La confusi¨®n como norma
Un tribunal de arbitraje de La Haya acaba de inmovilizar las acciones del banco espa?ol SCH en la petrolera Cepsa mientras no se decida si el banco aplic¨® correctamente la Ley de Transparencia espa?ola que declara nulos los pactos entre bastidores de accionistas para gobernar las compa?¨ªas. Esta decisi¨®n arbitral es el resultado de una cadena de hechos en los que ha intervenido con no demasiada fortuna el Gobierno espa?ol.
El SCH y la petrolera francesa Total, accionista de la espa?ola Cepsa, hab¨ªan llegado a un acuerdo para votar conjuntamente en el Consejo de esta ¨²ltima. Una disposici¨®n adicional de la Ley de Transparencia, aprobada en junio pasado, anulaba los llamados pactos parasociales -como el que ten¨ªan el SCH y Total- y obligaba a lanzar una OPA en el caso de que las acciones implicadas en los acuerdos superasen el 25% del capital; el banco entendi¨® que el acuerdo con Total quedaba roto, e incluso lanz¨® una OPA por el 16% adicional de Cepsa; Total denunci¨® la ruptura del acuerdo y recurri¨® al arbitraje de La Haya.
La Ley de Transparencia tiene como objetivo la protecci¨®n de los peque?os accionistas. Sin embargo, la desdichada mec¨¢nica seguida por el Ministerio de Econom¨ªa anula en parte ese prop¨®sito. En primer lugar, la norma se aprob¨® rodeada de un estruendoso silencio, hasta el punto de que su conocimiento p¨²blico estall¨® tras la aplicaci¨®n dr¨¢stica que de ella hizo dos meses despu¨¦s el SCH, origen del conflicto con Total. La calidad jur¨ªdica del texto legal tambi¨¦n provoca dudas: da pie a posibles causas por aplicaci¨®n retroactiva de la ley dado que se declaran nulos acuerdos que fueron p¨²blicos, conocidos y admitidos por las autoridades econ¨®micas despu¨¦s de 1988. Adem¨¢s, las grandes compa?¨ªas que han desarrollado pactos con otros accionistas no se reconocen como obligadas a aplicar la norma.
El Ministerio de Econom¨ªa est¨¢ obligado a aclarar el alcance de la norma si se quieren evitar conflictos entre accionistas como el surgido en Cepsa. A no ser que lo que pretenda el Gobierno sea precisamente mantener la confusi¨®n para convertirse en int¨¦rprete y ¨¢rbitro de los conflictos que surjan.
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