S¨ªsifo recobra el pulso
Las principales casas de inversi¨®n de Wall Street no ocultan estos d¨ªas su desconcierto por el fulgurante ascenso de la econom¨ªa argentina. "Los expertos han tenido m¨¢s dificultades este a?o que la econom¨ªa de Argentina: pocos han intuido la vuelta a un crecimiento tan robusto", admiten Gray Newman y Luis Arcentales, de Morgan Stanley. Ambos, analistas especializados en econom¨ªa latinoamericana, acaban de elevar su previsi¨®n de aumento del producto interior bruto (PIB) argentino del 5,8% al 7,2% en 2003. Al mismo tiempo, y aqu¨ª est¨¢ la sorpresa m¨¢s relevante, el 7,2% no ser¨¢ rayo en cielo sereno. Morgan Stanley vaticina un crecimiento del 6% para 2004, casi dos puntos m¨¢s sobre sus pron¨®sticos anteriores. Argentina ser¨ªa, en tal caso, el pa¨ªs que m¨¢s crezca de Am¨¦rica Latina, cuya expansi¨®n en 2004 ser¨¢ del 3,6%, seg¨²n el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La recuperaci¨®n argentina est¨¢ basada en sus fuerzas econ¨®micas interiores
"Despu¨¦s de todo, la recuperaci¨®n argentina tiene lugar en un pa¨ªs que ha sufrido una ca¨ªda dram¨¢tica de 20 puntos porcentuales en su actividad econ¨®mica entre 1998 y 2002", subraya Newman. Pero si los expertos s¨®lo atisbaban una recuperaci¨®n mediocre, tampoco acertaron al vaticinar el inevitable resurgimiento de la inflaci¨®n end¨¦mica argentina. Frente al pronosticado 25% en 2003, Argentina acabar¨¢ con una inflaci¨®n del 3%.
Si preguntas a un argentino de clase media hasta qu¨¦ punto su situaci¨®n econ¨®mica y social est¨¢ ahora mejor, te dir¨¢ que tanto ¨¦l como muchos de sus amigos creen hoy en una evoluci¨®n m¨¢s favorable, pero, agregar¨¢ de inmediato, todav¨ªa no se logra escudri?ar la luz al final del t¨²nel. En un pa¨ªs con expectativas iguales a cero hace dos a?os -o, si se quiere, expectativas de signo negativo-, quiz¨¢ esa descripci¨®n sea un punto de partida. Pero aun cuando el desempleo estad¨ªstico (el 22% en 2002 ) est¨¢ cayendo, la tasa seguir¨¢ anclada a finales de 2003 en el 15,6%.
La recuperaci¨®n argentina est¨¢ basada en estos momentos en sus fuerzas econ¨®micas interiores. Porque el pa¨ªs sigue siendo, desde el punto de vista financiero, un paria en el mercado mundial, tras declarar, a principios de 2002, la moratoria unilateral o suspensi¨®n de pagos mayor de la historia, con una deuda p¨²blica que se eleva a 170.000 millones de d¨®lares.
El milagro econ¨®mico argentino consiste en que no hay milagro. En efecto, un d¨®lar (0,82 euros) costaba un peso a inicios de 2002, mientras que ahora cuesta 2,90 pesos. Esta colosal desvalorizaci¨®n -que llev¨® la renta por habitante de 7.500 d¨®lares a 2.200 d¨®lares anuales- ha supuesto un abaratamiento hist¨®rico del trabajo. La devaluaci¨®n, por otra parte, ha coincidido con un ciclo alcista de los precios de las materias primas en el mercado internacional, entre otras cosas por la gran demanda de pa¨ªses como China. En este contexto, Argentina ha podido exportar productos como soja -cuyo precio todav¨ªa puede subir m¨¢s- y petr¨®leo, que, pese a todos los vaticinios sobre su abaratamiento despu¨¦s de la invasi¨®n de Irak, ronda los 30 d¨®lares por barril.
"La vulnerabilidad es evidente. Los salarios est¨¢n muy bajos y las exportaciones industriales no s¨®lo no han aumentado, sino que caen. Argentina deber¨ªa sacar algunas lecciones de pa¨ªses que tuvieron necesidad de realizar una gran transformaci¨®n. Es el caso de Irlanda, que transform¨® su econom¨ªa con un plan de desarrollo de varios a?os a la hora de unirse al euro", dijo Mario Blejer, ex presidente del Banco Central argentino.
Una mayor¨ªa de expertos estima que todo va a depender de que la inversi¨®n extranjera vuelva a Argentina, algo que ven muy encadenado a la soluci¨®n que se encuentre para la deuda exterior. El Gobierno argentino ofrece a los inversores que suscribieron bonos por 94.000 millones de d¨®lares una p¨¦rdida (quita) del 75%, propuesta que si ya era dif¨ªcil de encajar cuando fue lanzada, en septiembre pasado, ahora, con una econom¨ªa creciendo al 7%, todav¨ªa lo es m¨¢s.
Blejer, que vive en Londres y trabaja como asesor del gobernador del Banco de Inglaterra, acaba de visitar al presidente N¨¦stor Kirchner en Buenos Aires. "Creo que muchos inversores quieren que Argentina pase p¨¢gina al tema de la deuda y que volver¨¢n aun cuando la regla de juego sea una quita del 75%. Existe un delicado equilibrio entre la codicia y el p¨¢nico, estimulado a su vez por el hecho de que la memoria de los inversores suele ser corta", matiza Blejer. "La credibilidad de Kirchner es mayor en estos momentos a la que despierta el pa¨ªs. Y eso hay que aprovecharlo".
Como S¨ªsifo, la econom¨ªa argentina recobra un pulso vibrante y sube la pendiente. Si una vez en la cumbre se deshace de la roca que carga sobre su espalda -la deuda exterior-, podr¨ªa unir a sus fuerzas interiores una gradual y reticente inversi¨®n mundial en una etapa en la que los precios de las materias primas a¨²n pueden aumentar, lo que facilitar¨¢ las cosas.
Salvando las distancias -enormes, que van de una crisis m¨¢s o menos ordinaria a una devastaci¨®n-, hay quien ve un cierto paralelismo con la econom¨ªa espa?ola de finales de los ochenta y la argentina. La peseta fuerte -ingreso al Sistema Monetario Europeo mediante- desemboc¨® en la recesi¨®n de los primeros noventa, a la que siguieron tres devaluaciones. En 1994 y 1995, tras el ajuste, Espa?a empez¨® a levantar cabeza y empalm¨® con la recuperaci¨®n econ¨®mica internacional.
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