La ciudad trampa

Miren el gr¨¢fico que ilustra este texto y m¨¦tanse en la piel del ciego que camina pegado a la pared para eludir cualquier obst¨¢culo. ?Cu¨¢ntos objetos pueden sorprenderle a la altura de la cara que su bast¨®n, un paso m¨¢s adelante, no ha detectado? Muchos: una cabina colgada, una escalera voladiza, un extintor, las ramas de un ¨¢rbol, los peligrosos escombros que salen del contenedor.

La ciudad para los ciegos es muy a menudo una inmensa trampa que sus bastones no descubren. Y aquellos que llevan bast¨®n no ven, pero su discapacidad se hace visible y la sociedad los protege de los obst¨¢culos. Pero muchos otros simplemente tienen una visi¨®n reducida o prefieren no llevar bast¨®n. Ay de ¨¦stos.

En 2005, una directiva europea obligar¨¢ a hacer accesibles todos los edificios administrativos

La Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles (ONCE) ha editado una gu¨ªa (y su correspondiente soporte electr¨®nico) donde profesionales, administraciones y empresas podr¨¢n encontrar las claves para un correcto dise?o de ciudades y edificios que posibilite a los ciegos y personas con deficiencias visuales una accesibilidad suficiente.

La legislaci¨®n actual ya contempla los requisitos m¨ªnimos del colectivo invidente, pero en esta organizaci¨®n de ciegos se quejan de que no siempre se cumple. Encuentran aceras, ascensores, puertas, cabinas, taxis, metro, autobuses, parques, playas, aeropuertos, hoteles, cajeros, mobiliario urbano sin adaptar, que convierten las ciudades para ellos en un intrincado bosque lleno de obst¨¢culos.

El director general de Servicios Sociales para Afiliados de la ONCE, Vicente Ruiz, es consciente de que en ocasiones hay detalles de se?alizaci¨®n y accesibilidad de f¨¢cil soluci¨®n que no se incorporan por puro desconocimiento. "De nada sirve una rampa si en lugar de poder subir por ella con silla de ruedas hay que escalar", dice. Por eso los 10.000 ejemplares de esta gu¨ªa se distribuir¨¢n entre aquellos profesionales, arquitectos, ingenieros, en cuya mano est¨¢ un dise?o ¨²til y amable.

"Que todo sea m¨¢s accesible no es algo que nos beneficie s¨®lo a los ciegos: ancianos, padres con carritos de beb¨¦s, personas que necesitan muletas o van en silla de ruedas, o los que llevan un simple carro de la compra, sacar¨ªan gran provecho con estas medidas", afirm¨® Vicente Ruiz.

Por otro lado, esta complet¨ªsima gu¨ªa nace con la vocaci¨®n de ofrecer soluciones a los problemas y no solamente de plantear que existen, explican t¨¦cnicos de la organizaci¨®n de ciegos. Pero tambi¨¦n recuerdan que es una necesidad y un derecho para el colectivo de personas con discapacidad que en Espa?a se cifra en 3.500.000 ciudadanos, de los cuales 1.000.000 presenta alguna deficiencia visual.

Un n¨²mero de usuarios suficiente para que las empresas se planteen adaptar sus negocios. Jes¨²s Hern¨¢ndez, director de Accesibilidad de la Fundaci¨®n ONCE, se desplaza en silla de ruedas y tiene problemas de destreza. "?Por qu¨¦ voy yo a unos hoteles y no a otros? Porque son accesibles. ?Por qu¨¦ uso una pasta de dientes concreta y no otras? Porque la m¨ªa tiene un tap¨®n que abro y cierro con facilidad", se responde a s¨ª mismo. Razones todas ellas que dar¨¢n que pensar a los empresarios.

En 2005, una directiva europea obligar¨¢ a hacer accesibles todos los edificios administrativos, aunque los precedentes en la legislaci¨®n nacional o regional no dejan mucho lugar a la esperanza porque "se incumplen las normativas en muchos casos", aseguran. Pero por ahora no se plantean llevar estos casos a los tribunales.

En la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles simplemente constatan que hay deficiencias que deben corregirse.

Las ciudades espa?olas, dijeron los responsables de esta entidad, no sacan buena nota en accesibilidad. "No llegan ni al aprobado", explica Soledad Luengo, coordinadora t¨¦cnica de esta gu¨ªa y asesora en Autonom¨ªa Personal. Como una rareza se cita a Albacete, que ha recibido premios por su accesibilidad. ?Ser¨¢ porque tuvo hace a?os una alcaldesa con discapacidad?