El t¨¦cnico m¨¢s l¨²dico

C¨¦sar Ferrando, de 44 a?os, es un t¨¦cnico singular. Primero, por sus entrenamientos. "En una pretemporada practicamos rafting. Otras veces jugamos al hockey sobre hierba o al b¨¦isbol. El caso es evitar la rutina", explica Jandro, el centrocampista del Celta que el curso pasado fue clave en el ascenso del Albacete a la Primera Divisi¨®n. Y el propio preparador valenciano del club manchego lo confirma: "Cada d¨ªa paso un examen. Si los jugadores se aburren, lo suspendo. Si se van contentos, lo apruebo".

Su Alba aprueba con nota: tiene el presupuesto m¨¢s bajo de la categor¨ªa: 13,5 millones; menos de la mitad que el que le precede, el Murcia, y, sin embargo, ocupa una c¨®moda 14? posici¨®n, a cuatro puntos del descenso. Otro dato: su futbolista mejor pagado, el defensa central Siviero, que cobra 240.000 euros por temporada, todav¨ªa no ha intervenido en la Liga, lesionado como est¨¢ en una rodilla.

Mediocentro de corte muy t¨¦cnico en el Valencia de los ochenta, Ferrando comenz¨® a entrenar en el club de su pueblo, el Tavernes de Valldigna, en Preferente. "Me gustaba ir a Valencia a comprar libros de f¨²tbol. Y un d¨ªa descubr¨ª uno que me impact¨®: 120 juegos de ataque y defensa [del alem¨¢n Mayer Rolf]. A partir de ah¨ª, empec¨¦ a investigar por mi cuenta", explica. Juegos con un objetivo claro: antes de medirse al Madrid, el mes pasado, foment¨® entre sus jugadores durante la semana previa la posesi¨®n del bal¨®n. Funcion¨®. S¨®lo Zidane desequilibr¨® al final un partido m¨¢s igualado de lo previsto: 2-1. "Subiendo las escaleras del Bernab¨¦u, pens¨¦ que era el momento de disfrutar. No s¨¦ si podr¨¦ volver", dice Ferrando.

"Ahora bien, por muchos libros que leas, lo m¨¢s importante del f¨²tbol no se ense?a; est¨¢ dentro de uno", a?ade el t¨¦cnico, que cree poco en la t¨¢ctica: "Puedo ver un v¨ªdeo del rival o ninguno. Lo importante es otra cosa. Cuanto mejor ambiente haya en el vestuario, mejor. Sobre todo, si eres un conjunto pobre". ?C¨®mo se logra? "Pues... dici¨¦ndoles a los jugadores que nadie puede jugar con el sacrificio del compa?ero".

Otra particularidad de Ferrando es su familia. Su hijo C¨¦sar, de diez a?os, quiere saber la alineaci¨®n el d¨ªa anterior y se enfada si su padre no saca a alguno de sus preferidos. Su esposa, Maribel, se ha recorrido los campos de Espa?a con ¨¦l desde los tiempos en que dirig¨ªa al Gand¨ªa, en Segunda B, y al Valencia B: "A mi mujer le gusta el f¨²tbol. Y siempre me ha valorado m¨¢s que yo. Cuando el Valencia B me hizo la oferta, ella me dijo: 'Demuestra que puedes hacer jugar bien a esos chicos". Lo demostr¨®. En Mestalla dej¨® un gran cartel y un gran sue?o: volver alg¨²n d¨ªa al primer equipo.