Otra deuda pendiente con el exilio
La decisi¨®n de publicar esta espl¨¦ndida antolog¨ªa de ensayos de Adolfo S¨¢nchez V¨¢zquez -profesor em¨¦rito de la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) y autor de una veintena de libros- a?ade un reconocimiento m¨¢s al largo historial de m¨¦ritos del Fondo de Cultura Econ¨®mica, galardonada en 1989 con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Comunicaci¨®n. La misma editorial que abri¨® sus puertas en 1939 a la impresionante pl¨¦yade de republicanos llegados a M¨¦xico en plena madurez (Jos¨¦ Gaos, Enrique D¨ªez-Canedo, Eugenio Imaz, Jos¨¦ Medina Echeverr¨ªa y otros muchos valiosos intelectuales) rinde homenaje ahora a uno de los m¨¢s significados representantes de la siguiente generaci¨®n del exilio, formada tanto por los hijos de los refugiados como por los j¨®venes exiliados que concluyeron su formaci¨®n en el destierro y que realizaron su fecunda obra -Ram¨®n Xirau, prologuista del volumen, se halla en el mismo caso- en el pa¨ªs de acogida.
A TIEMPO Y DESTIEMPO
Adolfo S¨¢nchez V¨¢zquez
Fondo de Cultura Econ¨®mica
Madrid, 2003
616 p¨¢ginas. 31,50 euros
La Guerra Civil neg¨® a Adolfo S¨¢nchez V¨¢zquez (nacido en 1915 en Algeciras) y a tantos otros espa?oles la posibilidad de seguir en su propia tierra la llamada vocacional por la que se sent¨ªan atra¨ªdos. El poeta adolescente hab¨ªa escuchado en M¨¢laga las voces amigas de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre; y el estudioso muchacho atra¨ªdo por la filosof¨ªa hab¨ªa cursado el primer curso de carrera en la legendaria Facultad de Filosof¨ªa y Letras madrile?a donde ense?aban maestros como Ortega, Gaos y Zubiri. Tras el golpe militar contra la Rep¨²blica, S¨¢nchez V¨¢zquez, militante de las juventudes comunistas desde 1933, participa en la defensa de M¨¢laga hasta su ca¨ªda, dirige durante seis meses en Madrid el diario Ahora y se alista finalmente en el V Cuerpo del Ej¨¦rcito; fue la primera persona que ley¨® el soneto de Antonio Machado dedicado a L¨ªster. Despu¨¦s de la derrota, embarc¨® en el Sinaia, fletado por el general C¨¢rdenas para llevar a M¨¦xico a la primera expedici¨®n de exiliados espa?oles. A partir de su llegada a Veracruz en 1939, S¨¢nchez V¨¢zquez tuvo que ganarse el sustento con los m¨¢s pintorescos trabajos (hasta transform¨® en novela la pel¨ªcula Gilda por encargo de un editor); al tiempo, se licenci¨® en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica y se doctor¨® en Filosof¨ªa, mientras militaba en el PCE con la mirada puesta en el regreso a Espa?a.
Si las revelaciones del XX
Congreso del PCUS y sus diferencias con la direcci¨®n del PCE en 1957 transformaron el anterior activismo de S¨¢nchez V¨¢zquez en simple militancia de base, su incorporaci¨®n como profesor a tiempo completo en la UNAM le permiti¨® dedicarse por entero a las tareas de investigaci¨®n. Las ideas est¨¦ticas de Marx (1965) y Filosof¨ªa de la praxis (1967) fueron los primeros libros de su amplia bibliograf¨ªa; el heterodoxo enfoque marxiano de sus obras se hallaba muy lejos de la vulgata sovi¨¦tica leninista y estalinista.
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