Estabilidad en crisis
S¨®lo desde la ingenuidad podr¨ªa alguien sorprenderse por la decisi¨®n del Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas de la UE (Ecofin) de suspender el procedimiento de sanciones por d¨¦ficit excesivo abierto por la Comisi¨®n Europea contra Alemania y Francia. Pero no por ello deja de ser un p¨¦simo precedente. La mayor de las iron¨ªas es que el Pacto de Estabilidad naci¨® como un mecanismo de garant¨ªa exigido por Alemania para renunciar al marco, que fue s¨ªmbolo de estabilidad durante d¨¦cadas. Nadie pod¨ªa imaginar que ser¨ªa la propia Alemania la primera en reclamar que se quede en papel mojado el riguroso sistema de sanciones contra la manga ancha en el gasto.
Lo peor de la decisi¨®n es que esa ley del embudo en favor de los dos pa¨ªses m¨¢s poderosos de la UE socava la credibilidad del Pacto, lo que obliga a replantear muchas cosas; tambi¨¦n en el terreno pol¨ªtico, ahora que se discute el peso de cada pa¨ªs en la UE ampliada. Alemania y Francia suponen el 60% de la econom¨ªa europea. Es un dato que explica por s¨ª solo, pero no justifica, la discriminaci¨®n que supone suspender las sanciones cuando no se ha hecho en otros casos, como el de Portugal. La estabilidad monetaria exige contar con reglas claras que obliguen a todos los miembros de un espacio monetario ¨²nico, aunque pueda aplicarse con criterios de flexibilidad.
Lo m¨¢s l¨®gico a partir del a?o 2002 hubiera sido aplicar una interpretaci¨®n flexible del Pacto, teniendo en cuenta criterios como la distinta fase del ciclo econ¨®mico que vive cada econom¨ªa, la evoluci¨®n de la deuda p¨²blica, y no s¨®lo del d¨¦ficit, y la voluntad de reforma de cada Gobierno.
Una vez abierta la crisis, caben dos posiciones contrapuestas. Una, realista, consistente en reformar las condiciones de estabilidad monetaria de la zona, y otra, dogm¨¢tica, consistente en extremar los reproches y ahondar en la explicaci¨®n, f¨¢cil pero inexacta en el fondo, del doble rasero y del mal ejemplo de los grandes. No hay que olvidar que debemos a Alemania la pedagog¨ªa de la estabilidad monetaria, defendida muchos a?os antes de que los Gobiernos del PP se hicieran devotos del d¨¦ficit cero, y que Espa?a puede cuadrar ingresos y gastos en buena medida mediante la aportaci¨®n de fondos de la UE procedentes de contribuyentes netos como Alemania.
Aparte de que su pol¨ªtica exterior ha llevado a nuestro pa¨ªs a encontrarse en esta batalla junto a aliados d¨¦biles, a Espa?a le conviene m¨¢s desde todos los puntos de vista una Alemania plenamente recuperada, capaz de tirar del tren europeo y absorber nuestras exportaciones, que un pa¨ªs debilitado por su incapacidad para resolver sus problemas presupuestarios.
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