Jesuli saca al Celta del apuro

En un tost¨®n de partido y con la grada de u?as, irrumpi¨® Jesuli, el ¨²nico futbolista del Celta que se rebela contra su triste cors¨¦, y resolvi¨® la papeleta. El extremo andaluz ingres¨® en el campo cuando la noche se intu¨ªa dif¨ªcil, contempl¨® el empate del Espanyol y reaccion¨® en cinco minutos. Fue en una acci¨®n aislada, las ¨²nicas que producen r¨¦ditos en este Celta desaborido. Se intern¨® entre dos defensas, recort¨® a un tercero y clav¨® un balonazo imparable para Lemmens. Fue la resoluci¨®n de un partido que se hab¨ªa convertido en toda una amenaza para Lotina, cuyo cr¨¦dito en la grada mengua por semanas a pesar de que Milosevic remach¨® con un tercer tanto al Espanyol en el tiempo de descuento.

La Copa sirvi¨® para escenificar el desierto futbol¨ªstico no s¨®lo del Celta, sino tambi¨¦n del Espanyol, un espectro de lo que un d¨ªa fue. Las deficiencias del equipo de Luis Fern¨¢ndez permitieron observar en su justa medida a qu¨¦ ha quedado reducido el Celta, un grupo que hace no tanto pasaba por ser uno de los m¨¢s estilizados de Europa. Ahora es una nader¨ªa, capaz de complicarse la vida con un Primera que huele a descenso, que pese a sus deficiencias m¨¢s que visibles puso en serios aprietos a los de Vigo.

Si el Celta pas¨® la eliminatoria se debi¨® en parte a Pinto, que despej¨® una falta dur¨ªsima de Maxi en la primera parte y de forma casi milagrosa salv¨® un doble remate del Espanyol en la segunda mitad. Pero como no hay nadie en el Celta libre de desgracias, la estatua con que recibi¨® el empate espa?olista le empa?¨® el trabajo.

Sali¨® Jesuli y pareci¨® resolver en el momento en el que la afici¨®n del Celta afilaba sus cuchillos, con un ambiente m¨¢s propio de una crisis que de un equipo que est¨¢ en octavos de la Liga de Campeones. La suerte fue ben¨¦vola con el Celta, que presenci¨® c¨®mo un fuera de juego previo se?alado por el linier dio al traste con un penalti que Mejuto parec¨ªa haber pitado. As¨ª y con el tercer gol de Milosevic lleg¨® el final, entre los dolorosos ol¨¦s de un p¨²blico que ya tira de iron¨ªa.