Vencedor sobre el delf¨ªn de Arzalluz
Con 40 a?os, Imaz ha logrado imponerse pese a que el l¨ªder saliente trat¨® de cerrarle el paso
Frente a la imagen de Goliat que ha exhibido Joseba Egibar en esta campa?a de pocos amigos que se ha librado en el interior de los batzokis del PNV, Josu Jon Imaz aparec¨ªa como una especie de David, algo fr¨¢gil y, sobre todo, desprovisto del escudo protector de Arzalluz. Pese a ello, ha obtenido la victoria que le otorga el mando de este partido centenario, con s¨®lo 40 a?os, y le erige en emblema de la nueva generaci¨®n. Lo ser¨¢ en t¨¢ndem con el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, de cuyo Gobierno procede y con el que, al menos inicialmente, nadie puede imaginar que pudieran producirse los problemas de bicefalia que tantas tensiones han supuesto en la historia de este partido, especialmente hasta su escisi¨®n en 1986. Para Ibarretxe, Imaz ser¨¢, con seguridad, un dirigente m¨¢s c¨®modo que Arzalluz y que Egibar. El ¨²nico problema que puede presentarle su elecci¨®n, por ahora, ser¨¢ la obligaci¨®n de remodelar el Gobierno para sustituirle.
La elecci¨®n de las bases lleva impl¨ªcito un gesto de rebeld¨ªa contra la direcci¨®n actual
La victoria de Imaz lleva impl¨ªcita, adem¨¢s, una dosis de rebeld¨ªa colectiva dentro del partido en el momento de poner fin al liderazgo de Arzalluz, al que se ha negado no s¨®lo la prolongaci¨®n del mandato (lo intentaron sus seguidores en verano), sino tambi¨¦n que le suceda su delf¨ªn, Joseba Egibar, con el que mantiene una identidad de talante y de doctrina que no se dan con Imaz. Esta circunstancia novedosa convierte al ganador en un hombre fuerte, que ha superado la gran dificultad de imponerse al l¨ªder natural. Pero lo ajustado de su victoria le supone estrenar el mandato en condiciones dif¨ªciles. Tendr¨¢ que pactar con sus oponentes y compartir el poder interno, lo que repercutir¨¢ seguramente en la definici¨®n del perfil de su liderazgo.
Josu Jon Imaz, que a¨²n conserva el aire t¨ªmido y un aspecto juvenil que no dan la impresi¨®n externa del hombre en¨¦rgico que tiene que suceder a Arzalluz, fue designado candidato a ra¨ªz del pacto que suscribieron este verano las dos grandes ejecutivas regionales del PNV, la m¨¢s poderosa, de Vizcaya, y la de Guip¨²zcoa, tambi¨¦n con larga tradici¨®n. I?igo Urkullu, presidente de la ejecutiva de Vizcaya, y Juan Mar¨ªa Juaristi, de la de Guip¨²zcoa, trataban de impedir la permanencia de Arzalluz -cuyo mandato tocaba a su fin-, y el acceso al liderazgo del n¨²cleo que le rodea, especialmente su delf¨ªn, Egibar. Buscaban una persona con proyecci¨®n, talante dialogante, menos radicalizada, no identificada estrechamente con una de las dos ejecutivas, y m¨¢s abierto al exterior. Debieron preguntarse qui¨¦n pod¨ªa desempe?ar el puesto mejor que el portavoz oficial del Gobierno de Ibarretxe, un malabarista de la palabra que tuvo que dar la cara y aguant¨®, contra viento y marea y manteniendo la credibilidad del Ejecutivo vasco, durante los meses dif¨ªciles que rodearon al lehendakari y su Gobierno tras la ruptura de la tregua en 1999.
Crecido en el PNV, donde milita desde la adolescencia como dirigente juvenil, miembro de la Asamblea Nacional con 20 a?os, Josu Jon Imaz tiene una trayectoria de pol¨ªtico precoz que puede competir con la de Egibar, con quien adem¨¢s colabor¨® estrechamente en la ejecutiva guipuzcoana tras la escisi¨®n de 1985. Si Arzalluz ha destacado en Egibar durante esta campa?a su condici¨®n de dirigente org¨¢nico, con visi¨®n de estratega para dirigir la nave centenaria, los partidarios de Josu Jon Imaz aseguran que su biograf¨ªa tampoco queda oscurecida si se analizan los servicios prestados para la direcci¨®n del partido. En 1997, durante su estancia en Bruselas como europarlamentario, Imaz fue el encargado por el sanedr¨ªn que dirig¨ªa Arzalluz de sondear a ETA sobre su disposici¨®n a una tregua. Una labor de m¨¢xima confianza y de alta pol¨ªtica, que s¨®lo se encomienda a los elegidos.
Pero, adem¨¢s, Imaz presenta muchas ventajas que son subrayadas por sus valedores. Por encima de todas, su car¨¢cter pausado y pac¨ªfico, que no fr¨¢gil, y su talante dialogante, m¨¢s necesario que nunca en un delicado momento para que el partido que va a presidir se abra al exterior. Un reto que deber¨¢ afrontar ser¨¢ la recuperaci¨®n, al menos parcial, del cr¨¦dito perdido y de las relaciones internacionales que con tanto mimo cultiv¨® Arzalluz hasta que el cambio hacia la estrategia soberanista marcara su paulatino aislamiento.
Imaz, europarlamentario entre 1994 y 1999, tiene en su haber muchas relaciones con el exterior establecidas desde entonces, as¨ª como un tono diplom¨¢tico y elegante en su comportamiento pol¨ªtico que es poco usual hoy en d¨ªa en Euskadi. Estos rasgos marcar¨¢n seguramente un nuevo talante y estilo que, sin duda, ayudar¨¢n a dulcificar la pol¨ªtica que practica el partido. Durante su mandato, va a tener que hacer frente a una ardua tarea de reconstrucci¨®n y convertirse en ingeniero pol¨ªtico para rehacer muchos de los puentes dinamitados en la ¨¦poca actual.
Imaz tiene, adem¨¢s, otras cualidades para ejercer el liderazgo de este partido tan complejo como necesitado de un revisi¨®n de su centenaria historia. Especialmente, su pragmatismo y su solvencia profesional. Con un curr¨ªculum acad¨¦mico -premio extraordinario de fin de carrera, tras licenciarse en Qu¨ªmicas y escribir en euskera la tesis doctoral- que hasta el propio Arzalluz elogi¨® como "modelo" a seguir para su joven militancia, Imaz no s¨®lo ha sido pol¨ªtico profesional. Ha trabajado en la empresa privada, al frente de las relaciones exteriores del centro tecnol¨®gico Inasmet, antes de ser reclutado por Ibarretxe.
Buena parte de esa experiencia le ha servido en la Consejer¨ªa de Industria, desde donde ha cultivado las relaciones con los empresarios vascos. Conoce de cerca sus vicisitudes. Con ellos ha realizado muchos periplos exteriores, en busca de mercados.
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