La preferencia por un Gobierno de izquierdas y catalanista gana terreno en Esquerra Republicana
ERC acaricia la idea de enviar a CiU a la oposici¨®n y heredar el liderazgo nacionalista
La propuesta de Gobierno de concentraci¨®n nacional est¨¢ tocada de muerte. As¨ª que Esquerra Republicana (ERC), el partido que la formul¨® y que tiene la llave del futuro Ejecutivo catal¨¢n, se inclinar¨¢ -probablemente en la semana que comienza ma?ana- por una de las opciones: la nacionalista, con Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), o la de la izquierda plural, con socialistas e Iniciativa per Catalunya (ICV). Nada hay decidido, pero en los ¨²ltimos d¨ªas Esquerra ha retomado la orientaci¨®n de antes de las elecciones del 16 de noviembre, favorable a un acuerdo entre las izquierdas.
El fin de semana est¨¢ siendo uno de los m¨¢s intensos de la pol¨ªtica catalana en los ¨²ltimos a?os. Quiz¨¢ s¨®lo hubo tanta expectaci¨®n cuando Jordi Pujol decidi¨®, en 1996, dar el s¨ª a la primera investidura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero lo que ahora est¨¢ en el alero es precisamente poner fin o no a 23 a?os de pujolismo.
Las reuniones y las llamadas telef¨®nicas entre los distintos l¨ªderes anuncian una semana decisiva. Para el viernes est¨¢ convocada la sesi¨®n constitutiva del Parlamento catal¨¢n y est¨¢ todo por configurar. Pero en Esquerra Republicana se ha afianzado la idea de que las votaciones para la elecci¨®n del presidente de la C¨¢mara y de la Mesa sean ya "indicativas de la nueva mayor¨ªa". Ma?ana comenzar¨¢n las conversaciones entre los grupos parlamentarios con esta finalidad. Discurrir¨¢n en paralelo a las negociaciones para la formaci¨®n de Gobierno.
Consciente de que se halla al borde de la oposici¨®n, Converg¨¨ncia i Uni¨® ha ofrecido esta semana a Esquerra todo cuanto estaba a su alcance, salvo la presidencia de la Generalitat, "porque eso ser¨ªa un suicidio", indica un estrecho colaborador de Pujol. Ha puesto sobre la mesa, incluso, la resurrecci¨®n de la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona, que el mismo Pujol suprimi¨® en 1987 por considerarla un contrapoder a su Gobierno. Es s¨®lo un ejemplo de que los nacionalistas de Artur Mas est¨¢n dispuestos a dar marcha atr¨¢s en m¨²ltiples pol¨ªticas y decisiones a cambio de mantener las riendas del poder.
As¨ª lo interpretan los republicanos. Pero uno de los argumentos que m¨¢s contribuyen a que sus dirigentes prefieran un Gobierno de izquierdas es que los 23 a?os de pujolismo "pesan como una losa sobre CiU y restan valor a sus concesiones de hoy". Sin embargo, la inclinaci¨®n de ERC hacia una de las dos f¨®rmulas de gobierno no es fruto de un solo factor, sino de varios.
La lucha por la hegemon¨ªa nacionalista es uno de ellos. Los l¨ªderes de ERC est¨¢n convencidos de que, fuera del Gobierno, CiU y Artur Mas no podr¨¢n continuar disfrutando de lo que ha sido su principal activo pol¨ªtico, la representaci¨®n de Catalu?a en exclusiva. Reducidos a un grupo parlamentario de oposici¨®n, "dejar¨ªan de ser el poderoso rival que seguir¨ªan siendo desde el Gobierno", coinciden dos dirigentes republicanos de distintas ¨®pticas, la m¨¢s nacionalista y la m¨¢s izquierdista.
Vista al Congreso
Uno de los objetivos de ERC es que las pr¨®ximas elecciones generales de marzo sean ya un nuevo episodio del traspaso de votos de CiU a ERC. Aunque con todas las reservas, el l¨ªder de ERC, Josep Llu¨ªs Carod, ha destacado que unos resultados en marzo similares a los de las auton¨®micas dar¨ªan ocho diputados en el Congreso a su formaci¨®n, m¨¢s de la mitad de los que tienen actualmente los convergentes.
Los republicanos necesitan continuar su penetraci¨®n social y electoral en el ¨¢rea metropolitana de Barcelona, donde se concentra la poblaci¨®n originaria de otras zonas de Espa?a, y creen que "es m¨¢s factible" de la mano de un Gobierno progresista que como socios de un frente nacionalista dirigido por el centro derecha.
Los independentistas tambi¨¦n tienen en cuenta la virulenta reacci¨®n de los convergentes si se vieran apeados del Gobierno y de la correspondiente estela de organismos. Porque "a ERC le va a resultar dif¨ªcil explicar la entrega de votos procedentes del nacionalismo de CiU a un Gobierno de izquierdas; nosotros les fustigaremos por el flanco nacionalista", asegura un alto dirigente convergente. El mero enunciado de la hip¨®tesis es otra muestra del pesimismo reinante en las filas de la federaci¨®n. Es m¨¢s, en esa eventualidad, el eje de la oposici¨®n ser¨ªa denunciar la incoherencia de Esquerra, porque no podr¨ªa conseguir el concierto econ¨®mico que reclama, auguran los convergentes. Pero ese argumento no preocupa a Carod. Ya dio de antemano su respuesta en la campa?a: "?C¨®mo puede darnos lecciones de nacionalismo quien durante ocho a?os ha ido del brazo de Aznar y del PP?".
Presi¨®n de Pujol
Uno de los elementos que inquietan a algunos dirigentes republicanos es "la presi¨®n moral", m¨¢s que pol¨ªtica, que Jordi Pujol -desde su poltrona simb¨®lica de l¨ªder del nacionalismo- pueda ejercer sobre la propia direcci¨®n de Esquerra. Pero no todos comparten ese temor. El propio Carod y su entorno inmediato se mantienen m¨¢s fr¨ªos, quiz¨¢ recordando la panoplia de invectivas que recibieron de Pujol, de Artur Mas y de Josep Antoni Duran Lleida en la todav¨ªa reciente campa?a electoral. Y tambi¨¦n, aunque con intensidad menor, en los dos ¨²ltimos a?os de legislatura.
La c¨²pula de CiU empieza a ser consciente del estrago que provoc¨® en Esquerra la expresi¨®n de "traidores a Catalu?a" con que calific¨® a los dirigentes republicanos durante la ¨²ltima semana de campa?a. Uno tras otro, ¨¦stos confiesan que aquella acusaci¨®n "arruin¨®" la complicidad entre los nacionalistas, ya muy debilitada por el maridaje de CiU con el PP. Ayud¨® a que se rompiera lo que quedaba de fascinaci¨®n por Pujol y a reafirmar su ubicaci¨®n en la izquierda. S¨®lo as¨ª se explican los convergentes el nulo entusiasmo que su abultada lista de concesiones ha generado en Esquerra.
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