Masivas protestas en Italia contra la nueva ley de medios de Berlusconi
La oposici¨®n italiana ha depositado todas sus esperanzas en el presidente de la Rep¨²blica. Tras la aprobaci¨®n en el Senado de la ley de reforma del sistema televisivo, que consolida, e incluso aumenta, la hegemon¨ªa del presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, sobre el mercado de la comunicaci¨®n, el centro-izquierda conf¨ªa en que el presidente, Carlo Azeglio Ciampi, se niegue a firmar el texto y lo devuelva al Parlamento. En Roma, Florencia, Tur¨ªn, Palermo y numerosas ciudades del pa¨ªs hubo ayer manifestaciones de protesta contra una ley que muchos juristas consideran inconstitucional.
El empresario Berlusconi lleg¨® al Gobierno con la promesa de resolver su conflicto de intereses, es decir, la dif¨ªcil compatibilidad entre sus intereses de magnate y el inter¨¦s p¨²blico. Despu¨¦s, sin embargo, decidi¨® seguir controlando desde el despacho oficial su imperio econ¨®mico. Y el martes logr¨® que la coalici¨®n de centro- derecha votara en bloque a favor de la llamada ley Gasparri, elaborada por el ministro de la Comunicaci¨®n, Maurizio Gasparri, con el objetivo de mantener y ahondar un statu quo que beneficiaba sobre todo al holding Fininvest y al grupo televisivo Mediaset, ambos de Berlusconi.
El Tribunal Constitucional advirti¨® un a?o atr¨¢s, cuando se conoci¨® el proyecto, de que el texto ahogaba el pluralismo informativo y vulneraba los principios constitucionales. En el mismo sentido se expres¨® el presidente Ciampi, para quien el sistema electoral mayoritario exig¨ªa el complemento de "la m¨¢xima libertad de expresi¨®n". La Presidencia dispon¨ªa a partir de ayer de 30 d¨ªas para firmar la ley o para considerarla insatisfactoria y devolverla al Parlamento. La izquierda confiaba en que Ciampi, centrista de ra¨ªces tecnocr¨¢ticas, rechazara el texto.
Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en las principales ciudades italianas contra la ley y a favor de un no presidencial. La presi¨®n sobre Ciampi resultaba tan obvia que el propio secretario general del Partido de los Dem¨®cratas de Izquierda, Piero Fassino, pidi¨® al resto de las fuerzas pol¨ªticas opositoras que dejaran de "tirar de las solapas" a Ciampi. "El presidente de la Rep¨²blica es un hombre lo bastante sabio como para saber lo que tiene que hacer", a?adi¨®.
Nadie esperaba una decisi¨®n inmediata de Ciampi. Lo m¨¢s probable era que dejara pasar el d¨ªa 9, la fecha crucial en que el Tribunal Constitucional tiene previsto anunciar si rechaza o acepta la ley de inmunidad con la que Berlusconi se protegi¨® frente a los jueces. Incluso podr¨ªa demorar el anuncio hasta despu¨¦s del d¨ªa 20, para no empa?ar la ¨²ltima cumbre europea de la presidencia semestral italiana. Por el momento, en el palacio del Quirinal imperaba el hermetismo y se suger¨ªa que el presidente no hab¨ªa tomado a¨²n una decisi¨®n definitiva sobre el asunto. Las alternativas eran graves: o firmar una ley dudosa que divide al pa¨ªs, o abrir un conflicto institucional con el Gobierno. En caso de que firmara, a la oposici¨®n le quedar¨ªan las opciones de forzar un refer¨¦ndum y de acudir a los tribunales europeos.
La ley Gasparri, que la derecha define como "moderna" y la izquierda como "una p¨¢gina negra para la libertad", suprime los antiguos l¨ªmites a la concentraci¨®n empresarial en cada sector y crea un nuevo l¨ªmite global. Ninguna compa?¨ªa podr¨¢ acaparar m¨¢s del 20% del llamado Sistema Integrado de las Comunicaciones (SIC), un mercado gen¨¦rico que recoge desde la oferta televisiva terrestre hasta las ventas de discos. El mercado del SIC es valorado en unos 32.000 millones de euros, lo que fijar¨ªa el l¨ªmite en unos 6.000 millones. Mediaset, el grupo de Berlusconi (Tele 5, Italia 1, Rete 4), factura menos de 5.000 millones, por lo que no s¨®lo queda reconocida como legal su posici¨®n dominante, sino que se le ofrece margen de crecimiento. Adem¨¢s, con la ley, Mediaset esquiva una sentencia del Constitucional que le obligaba a ceder, antes del 1 de enero, el control sobre la cadena Rete 4.
Tambi¨¦n se mantienen o se ampl¨ªan los porcentajes de publicidad en televisi¨®n (Berlusconi posee Publitalia, la firma l¨ªder), lo que aumentar¨¢ los ingresos de la televisi¨®n privada del presidente del Gobierno, en detrimento de la prensa escrita. Y se congela hasta 2009 la propiedad simult¨¢nea de medios escritos y televisiones, con lo que la familia Berlusconi seguir¨¢ al frente del diario Il Giornale. El pluralismo informativo queda te¨®ricamente depositado en la futura televisi¨®n digital, cuyos cientos de canales son, por definici¨®n, lo contrario a un medio de comunicaci¨®n de masas.
En cuanto a la RAI, la ley prev¨¦ para 2004 el inicio de una privatizaci¨®n que mantendr¨¢, de forma indirecta, el control del Gobierno sobre las televisiones p¨²blicas. Ning¨²n accionista podr¨¢ poseer m¨¢s del 1% del capital, y el Gobierno (a trav¨¦s del Parlamento) nombrar¨¢ a dos de los nueve consejeros.
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