Retorno a Robert Rubin
Los economistas e historiadores debatir¨¢n durante largo tiempo el contraste entre las pol¨ªticas econ¨®micas de las presidencias de Bill Clinton y George W. Bush. Cuando el gobierno de Clinton lleg¨® al poder, se enfrentaba a un legado a largo plazo de crecimiento econ¨®mico lento, enormes d¨¦ficit presupuestarios federales creados por las administraciones de Ronald Reagan y George H. W. Bush (1980-1992), un ¨ªndice de desempleo "natural" relativamente elevado y una presi¨®n inflacionaria en aumento. En cambio, George W. Bush asumi¨® el cargo con un super¨¢vit presupuestario considerable, una tendencia de crecimiento r¨¢pido de la productividad a medida que la revoluci¨®n de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n alcanzaba la masa cr¨ªtica y un desempleo natural muy bajo.
A pesar de sus fallos, pr¨¢cticamente todo lo que toc¨® el equipo econ¨®mico de Clinton, dirigido por Rubin, se convirti¨® en oro
A pesar de sus fallos, pr¨¢cticamente todo lo que toc¨® el equipo econ¨®mico de Clinton se convirti¨® en oro. Dirigido por Robert Rubin, primero como asesor del presidente y m¨¢s tarde como secretario del Tesoro, convirti¨® los tremendos d¨¦ficit de la era Reagan/Bush en enormes super¨¢vit; logr¨® consolidar la recuperaci¨®n del crecimiento de Estados Unidos con una inversi¨®n y una productividad elevadas; implant¨® iniciativas para reducir las barreras comerciales.
Tambi¨¦n podr¨ªa atribuirse al equipo de Clinton el m¨¦rito por la h¨¢bil gesti¨®n de la crisis financiera de M¨¦xico en 1994 y la de Asia en 1997 y 1998. En cambio, lo ¨²nico que ha conseguido el equipo econ¨®mico de George W. Bush es que los observadores muevan la cabeza y refunfu?en acerca de oportunidades perdidas miserablemente. En comercio, pol¨ªtica fiscal, reforma de los derechos sociales, en pr¨¢cticamente cualquier tema que se le ocurra a uno, el equipo de Bush ha empeorado considerablemente la situaci¨®n.
Las memorias recientemente publicadas de Rubin, In an Uncertain World, nos ayudan a comprender mejor esta diferencia tan llamativa. Lo m¨¢s importante para Rubin a la hora de desarrollar una pol¨ªtica es el h¨¢bito del "pensamiento probabil¨ªstico". Esto significa la voluntad de preguntar: ?qu¨¦ m¨¢s puede pasar?; ?y qu¨¦ pasa si estamos equivocados?; ?qu¨¦ podr¨ªa suceder a continuaci¨®n? en vez de dar por hecho que los resultados se amoldar¨¢n a alguna ideolog¨ªa de moda o modelo favorito. Pero cuando uno lee In an Uncertain World, pronto se da cuenta de que el "pensamiento probabil¨ªstico" no era el ¨²nico arma de Rubin. Tambi¨¦n trabaj¨® para un presidente a quien le importaban profundamente los principios, adem¨¢s de la pol¨ªtica, y que estaba dispuesto a dejarse convencer, al menos la mayor¨ªa de las veces, de que los buenos principios se convert¨ªan a la larga en buena pol¨ªtica.
Adem¨¢s, Rubin empleaba sus notables dotes de gestor de forma impresionante. Recuerdo estar sentado en la parte de atr¨¢s de la sala Roosevelt de la Casa Blanca y observar, at¨®nito, c¨®mo encaminaba las reuniones del Consejo Econ¨®mico Nacional hacia el consenso que deseaba limit¨¢ndose a poco m¨¢s que elevar las cejas y llamar a la gente en el orden apropiado.
Pero creo que la principal raz¨®n para el extraordinario ¨¦xito de la pol¨ªtica econ¨®mica de Rubin (y de Clinton) fue su habilidad para tener siempre presente el panorama general. En sus memorias, Rubin recuerda una ocasi¨®n en que se mantuvo firme sobre el comercio mundial. "En una conversaci¨®n con el presidente Clinton... mencion¨¦ que un sector en el que necesit¨¢bamos presionar para reducir las barreras comerciales era el pesquero. Clinton recordaba... ver a alg¨²n pobre pescador lanzar el sedal... ?l no estaba por la labor de hacer nada que perjudicara a esa gente vulnerable. 'Pero Se?or Presidente', le dije, 'por ayudar a esos pobres pescadores va a impedir el beneficio enormemente mayor que obtendr¨ªan los pobres... si pudieran comprar pescado barato".
Tambi¨¦n nosotros debemos estar pendientes del panorama general, para que sea m¨¢s probable que personas tan capaces y sensatas como Robert Rubin se sientan atra¨ªdas por la administraci¨®n p¨²blica y que una vez en sus cargos tengan poder para cambiar las cosas.
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