'Al hamdulil¨¢'
Al hamdulil¨¢ -alabado sea Dios- es la expresi¨®n con la que se saludan en ¨¢rabe las buenas noticias. Y es la que ayer vino a los labios de la mayor¨ªa de los iraqu¨ªes y, con ellos, de la mayor¨ªa de las gentes de bien del planeta al conocer la noticia de la captura de Sadam. Este individuo es uno de los d¨¦spotas m¨¢s siniestros que ha conocido la humanidad en las ¨²ltimas d¨¦cadas y cabe recordar que es una verg¨¹enza para Estados Unidos y muchos otros pa¨ªses haberlo tenido como un aliado contra la revoluci¨®n isl¨¢mica iran¨ª. Fue en la guerra contra Ir¨¢n -y contra sus propios kurdos- de los a?os ochenta cuando Sadam utiliz¨® masivamente esas armas qu¨ªmicas que los ocupantes norteamericanos y sus aliados no encuentran en Irak, quiz¨¢ porque las destruy¨® bajo gran presi¨®n internacional en los noventa.
Lo cual recuerda que el doble rasero es la actitud caracter¨ªstica de EE UU y de sus m¨¢s fieles aliados al afrontar los asuntos de Oriente Pr¨®ximo y Medio. Y lo grave es que esta actitud persiste hoy d¨ªa, pese a que, al final, cuando no aparec¨ªan las armas de destrucci¨®n masiva ni los v¨ªnculos de Bagdad con el 11-S, la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam se convirti¨® en el pretexto de la guerra de Irak. Los muchos ¨¢rabes y musulmanes que ayer se felicitaban por la detenci¨®n del tirano de Tikrit lo hicieron con la amargura de sentir que los valores de la libertad y los derechos humanos no son los que aplica el imperio estadounidense a la hora de afrontar el conflicto israelo-palestino. Y sin resolver ese conflicto no habr¨¢ nunca posibilidad de so?ar con paz y estabilidad en aquella regi¨®n del mundo.
Bush y sus ac¨®litos cantaron victoria el 1 de mayo, cuando, ocupado todo Irak, anunciaron el final de la guerra. Pero la guerra continu¨® y contin¨²a porque muchos iraqu¨ªes, sadamistas o no, viven esta ocupaci¨®n como los espa?oles vivieron la napole¨®nica a comienzos del XIX. El patriotismo no es un sentimiento exclusivo de los occidentales y es posible que la resistencia prosiga en Irak.
Muerto el perro no se acab¨® la rabia. Los problemas de fondo generados por la guerra de Irak persisten. En ese pa¨ªs y en el resto del planeta. Lo suyo ser¨ªa que, con el m¨¢s amplio consenso y apoyo internacional, las autoridades provisionales iraqu¨ªes se hicieran cargo pronto de su pa¨ªs y comenzaran a guiarlo hacia un Estado soberano, federal y democr¨¢tico. Y por lo dem¨¢s, Bin Laden sigue en libertad y los movimientos islamistas, que nunca tuvieron a Sadam como un santo de su devoci¨®n, siguen ganando adeptos desde Marruecos a Indonesia. Mientras no se afronten los problemas del desarrollo, la justicia social y la lucha contra la corrupci¨®n en el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n, y mientras persista el doble rasero en la cuesti¨®n palestina, el mundo no podr¨¢ respirar tranquilo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.