Los m¨®viles de Calder mueven el aire del Reina Sof¨ªa
Una exposici¨®n incluye los 'stabiles' y constelaciones del escultor desde los a?os 30
La exposici¨®n Calder, la gravedad y la gracia, presentada ayer en el Museo Nacional Reina Sof¨ªa de Madrid (Santa Isabel, 52), quiere ser "la esencia de Calder", seg¨²n Carmen Gim¨¦nez, comisaria junto con Alexander S. C. Rower, director de la Fundaci¨®n Calder y nieto del artista. Las 60 piezas, entre m¨®viles, stabiles, constelaciones, torres y gongs, recorren la creatividad del artista, que suspende en el espacio trozos de metal y madera.
Los m¨®viles de Calder son uno de los iconos del arte del siglo XX, afirm¨® ayer Juan Manuel Bonet, director del Museo Nacional Reina Sof¨ªa, al presentar la exposici¨®n "de lujo" Calder, la gravedad y la gracia, que ha organizado el Museo Guggenheim de Bilbao, donde se ha presentado desde marzo a octubre, y coproducida por el Reina Sof¨ªa, donde permanecer¨¢ hasta el 16 de febrero.
Los dos grandes espacios de la sala A1 del museo contienen 60 piezas del estadounidense Calder (Lawton, Pensilvania, 1898-Nueva York, 1976), en un montaje en el que faltan las monumentales que colgaban del atrio del museo de Bilbao y que incorpora otras obras, en una trayectoria art¨ªstica que abarca desde los a?os treinta a los sesenta.
El dise?ador Juan Ari?o ha planteado un montaje que recuerda las fotos de los estudios del pintor, donde se acumulaban sus piezas en techos y suelos. "En Bilbao hab¨ªa un mayor lujo espacial, pero aqu¨ª creo que hay una mayor intensidad po¨¦tica". El montaje conserva las tarimas blancas sobre las que se colocan las piezas y mantienen una distancia de seguridad.
Calder es un artista fronterizo entre el surrealismo y la abstracci¨®n, seg¨²n declar¨® Juan Manuel Bonet al situar el idioma personal del artista en los a?os veinte y treinta, cuando dominaba la abstracci¨®n geom¨¦trica y la fantas¨ªa del dada¨ªsmo y el surrealismo, en un espacio cercano a sus amigos Mir¨®, Duchamp y Arp. "Con una mentalidad de b¨²squeda e investigaci¨®n, Calder trabaj¨® con rigor y libertad en sus esculturas m¨®viles, que pierden su condici¨®n est¨¢tica y entran en movimiento sin que tengan relaci¨®n con el arte cin¨¦tico. Sus piezas son fundamentales en el imaginario moderno, que definen el rigor constructivo y la poes¨ªa".
Vuelo sin motor
Carmen Gim¨¦nez, directora del Museo Picasso de M¨¢laga, que mont¨® en los noventa una exposici¨®n sobre la edad de hierro, donde Calder aparec¨ªa al lado de Picasso y Julio Gonz¨¢lez, destac¨® ayer la aportaci¨®n de Calder a la transparencia e ingravidez de la escultura. "Todas las piezas expuestas est¨¢n unidas por un mundo m¨¢gico, que crean un fant¨¢stico vuelo sin motor".
La muestra presenta las primeras piezas de los a?os treinta, obras colgantes que Marcel Duchamp bautiz¨® como m¨®viles, el primer stabile (seg¨²n Arp), sobre el suelo, las constelaciones de los a?os cuarenta (con maderas por la escasez de hilos) y las maquetas de las grandes esculturas p¨²blicas que a partir de los cincuenta se colocan en ciudades como Canad¨¢, M¨¦xico, Par¨ªs o Caracas. En el patio del museo se mantiene una escultura mixta, frente a otra pieza de Mir¨®. Record¨® la vinculaci¨®n de Calder con Espa?a, a trav¨¦s de su amistad con Mir¨®, su participaci¨®n con una fuente de mercurio en el pabell¨®n espa?ol en Par¨ªs de 1937 (el del Guernica) y la representaci¨®n de su circo de alambre en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1933. Para Alexander S. C. Rower, se presenta en el montaje "una concentraci¨®n de lo mejor de la invenci¨®n de Calder". Rower colabora en el cat¨¢logo, publicado por T. f. editores, junto a otros textos de Carmen Gim¨¦nez, que adem¨¢s selecciona textos del artista, y de Francisco Calvo Serraller.
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