Elogio de las sombras
En 1936, en Espa?a estall¨® una guerra absurda y fiera. Hermanos contra hermanos. La carne contra la misma carne en armas. Leopoldo de Luis ten¨ªa entonces dieciocho a?os, y de la noche a la ma?ana se convirti¨® en un hombre, en un guerrero. Siempre he sentido debilidad por los poetas soldados, como Garcilaso, como Jorge Manrique. Yo misma me digo que tengo coraz¨®n de poeta soldado, porque anhelo poseer el mejor de los corazones. Amo sobre todo la poes¨ªa de quienes, como Leopoldo, han sido soldados que desenvainaron el verso hasta convertirlo en una espada que ya no ans¨ªa la sangre, aun despu¨¦s de haberla saboreado, sino tan s¨®lo la inefable belleza del mundo chorreando de sus palabras.
En octubre del 36, Leopoldo se incorpor¨® al ej¨¦rcito de la Rep¨²blica y fue herido, no por la hermosura entre la que nacemos y morimos sin apenas darnos cuenta de su presencia, sino por el plomo que, como un adjetivo mortal, adorna las batallas. Lleg¨® a ser capit¨¢n del Estado Mayor, y escribi¨® junto a su amigo Miguel Hern¨¢ndez, en 1938, Versos en la guerra.
Al igual que Jos¨¦ Hierro, tambi¨¦n Leopoldo de Luis desarroll¨® el tema de la infancia tronchada por la guerra en El ¨¢rbol y otros poemas (1954). Como tantos hombres-ni?os de su generaci¨®n, la vida pas¨® a su lado vertiginosamente; sin embargo, incluso en el campo de concentraci¨®n, Leopoldo supo encontrar el amor, y refugios dignos y s¨®lidos para sus palabras. Durante a?os, se acomod¨® apaciblemente a la discreta sombra de la historia, e incluso a la del relumbr¨®n de algunos de sus compa?eros poetas, mucho m¨¢s activos y espectaculares que ¨¦l, social y literariamente hablando. Pero a todos ellos, sin excepci¨®n, ni?os poetas privados de la alegr¨ªa y la inspiraci¨®n de la ni?ez, les rinde homenaje en su Poes¨ªa de posguerra, escrita hace unos pocos a?os: "Yo soy aqu¨¦l que ayer no m¨¢s quer¨ªa/ sacar hacia la luz unas palabras/ cercadas por la sombra y por la sangre/ lo mismo que palomas degolladas./(...) Yo soy aqu¨¦l que ansi¨® ganar un mundo/ donde el odio su cuerpo deshelara, / yo soy aqu¨¦l que recibi¨® la culpa/ como doble tenaza".
Condici¨®n secreta
Lo que su poes¨ªa muestra es el acierto salvaje de la existencia, la radical libertad del ser humano en medio de la furia del tiempo, y la generosidad callada del verbo.
Leopoldo es de una condici¨®n secreta, terrenal y taciturna. El ni?o soldado se content¨® con sobrevivir a la guerra, a la vida, y luego se convirti¨® en un ¨¢rbol de la poes¨ªa, en uno de esos ¨¢rboles que tardan m¨¢s en morir que en crecer simplemente: por eso en sus ramas pudieron hallar amparo el dolor, la ternura y la m¨²sica del lenguaje. Sus versos florecieron mansamente a pesar de la desolaci¨®n y de la sequ¨ªa intelectual de unos tiempos sombr¨ªos. Leopoldo de Luis es un poeta de posguerra, aunque no hay que olvidar que la posguerra dura todav¨ªa.
Enhorabuena, viejo amigo.
Yo creo que ya iba siendo hora.
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