de Mickey Mouse, el presidente del Parlamento europeo recibiera un mensaje intimidatorio de la banda. Era la forma de intentar hacer ver que a¨²n queda resuello o, por lo menos, astucia como para echar un ¨®rdago a la grande sin cartas en lo que se podr¨ªa considerar otro dibujo animado, pero esta vez de Mickey Mus. Al mismo tiempo, es decir en la misma partida, la sucursal de ETA atentaba contra la vivienda del concejal socialista de Andoain Estanis Amutxastegi, s¨®lo que aqu¨ª se trataba menos de un ¨®rdago a pares que de avisar que el terrorismo sigue vivo, al menos tanto como para castigar a los representantes de una poblaci¨®n que hasta hace poco consideraban suya, no fuera a suceder que quienes no est¨¢n de acuerdo con la Euskadi nacionalista hasta las ¨¦tnicas cachas pensaran que se iban a ir de rositas (o de gaviotas).
Todo parece indicar que ¨¦sa va a ser la t¨®nica. ETA necesita durar al menos mientras dure toda la apuesta de Ibarretxe, porque de lo contrario no sacar¨¢n tajada y habr¨¢n existido en vano. Lo advirti¨® Arzalluz: "Si prosperan los recursos romperemos las reglas del juego", y para esa partida siempre ser¨¢ mejor sumar, aunque haya que vestir la suma de consecuci¨®n de la paz o de ayuda para que bajen del monte quienes se necesitar¨ªa que siguieran en el monte al que se est¨¢, en realidad, intentando subir. A menos que todo sea una gran mascarada y se est¨¦ apoyando a Batasuna s¨®lo para re¨ªrse un rato (o un rat¨®n). Llegados a este punto y como no interesa que la representaci¨®n se llene de muertos, ETA mantendr¨ªa una suerte de tregua no declarada mientras se dedicar¨ªa a impulsar los atentados de baja intensidad y los coches bomba preparados para que asusten, pero no exploten. Todo esto mientras viven bajo la amenaza de la espada de Susper o el ordenador de Damocles, que viene a ser lo mismo. Entretanto, quienes s¨®lo perdemos con su existencia podr¨ªamos decirle a ETA con el emperador Adriano recreado por una Marguerite Yourcenar que habr¨ªa cumplido por estas fechas 100 a?os: "No te llames sin embargo a enga?o: a¨²n no estoy tan d¨¦bil como para ceder a las imaginaciones del miedo, casi tan absurdas como la de la esperanza, y sin duda m¨¢s penosas. De enga?arme preferir¨ªa el camino de la confianza: no perder¨ªa m¨¢s por ello, y sufrir¨ªa menos". Confianza en que duren mucho menos que Mickey Mouse y que, mientras a¨²n colean, resulten tan inocuos como ¨¦l.
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