Marina tensa las fronteras entre g¨¦neros literarios en 'Los sue?os de la raz¨®n'
?Qu¨¦ llev¨® a algunos de los protagonistas de la Revoluci¨®n Francesa a instaurar el Terror? ?Cu¨¢les son los errores de ese periodo en que se ensayaron los grandes conceptos de la teor¨ªa pol¨ªtica de hoy? ?Existe alguna relaci¨®n entre el Terror y la reciente guerra de Irak? El fil¨®sofo Jos¨¦ Antonio Marina (Toledo, 1939) ha dado un paso m¨¢s desde La lucha por la dignidad en Los sue?os de la raz¨®n (Ensayo sobre la experiencia pol¨ªtica), donde tensa, m¨¢s que en ninguno de sus libros anteriores, las fronteras entre g¨¦neros literarios.
En Los sue?os de la raz¨®n (Anagrama) Marina se retrotrae a la ¨¦poca de las revoluciones americana y francesa en un libro de historia sobre la experiencia pol¨ªtica. Es, cree el fil¨®sofo, una b¨²squeda necesaria para no perder de vista los errores del pasado en la consecuci¨®n de una sociedad m¨¢s justa.
El narrador del ensayo es un personaje de ficci¨®n, Don Nepomuceno Carlos de C¨¢rdenas, un ilustrado antillano que posee una hacienda azucarera y est¨¢ preocupado por dar una vida m¨¢s feliz a sus esclavos. Para ello, viaja a Par¨ªs, donde es testigo directo de la Revoluci¨®n Francesa. All¨ª se da cuenta de que la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos es "contradictoria" porque "por una parte defiende los derechos individuales pero por otra los supedita al poder de la naci¨®n". A juicio de Marina, esta contradicci¨®n, este "l¨ªo", todav¨ªa sigue pendiente de resoluci¨®n en la sociedad contempor¨¢nea. "La quiebra que supuso la ¨¦poca del Terror", afirm¨®, "se dio cuando Robespierre empez¨® a reclamar los derechos de la naci¨®n no como una suma de derechos individuales, sino como si Francia tuviera una esencia previa a la historia. Y cuando se empiezan a defender los derechos de la naci¨®n desaparecen los derechos del individuo".
Marina compar¨® la actitud ofensiva de Robespierre con la que ha llevado a Estados Unidos a iniciar una guerra contra Irak: "Robespierre trat¨® de imponer a otros pa¨ªses mediante la fuerza los derechos humanos logrados en Francia. Como le ha pasado a Estados Unidos, no se dio cuenta de que los misioneros armados no son nunca bien recibidos".
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