Lidia Falc¨®n traza en sus memorias una cr¨®nica del franquismo
La vida arrebatada, as¨ª siente Lidia Falc¨®n (Madrid, 1935) sus a?os de infancia y juventud y as¨ª titula el libro de memorias que acaba de publicar Anagrama como un testimonio "vehemente, pol¨¦mico y activo", dice su editor Jorge Herralde. La abogada y feminista quiere que su memoria de estos primeros a?os de la vida sea al mismo tiempo la cr¨®nica de la Espa?a del franquismo, "sin dulcificarla, como han intentado hacer otros". "Una ¨¦poca dura para casi todo el mundo. Desde que nacimos se nos marc¨® para trabajar", dice Falc¨®n, que habla de su libro como "una confesi¨®n ¨ªntima y la reconstrucci¨®n de una ¨¦poca".
Un tiempo que arranca con el traslado de Lidia Falc¨®n desde Madrid a Barcelona con las otras cinco mujeres "que quedaron en mi familia del naufragio de la Guerra Civil" y que pasa luego por la educaci¨®n en una academia privada "donde se orientaba a las ni?as para afrontar una vida adulta donde el ¨²nico orden era el matrimonio". Falc¨®n habla aqu¨ª de la represi¨®n sexual, de una vida controlada por el qu¨¦ dir¨¢n de los vecinos y las precarias condiciones de vida.
Falc¨®n cuenta que "lo hace todo muy deprisa", tambi¨¦n lo de casarse, con 17 a?os y embarazada. Un matrimonio que s¨®lo dur¨® tres a?os, que pas¨® por pensiones de Barcelona en precarias condiciones. En 1956, como una "malcasada" y con dos hijos, decide estudiar Derecho mientras realiza m¨²ltiples trabajos donde sufre el acoso sexual. Una ¨¦poca en la que tambi¨¦n comenz¨® su militancia en el PSUC y su participaci¨®n en los movimientos clandestinos contra el franquismo. Falc¨®n no deja de luchar contra el final de la dictadura y en pro del feminismo, pero s¨ª abandona pronto el PSUC, en 1966, "porque Carrillo impon¨ªa a todo un tufo derechista. Carrillo s¨®lo buscaba ser ministro y convertirse en el Berlinguer espa?ol". Falc¨®n, sin embargo, precisa a sus lectores que "este libro no es un rosario de l¨¢grimas". "Por eso lo he escrito desde la objetividad, pero con sentido del humor". El feminismo y el derecho siguen ocupando actualmente las horas de Falc¨®n, que es muy cr¨ªtica con la situaci¨®n de ambos.
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