Un libro a la manera del juego del "cad¨¢ver exquisito" descubre al Dal¨ª amante del azar
El C¨ªrculo de Lectores edita la correspondencia con figuras art¨ªsticas claves del siglo XX
Era cosa de los surrealistas, claro. Consist¨ªa en componer a ciegas un texto o un dibujo y seg¨²n saliera elevarlo a categor¨ªa de obra de arte. Lo llamaban el "cad¨¢ver exquisito" y a Salvador Dal¨ª le fascinaba. As¨ª que para conmemorar su centenario, que se celebra en 2004, el C¨ªrculo de Lectores y la Fundaci¨®n Gala-Dal¨ª han confeccionado un libro que mezcla cartas del artista con figuras clave de su tiempo y dibujos muy dalinianos titulado Dal¨ª ¨ªntimo. "A ¨¦l le hubiera encantado esta forma de concebir un libro al azar", dec¨ªa ayer Montse Aguer, comisaria del A?o Dal¨ª, al presentarlo en Madrid.
El trazo de Dal¨ª ha sido siempre alabado. El dibujo, la perspectiva de sus cuadros, la b¨²squeda de la tercera, la cuarta, la en¨¦sima dimensi¨®n a la que acechaba de manera obsesiva. Era un dibujante superdotado y es algo que se quiere reivindicar en el centenario que se acerca del pintor, nacido el 11 de mayo de 1904 en Figueres.
Por eso, la Fundaci¨®n Gala-Dal¨ª y el C¨ªrculo de Lectores han puesto tanto cuidado en este Dal¨ª ¨ªntimo, para el que han elegido reproducciones impactantes y en las que se reconoce muy bien el sello daliniano. "Tiene mucho inter¨¦s por el car¨¢cter in¨¦dito, poco conocido, revelador y sorprendente de buena parte de los dibujos", asegura Aguer.
Las escogidas para el libro son obras que no han tenido riesgo de falsificaci¨®n, como ocurri¨® con los grabados del artista en la etapa final de su vida, cuando se mont¨® todo un circo de copias falsas que han da?ado su legado de manera incalculable: "El Dal¨ª dibujante no se ha falsificado apenas", asegura Aguer, que tambi¨¦n es responsable del Centro de Estudios Dalinianos.
Es un cap¨ªtulo pendiente, una de tantas sombras a afrontar en el a?o del centenario, cuando se van a disparar todos los esfuerzos para lavar la imagen muchas veces da?ada de Dal¨ª por ¨¦l mismo, por su vicio por la provocaci¨®n y el disparate perpetuo y su cercan¨ªa a diablos de su tiempo -Franco, o de manera m¨¢s ambigua, Hitler- que le siguen cobrando peaje. Aguer quiere insistir en los aspectos que para muchos son accesorios de su personalidad art¨ªstica, pero que resultan fundamentales para comprender en su totalidad su dimensi¨®n de personaje autoesculpido para la modernidad. La semana pasada empezaron a aparecer las Obras comple
tas, que quieren descubrir al escritor sorprendente, transgresor, rompedor; ahora aparecen estos dibujos, pero el objetivo es m¨¢s ambicioso, seg¨²n la comisaria del A?o Dal¨ª: colocarle en el lugar que le corresponde en la historia del arte y ¨¦ste queda entre los grandes. "Si no lo logramos, habremos fracasado", aseguraba Aguer. "Lo lograremos sacando a la luz estos aspectos nuevos, pero no hay duda de que fue una artista contradictorio y provocador", asegura.
Dal¨ª ¨ªntimo sirve tambi¨¦n para verificar el contacto constante del artista con la modernidad a trav¨¦s de los personajes clave con los que mantuvo correspondencia y algunas de cuyas cartas aparecen en este libro. Desde los surrealistas de ese grupo que le llev¨® a las alturas como Andr¨¦ Breton, Paul ?luard, Ren¨¦ Magritte, Man Ray o Benjamin P¨¦ret, a cineastas como Edgar Neville, Visconti o Zeffirelli; escritores eternos como Ram¨®n G¨®mez de la Serna, Jean Cocteau o Stefan Zweig, que le present¨® a uno de sus mitos, Sigmund Freud; sus amigos ¨ªntimos de la etapa de la Residencia de Estudiantes, Federico Garc¨ªa Lorca o Luis Bu?uel, a quien am¨® y odi¨®, con quien cre¨® dos pel¨ªculas revolucionarias y cuya transgresi¨®n, seg¨²n expertos como Agust¨ªn S¨¢nchez Vidal, no ha sido superada todav¨ªa, como Un perro andaluz y La edad de oro...
Un epistolario sorprendente en el que Dal¨ª se muestra al d¨ªa en las rupturas de vanguardia, la ciencia, la literatura, la vida, la humanidad, de la que a veces parec¨ªa tan distante, con la que mantuvo relaciones tan tirantes. "Las cartas dan prueba del inter¨¦s que Dal¨ª ten¨ªa por el teatro, el cine, la moda, al Dal¨ª surrealista, al Dal¨ª cient¨ªfico", afirma Aguer. Al mismo que se fundi¨® con el movimiento que entraba en los secretos inconfesables de nuestros sue?os, a quien cre¨® m¨¦todos de an¨¢lisis como el paranoico-cr¨ªtico o el inventor de esa monumental teor¨ªa parad¨®jica del misticismo nuclear: el Dal¨ª te¨®rico, otro que habr¨¢ que analizar a fondo.
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