Trasiego de volquetes

8.00 La carretera nacional III (Madrid-Valencia), en sentido Madrid, se encuentra a esta hora matutina despejada a la altura del moj¨®n que marca el punto kilom¨¦trico 28. Coincide con la incorporaci¨®n lateral a la gran ruta de un cambio de sentido que procede y conduce a Arganda y Morata de Taju?a, a 3 y 13 kil¨®metros de distancia, respectivamente. 8.01. Un sol de cobre hirviente que despunta entre nubes negras hiere desde el retrovisor la mirada del conductor que, a una velocidad de 100 kil¨®metros a la hora, avanza hacia la capital en su autom¨®vil. En la gran recta tras Arganda, la marcha sube a los 120 kil¨®metros a la hora. 8.04. La ruta comienza a verse inundada de camiones con volquetes que recorren la v¨ªa veloces y muy sueltos, por los carriles de la derecha, licencia que demuestra la abundancia de portes industriales, de construcci¨®n y vertidos a lo largo de esta ruta. En numerosas ocasiones adelantan a los turismos con una pericia especial. Numerosas obras iniciadas se despliegan por las inmediaciones, hecho que quiz¨¢ explica la presencia de los grandes veh¨ªculos. 8.06 El paisaje se muestra escarchado, bajo peque?os olivos a ambos lados de la carretera. La temperatura es de un grado y crece a un ritmo de un grado cada cuatro kil¨®metros, aproximadamente. Jirones de nubes como de gasa se confunden con los humos que llegan desde la incineradora de Valdeming¨®mez y que impregnan la atm¨®sfera de un olor a goma, penetrante y repulsivo, a lo largo de la carretera. 8.08 M¨¢s adelante afluyen muchos autom¨®viles m¨¢s; pese a ello, los dos carriles de la v¨ªa no impiden que la media de velocidad pueda mantenerse a 85 kil¨®metros por hora, de tal manera que todo el recorrido puede realizarse sin ninguna detenci¨®n completa. 8.11 Los adensamientos reducen a 65 kil¨®metros la marcha, pero no la merman. Ni siquiera al cruzar la urbanizaci¨®n Santa Eugenia, con sus accesos de entrada y salida plenos. 8.13. Al llegar a la cuesta de Moratalaz, todo indica que va a sobrevenir un par¨®n. Pero no hay tal. La marcha prosigue algo retardada, pero sin detenci¨®n alguna. 8.15 Tampoco en el ramal de incorporaci¨®n a la M-30, donde una hilera de coches circula a baja velocidad, pero no se detiene su fluir. 8.17 La v¨ªa s¨®lo se tapona en las inmediaciones de la plaza del Conde de Casal, donde el ramal lateral derecho de acceso es un aut¨¦ntico cerrojo: cada automovilista puede consumir hasta seis minutos ah¨ª. Han sido 28 kil¨®metros, en los cuales, hasta el tap¨®n de esta plaza, el veh¨ªculo ha empleado 18 minutos.