Turbodi¨¦sel sorprendente
El C-Max es el monovolumen compacto con una calidad de conducci¨®n y comportamiento m¨¢s cercana a los turismos. Mantiene una posici¨®n erguida al volante y un acceso f¨¢cil, pero no hace sentirse en un monovolumen ni cuando se conduce: se le cogen las medidas enseguida y apenas exige adaptaci¨®n. Los ¨²nicos detalles mejorables son algunos mandos (ordenador de viaje, equipo de m¨²sica...), que tienen un accionamiento superado.
Lo ¨²ltimo en turbodi¨¦sel
El nuevo Ford estrena el motor 1.6 TDCi desarrollado con Peugeot-Citro?n, que ofrece un rendimiento sorprendente para su escasa cilindrada: corre m¨¢s que muchos turbodi¨¦sel de 2 litros con unos consumos m¨¢s bajos.
El tacto es casi tan suave y refinado como los motores de gasolina, y responde siempre con br¨ªo:acelera desde 1.000 vueltas, sube de r¨¦gimen con progresividad y llega hasta 4.500 sin gran esfuerzo. A diferencia de otros turbodi¨¦sel, aumenta su poder¨ªo a medida que sube de revoluciones, y para sacarle el m¨¢ximo partido conviene estirar las marchas. Pero como tiene un cambio bien escalonado, un peso ajustado y una aerodin¨¢mica eficiente, permite viajar a ritmos alegres en cualquier trazado. Y s¨®lo acusa su baja cilindrada a plena carga: pierde algo de velocidad en las subidas largas.
El resultado es un empuje muy agradable y unas prestaciones brillantes, tanto en aceleraci¨®n como en velocidad (185 km/h.). Y adem¨¢s de circular con nervio los consumos son muy bajos (un litro menos que los 2.0 turbodi¨¦sel), aunque sensibles al ritmo. En conducci¨®n tranquila apenas pasa de seis litros, sube a siete en ciudad y s¨®lo supera los ocho si se apuran las marchas o se viaja muy cargado.
C¨®modo y manejable
El comportamiento din¨¢mico sit¨²a al C-Max entre los monovo-l¨²menes compactos de referencia. El conductor se siente compenetrado enseguida porque tanto el tacto de los mandos como la calidad de rodadura y aislamiento de la mec¨¢nica son como los de un buen turismo similar. Y como las dimensiones no son voluminosas, resulta manejable en ciudad y c¨®modo en carretera.
El C-Max se conduce con facilidad, tiene unas suspensiones bien resueltas y ofrece una estabilidad eficaz que hace sentirse seguro. En trazados virados obedece d¨®cilmente a la direcci¨®n, y, aunque balancea algo m¨¢s que un turismo, no acusa mucho las inercias y es suficientemente ¨¢gil para mantener ritmos alegres con seguridad.
Estas virtudes destacan m¨¢s en trazados r¨¢pidos y autopistas, porque viaja con mucho aplomo y tiene unas reacciones sanas. Consigue una buena estabilidad, con unas suspensiones progresivas que no sacrifican el confort, y cuenta con unos frenos y un buen ABS que paran el peso con garra. El control de estabilidad ESP es opcional (650 euros), pero recomendable, ya que mejora la seguridad.
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