Masacre en el doble
Woodbridge se erige en el gran protagonista y destroza en poco m¨¢s de hora y media a Corretja y Feliciano L¨®pez
El trayecto no fue agradable. Dur¨® poco tiempo, pero result¨® excesivo. El debut de ?lex Corretja y Feliciano L¨®pez como doble en el equipo espa?ol de Copa Davis concluy¨® en una masacre. Desde los primeros compases del partido, el australiano Todd Woodbridge se erigi¨® en el gran protagonista y s¨®lo permiti¨® a su compa?ero Wayne Arthurs y a los espa?oles actuar como simples acompa?antes. Ante el festival de juego con que obsequi¨® a los 15.000 espectadores que llenaban el Rod Laver Arena, no hab¨ªa m¨¢s opciones. "Tal como fueron las cosas, cuanto antes acabara aquel suplicio mejor", resumi¨® Corretja. "Ves que te pasan por encima y no es agradable. Incluso ahora, estamos a¨²n diciendo: '?joder macho, vaya peligro!".
"Tal y como fueron las cosas, cuanto antes acabara el suplicio mejor", resumen los espa?oles
Su derrota se concret¨® en un contundente 6-3, 6-1, 6-3 en 1 hora y 34 minutos. Australia superaba a Espa?a por 2-1 en la final de la Copa Davis que les enfrenta en Melbourne. La pasada madrugada, Juan Carlos Ferrero deb¨ªa enfrentarse a Mark Philippoussis y Carlos Moy¨¤ a Lleyton Hewitt en los dos ¨²ltimos individuales. "Sigo confiando en ellos", reconoci¨® un esperanzado Jordi Arrese. "Todos sab¨ªamos que el doble era nuestro punto m¨¢s d¨¦bil y que eso pod¨ªa ocurrir. Pero creo que podemos ganar la Copa Davis". Unas palabras que resultar¨¢n premonitorias o rid¨ªculas cuando esta ma?ana vean la luz.
Pero ocurra lo que ocurra en esta final, est¨¢ claro que el doble sigue siendo un problema sin resolver. No hay forma de encontrar uno que permita darle estabilidad. Por uno u otro concepto, el doble es el punto que m¨¢s protagonistas ha tenido desde que Emilio S¨¢nchez Vicario y Sergio Casal decidieron retirarse de la Copa Davis en 1995. Desde entonces, doce parejas distintas han pasado por el equipo espa?ol sin que ninguna demostrara la solvencia de sus antecesores. El gran protagonista de todos estos a?os ha sido ?lex Corretja, que se ha convertido en el hilo conductor de la mayor¨ªa de estos cambios. Desde que debut¨® en dobles en 1996 como compa?ero impensable -sus relaciones no eran brillantes- de Emilio S¨¢nchez, con derrota ante Israel, Corretja ha jugado con Tom¨¢s Carbonell, Carlos Costa, Javier S¨¢nchez, Albert Costa, Joan Balcells y, ayer, con Feliciano L¨®pez. Siete acompa?antes en siete a?os.
Su balance final es de ocho victorias y ocho derrotas. Y la evidencia refleja que con quien m¨¢s estabilidad logr¨® fue con Joan Balcells, el tenista de peor r¨¢nking con el que jug¨®. Su doble se sald¨® con un balance de cinco victorias y dos derrotas (ante Rusia en 2000 y en Holanda en 2001), y con algunos ¨¦xitos de verdadero m¨¦rito, como el que puso en ventaja a Espa?a en la final de la Copa Davis de 2000 contra los australianos Woodforde y Stolle en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Con Albert Costa, su ¨²ltimo compa?ero, logr¨® dos triunfos y dos derrotas, la ¨²ltima en las semifinales de este mismo a?o contra Argentina en M¨¢laga.
El final de aquella aventura lleg¨® cuando el G-3, los capitanes espa?oles, toc¨® a rebato para viajar a Australia a jugar en hierba y decidi¨® que se necesitaba a un jugador con m¨¢s peso en el saque. Entonces nadie pareci¨® plantearse si ?lex era o no el hombre adecuado. Era intocable por su tenis y por su trayectoria. El sacrificado fue Albert Costa, que cedi¨® su sitio a Feliciano L¨®pez, el ¨²nico espa?ol que ha llegado por dos veces a octavos de final de Wimbledon desde los tiempos de Andr¨¦s Gimeno. "Plantearse ahora si habr¨ªamos logrado algo m¨¢s con Albert Costa", se?al¨® Jordi Arrese, que esta vez act¨²a de capit¨¢n espa?ol, "me parece rid¨ªculo. No lo s¨¦. Pero cuando elegimos a Feliciano cre¨ªmos que era la mejor opci¨®n. Necesit¨¢bamos su saque para jugar en hierba. Y yo no me arrepiento del cambio. Creo que ¨¦l ha jugado a un buen nivel".
El desastre espa?ol comenz¨® en el cuarto juego, cuando ?lex Corretja perdi¨® en blanco su primer saque. "Aqu¨¦l fue un mal comienzo", coment¨® el debutante Feliciano L¨®pez. "Arthurs hab¨ªa estado nervioso hasta entonces, pero con un break arriba comenz¨® a entrar en el partido y ya resultaron imparables". El festival fue de tal calibre que los australianos s¨®lo vieron en apuros su servicio una vez, en el segundo juego de la segunda manga, cuando Arthurs salv¨® con tres puntos de saque consecutivos un 15-40 en contra. Fue su ¨²nica concesi¨®n y acab¨® pasando incluso desapercibida. Lo que qued¨® en la retina de todos fue la brillantez del juego de un Woodbridge que acredit¨® los motivos por los que ha ganado 78 t¨ªtulos de dobles del circuito y 15 de ellos del Grand Slam. Sus ocho Wimbledon no son una casualidad.
Form¨® la mejor pareja del mundo con su compatriota y amigo Mark Woodforde, pero cuando ¨¦ste se retir¨® se uni¨® al sueco Thomas Bjorkman para seguir ganando. El respeto y la admiraci¨®n que causa en su pa¨ªs es total. "Por favor Todd, dame el placer de ganar un Grand Slam", le suplic¨® medio en broma Arthurs cuando en la conferencia de prensa posterior a su victoria le preguntaron a Woodbridge si mantendr¨ªan el doble de Copa Davis tambi¨¦n en el circuito. A sus 32 a?os, Woodbridge encandil¨® por la seguridad en s¨ª mismo que demostr¨® todo el partido y por la claridad conceptual que tiene del doble: siempre estaba situado en el lugar correcto de la red, siempre se cruzaba en el momento preciso para obligar a forzar el resto de sus rivales hasta el l¨ªmite, siempre encontraba el passing, la volea cruzada, el smash y colocaba la pelota en el lugar adecuado, donde no exist¨ªa posibilidad de r¨¦plica. "Es un maestro del doble y quiero decirle que ha sido un placer trabajar con ¨¦l y con Arthurs", concluy¨® John Fitzgerald, capit¨¢n australiano.
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