"En el siglo XXI se intentar¨¢ pensar la ¨¦tica y la pol¨ªtica conjuntamente"

Para Francisco Fern¨¢ndez Buey (Palencia, 1943), profesor de Historia de las Ideas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, poli¨¦tica es la "fusi¨®n de lo ¨¦tico y de lo pol¨ªtico", un empe?o nada f¨¢cil, pero que cree posible. "En el siglo XX hubo intentos serios de pensar la ¨¦tica y la pol¨ªtica conjuntamente, y tambi¨¦n los habr¨¢ en el siglo XXI".

Poli¨¦tica (Losada), que acaba de publicar, es un libro sobre la evoluci¨®n de la conciencia ¨¦tico-pol¨ªtica a lo largo del siglo XX. "Dos guerras mundiales y dos barbaries como el nazismo y el estalinismo la han hecho tambalear, sobre todo cuando una de esas barbaridades se cometi¨® en nombre de la ¨¦tica".

Fern¨¢ndez Buey se sirve de siete autores para explicar todo esto y para proponer una reflexi¨®n de futuro. Son Karl Kraus, Gy?rgy Luk¨¢cs, Walter Benjamin, Bertolt Brecht, Simone Weil, Hanna Arendt y Primo Levi.

"No es casualidad que quienes mejor han visto el problema del mal sean las mujeres"

Pregunta. ?Por qu¨¦ los ha elegido?

Respuesta. Porque intento construir una poli¨¦tica a partir de autores que no son fil¨®sofos acad¨¦micos, que no aparecen en los manuales de filosof¨ªa, a excepci¨®n de Arendt. Todos ellos at¨ªpicos, con una gran capacidad de reflexi¨®n filos¨®fica y para los que cuentan m¨¢s sus vivencias personales.

P. Casi todos son de origen jud¨ªo.

R. Todos, excepto Brecht. No fueron jud¨ªos practicantes, sino al contrario. Y todos, incluido Brecht, se hicieron rojos discutiendo o dialogando, cada cual a su manera, con el juda¨ªsmo y con el marxismo. Creo que es un rasgo sustancial de la poli¨¦tica del siglo XX y que estos rasgos tienen que ver con los conceptos de ¨¦xodo, dial¨¦ctica, revoluci¨®n y redenci¨®n.

P. ?Qu¨¦ le gusta de Levi?

R. Fue un cient¨ªfico. Despu¨¦s de su experiencia en Auschwitz, describi¨® los campos de concentraci¨®n como si estuviera haciendo un informe de fin de semana. A pesar de la tragedia de su vida, fue un optimista ilustrado y sigui¨® pensando favorablemente de la especie humana. Es el que mejor refleja la memoria de la ofensa, y lo hace con distancia cr¨ªtica.

P. Kraus fue un provocador.

R. Nunca descans¨® ni dej¨® descansar a los dem¨¢s. Fue el gran periodista del siglo y el gran antiperiodista del siglo, capaz de hacer estallar las contradicciones sin ser un moralista. Escribi¨® la s¨¢tira apocal¨ªptica m¨¢s tremenda del XX, Los ¨²ltimos d¨ªas de la humanidad.

P. Luk¨¢cs tiene una biograf¨ªa apasionante.

R. Fue hijo de la gran burgues¨ªa de banqueros, que se sumergi¨® en un mundo de pasiones dostoievskianas. Lo veo como un personaje de novela, fascinante y representativo de la juventud culta centroeuropea. De los peores problemas sac¨® agua limpia.

P. Dice que muri¨® casi con el puro en la boca, como Brecht.

R. Brecht es el m¨¢s simp¨¢tico. Ten¨ªa una vena libertaria e iba por el mundo diciendo verdades en voz alta que otros no se atrev¨ªan: que primero hay que llenar el est¨®mago y despu¨¦s hay que hablar de moral, por ejemplo. Ten¨ªa un conocimiento materialista del mundo y era dial¨¦ctico en sentido pleno. Trat¨® con iron¨ªa todo lo que vio, incluso a s¨ª mismo.

P. ?Qu¨¦ le atrae de Benjamin?

R. Es el que mejor explica que no se puede mantener una idea ilustrada del progreso. El desarrollo tecnol¨®gico no produce s¨®lo progreso moral, sino tambi¨¦n barbarie. Su legado es clave para entender el mundo.

P. Se muestra impresionado por Simone Weil.

R. S¨®lo vivi¨® 33 a?os, pero de una intensidad ¨²nica. Dio en el clavo: ante tantos tratados sobre la clase obrera, ella eligi¨® la acci¨®n, dej¨® la c¨¢tedra de Filosof¨ªa y trabaj¨® en una cadena, algo que no hicieron Lenin ni Trotski. Tambi¨¦n supo que no todo era lucha de clases, que en el mundo tambi¨¦n exist¨ªa la desgracia.

P. Hanna Arendt ha sido elevada hoy a los altares acad¨¦micos, pero no lo tuvo f¨¢cil.

R. En vida fue criticada por tirios y troyanos, pero nos dej¨® una potent¨ªsima reflexi¨®n sobre el mal radical y la trivialidad del mal, la m¨¢s potente despu¨¦s de Kant. No es casualidad que de todos los personajes tratados en este libro, quienes mejor han visto el problema del mal sean las mujeres.