Debate

Fue en el debate sobre el Estado de la Comunidad del a?o 2001 la primera vez que Manuel Chaves habl¨® de reforma del Estatuto, pero al anunciar su propuesta en este momento preelectoral, pueden ser muchos, o algunos, los que piensen que el presidente de la Junta apunta asunto tan importante, precisamente como reclamo electoral. No tiene por qu¨¦ considerase negativa esa intenci¨®n sino, muy al contrario, un s¨ªntoma del deseo de provocar en una nueva cita electoral, la posibilidad de un debate mucho m¨¢s rico e interesante que lo hubiera sido sin esa propuesta. El presidente Chaves no se sube a la ola de reformas que se proponen desde otras comunidades, fundamentalmente desde Catalu?a, puesto que el Plan Ibarretxe es otra cosa. Desde su convencimiento, ya hab¨ªa anunciado en la reuni¨®n de Santillana de la que sali¨® el Documento sobre el Estado de las Autonom¨ªas del PSOE, por donde ir¨ªa la reforma del Estatuto andaluz que propondr¨ªa en consonancia, precisamente, con el esp¨ªritu de ese documento de Santillana, en cuya elaboraci¨®n final influy¨® de manera notable. De lo que propone la reforma planteada, uno de los puntos que m¨¢s reacciones ha provocado ha sido el de la creaci¨®n de una agencia tributaria propia. Ya se han levando voces, desde el PP fundamentalmente, acusando a Chaves de desvar¨ªos y otras precisiones pol¨ªticas y de proponer la necesidad de recaudar y gestionar impuestos propios para "justificar", dicen, su apoyo a las propuestas de Maragall. Y sin embargo valdr¨ªa la pena que desde todos los partidos, por supuesto y en primer lugar desde el PP andaluz, hubiera una voluntad rigurosa y seria de aceptar el debate que propone el Presidente quien, por otra parte y en todo caso, advierte, anuncia y promete su absoluta intenci¨®n de buscar y trabajar por que sea el consenso el que lleve al final de un proceso que ahora comienza y que, en estos tiempos de intento de evitar cualquier debate, es un est¨ªmulo y una propuesta para la participaci¨®n de toda la sociedad andaluza en este nuevo e interesante reto. Y, por cierto, una manera efectiva de defender los intereses de los andaluces frente al peligro, real o no, de intentar consolidar estatus superiores de otras comunidades. Andaluc¨ªa en este debate tiene que tener voz y propuestas para no perder.