Instrucciones para morir
El piloto Iv¨¢n Chirivella narra en 'C¨®mplice inocente' los meses que instruy¨® a Mohamed Atta, el jefe 'kamikaze' del 11-S
Cuando vio por televisi¨®n las caras de los autores de los atentados del 11-S que conmocionaron el mundo sinti¨® un escalofr¨ªo. Se preguntaba c¨®mo piensan los terroristas, de qu¨¦ hablan y si son normales. Y descubri¨® que s¨ª, que son "normales". Iv¨¢n Chirivella, canario, de 27 a?os, tuvo enfrente todos los d¨ªas a dos de los kamikazes que hicieron desaparecer las Torres Gemelas el 11-S de 2001, Mohamed Atta ("el que mandaba") y Marwan al Shehhi ("al que hac¨ªa pasar por su primo"). Como instructor les dio clases de vuelo durante dos meses. Una historia que narra en C¨®mplice inocente (Mart¨ªnez Roca), que ayer present¨®, junto a la periodista Alicia Mederos, que lo convenci¨® para escribirlo.
Mohamed Atta y su primo se presentaron un d¨ªa de septiembre de 2000 en la escuela de pilotos Jones Aviation, en Sarasota (Florida, EE UU) y pidieron matricularse. Iban sobrados de dinero. No quer¨ªan pagar como es habitual (con tarjeta de cr¨¦dito) y el primer d¨ªa pusieron sobre la mesa 2.000 d¨®lares. Tampoco se sometieron al protocolo de conocer el centro antes de firmar: "No, s¨®lo queremos hacer el curso", dijo Atta.
Luego pidieron el mejor instructor. "?ramos dos y creo que me eligieron porque sab¨ªan que el ingl¨¦s no era mi lengua materna. Ellos lo hablaban p¨¦simo y entre los dos se dirig¨ªan en ¨¢rabe". Lo relataba ayer este piloto precoz, disciplinado, que lleg¨® a EE UU a los 12 a?os con el sue?o de volar, y con un esp¨ªritu seguramente m¨¢s propio de la mentalidad americana que latina. Antes de pilotar fue sparring oficial de estrellas del tenis, como Andrea Agassi ("un tipo estupendo") y Anna Kournikova ("de la que prefiero no hablar").
Sin sospechas
Durante el tiempo que imparti¨® clases a los kamikazes no les not¨® nada extra?o. Hab¨ªan llegado de Alemania a Florida cumpliendo todos los tr¨¢mites y superando los controles de seguridad. "Si hubiera visto algo sospechoso", afirma rotundo Chirivella, "hubiera llamado al FBI". Ambos eran muy religiosos, seg¨²n el autor, nunca se quejaban de nada, tampoco hablaban mal de EE UU. A Atta, "seg¨²n la CIA y el FBI, el cerebro de los atentados", lo describe como un hombre de car¨¢cter fuerte, pero no agresivo. El primo no tomaba nunca la iniciativa: "Creo que el pobre no sab¨ªa d¨®nde se met¨ªa". Siempre iban juntos y solos. Atta probablemente reclut¨® a Al Shehhi en Hamburgo, como a otros de la c¨¦lula.
Con estos dos alumnos, como con cualquier otro, com¨ªa o cenaba alg¨²n d¨ªa que la clase se alargaba. "S¨®lo habl¨¢bamos de las clases. Con otros alumnos comentaba sus vidas, qu¨¦ chica les gustaba..., pero con ellos no. Una vez les pregunt¨¦ su inter¨¦s en volar y me dijeron que hab¨ªan pactado con una compa?¨ªa a¨¦rea saud¨ª".
Las maniobras de despegue y aterrizaje era lo que m¨¢s les interesaba. La teor¨ªa, nada. Y s¨®lo una cosa le provocaba alguna emoci¨®n: la maniobra de p¨¦rdidas, controlar el avi¨®n cuando desacelera y es menos estable. "A todos nos asusta y Atta no era diferente, se le ve¨ªa la gotilla de sudor en la sien".
Todo acab¨® por un incidente. "Atta ten¨ªa comportamientos inaceptables con las mujeres. Un d¨ªa al ir a firmar el parte, quiso hacerlo por los dos y la secretaria se lo impidi¨®. Se alter¨® mucho, dijo que c¨®mo una mujer le iba a decir lo que ten¨ªa que hacer. Inmediatamente lo expuls¨¦. Cogieron sus b¨¢rtulos y se fueron sin rechistar".
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